La Nacion (Costa Rica)

Mayoría de víctimas son amas de casa y de bajo nivel académico

- Katherine Chaves R. katherine.chaves@nacion.com

En el Informe sobre tentativas de feminicidi­o, realizado por la funcionari­a Xinia Fernández y que nació a raíz de la preocupaci­ón de no tener mayores datos sobre este ilícito, se hace un análisis sobre quiénes fueron las víctimas.

La muestra, para efectuar el análisis correspond­iente, fue de 77 denuncias, cuyos expediente­s tienen informació­n poco clara e inclusive no tienen del todo.

Por edad, sobresale que 33 de ellas tenían entre 25 y 40 años. Además, 30 estaban solteras.

Principalm­ente, se trata de amas de casa. Pero también hay mujeres que fungían como empleadas domésticas, vendedoras ambulantes, manicurist­as, cocineras, cajeras, dependient­es.

Lo anterior va muy de la mano con el tema educativo.

Tras la revisión de los expediente­s, solo una de las 77 víctimas tenía universida­d completa. De las que hay informació­n, se señaló que poseían la primaria o secundaria incompleta, mientras que había una que apenas estudiaba.

Sobre la relación entre las mujeres y sus agresores, el informe precisó que, en la gran mayoría de los casos (59), la víctima convivía con el sujeto. De esa cifra, 47 tenían entre un mes y nueve años de vivir con el victimario.

Un total de 32 ofendidas tenían hijos en común con quien las maltrató, mientras

EN VARIOS DE LOS CASOS, EL SUJETO USÓ UNA COMBINACIÓ­N DE ARMAS O MECANISMOS PARA ATACAR A LA VÍCTIMA”. Informe de tentativas de homicidio Secretaría Técnica de género

que 22 o no tenían hijos del todo o no eran del agresor.

Violento vínculo. Ese informe de la Secretaría también hace un apartado para mencionar que, en la mayoría de los casos, hay un “historial de violencias físicas, patrimonia­les, sexuales y psicológic­as infringida­s por el acusado”.

Sin embargo, llamó la atención que, según lo indican, muy pocas víctimas denunciaro­n lo ocurrido de previo a la tentativa de feminicidi­o.

Lo que sí existió fueron solicitude­s de medidas de protección. El documento detalló que siete de las ofendidas estaban bajo esta modalidad cuando fueron atacadas, lo cual también deja ver el irrespeto a estas órdenes judiciales.

Otras 30 mujeres hicieron la petitoria tras la agresión que las tuvo al borde de morir.

Pero, y es un dato preocupant­e, en nueve casos las ofendidas no solicitaro­n ningún tipo de protección aún después de haber sido violentada­s.

Sobre el arma usada para cometer el hecho, hay variedad. En 42 de esos expediente­s se estipuló que el agresor utilizó arma blanca, como puñales, machetes, cuchillos de cocina o para pelar cocos.

Mientras que, 13 agresores usaron sus propias manos y/o mecates para intentar asfixiarla­s, mientras que siete accionaron pistolas.

En otros hechos, los victimario­s usaron martillos, frascos de vidrio y hasta un automóvil para intentar acabar con la vida de su pareja o expareja.

“En varios de los casos, el sujeto usó una combinació­n de armas o mecanismos para atacar a la víctima”, apunta el documento basado en datos entre 2010 y 2018.

A raíz de esa agresión, las mujeres sufrieron todo tipo de heridas en sus cuerpos, lo cual les produjo incapacida­des que, según establecen los expediente­s, fueron desde un día hasta dos meses, con revaloraci­ones a los seis meses.

También hay casos con tratamient­os de un año a causa de las lesiones, concluyó el análisis efectuado.

Sobre lo anterior, Jeannette Arias, jefa de la Secretaría Técnica de Género, manifestó que los ciclos de violencia doméstica provocan consecuenc­ias no solo a nivel físico, sino también arrojan secuelas psicológic­as “muy graves”.

“El temor, el vínculo de codependen­cia emocional y/o económica son factores que inciden en el comportami­ento de las mujeres de continuar con aquella relación, pese a la violencia que existe. Y una violencia prolongada en el tiempo genera secuelas mayores a nivel mental”, sintetiza la especialis­ta.

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SHUTTErSTO­CK Autoridade­s piden no minimizar impacto de tentativas de feminicidi­o, ya que el hecho de que la víctima pudiera sobrevivir no significa que el agresor no tuviera como fin principal asesinarla.

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