Desafío: Un regreso seguro y normas para quienes siguen en casa
A medida que el confinamiento y las restricciones disminuyen, el empleado quiere sentirse seguro de que la salud, la seguridad y el bienestar son prioridad al regresar al lugar de trabajo.
Para proveer la máxima seguridad a colaboradores y clientes, es crítico que las empresas cuenten con protocolos efectivos para comunicarse.
De lo contrario, sin lineamientos, ni procesos claros, los empleados tendrán temor por su salud y los consumidores estarán renuentes a volver a confiar en sus bienes y servicios.
Esto es lo que argumenta la psicóloga laboral Patricia Fournier, quien asegura que los únicos que querrán volver a sus oficinas, serán los que la pasaron mal durante el teletrabajo.
“Las únicas personas que van a ver un beneficio en volver a los lugares de trabajo, son aquellas que no trabajaron en comodidad en sus hogares y que se vieron presionadas a trabajar en doble o triple jornada”, dijo.
Según Fournier, el mayor atractivo que podrían ver algunos trabajadores sería recobrar la relación social con sus compañeros, como almorzar, tomarse un café, etc.
“La parte humana siempre es determinante. Siempre será importante tener un chiste en vivo y a todo color. También contar un rumor cara a cara. Durante los próximos 30 años todavía vamos a valorar mucho estos acercamientos humanos.
“El reír juntos es muy importante. La gente chismea mucho en las organizaciones, se pasa conversando. Quizá se pierde tiempo, pero en ese “perder tiempo” se construye también la relación humana en el trabajo”, agregó.
No obstante, la psicóloga sostiene que el teletrabajo llegó para quedarse y que las empresas deben encontrar la manera de negociar con sus empleados para que esta modalidad funcione lo mejor posible.
Retos legales. Para que el trabajo desde casa (work from home) se realice adecuadamente, deben existir términos legales claros en los contratos laborales, según explica el abogado Marco Durante.
El experto señala que, según la legislación nacional, el teletrabajo es voluntario y no se puede obligar a un colaborador a hacerlo, sino que debe ser por acuerdo con el jefe.
Durante dice que lo más importante es que debe existir un adenda al contrato actual de trabajo, ya que es necesario regular las condiciones particulares en que ese teletrabajo se va a desarrollar.
Resalta que el teletrabajo -como modalidad de empleono debería cambiar ninguna condición actual de trabajo, es decir, que “las condiciones que se tienen en la oficina se trasladan al teletrabajo”.
Además, menciona que esta modalidad siempre es reversible, o sea, que el patrono puede ordenarle al empleado que vuelva al lugar de trabajo cuando sea necesario.
“Esto es importante porque evita que un trabajador diga que el teletrabajo es un derecho adquirido y que, por lo tanto, no quiere regresar a trabajar de manera presencial”, precisó.
Este abogado de la firma BDS Asesores también destacó que las empresas deben calcular muy bien cuáles serían los gastos que se tienen que sufragar en modelos laborales a distancia.
Afirmó que, según un ingeniero que contrataron en su bufete, tener una laptop conectada durante ocho horas al día, por todo un mes, cuesta entre ¢600 y ¢1.000.
Asimismo, explicó que, aunque la ley de teletrabajo solo habla sobre pago de electricidad, las partes pueden ponerse de acuerdo sobre cualquier gasto que requiera el trabajador para hacer sus labores.
“Cualquier otro gasto que sea necesario para que el trabajador puede teletrabajar y cumplir con sus labores a distancia, puede ser convenido por las partes”, precisó.
Por último, manifestó que en la adenda del contrato de trabajo se debe describir una parte sobre salud y seguridad ocupacional, referente a que el empleado tenga un lugar adecuado para laborar.
Otro punto importante es especificar el sistema de monitoreo y el control de rendimiento que tendrá el funcionario, así como la posibilidad de hacer horas extra desde su hogar.