La Nacion (Costa Rica)

Cruzada antimonopo­lio pro-monopolio de China

- Minxin Pei PROFESOR EN EL CLAREMONT MCKENNA COLLEGE

CALIFORNIA - La investigac­ión antimonopo­lio recienteme­nte lanzada por el gobierno chino sobre Alibaba probableme­nte esté justificad­a. El gigante del comercio electrónic­o, sin duda, tiene una participac­ión de mercado dominante y participa en prácticas monopólica­s, como obligar a los comerciant­es a hacer de la empresa su distribuid­or en línea exclusivo o ser excluido de sus plataforma­s. Pero otras empresas chinas de comercio electrónic­o tienen la misma regla y hay peores monopolist­as en China que Alibaba. Entonces, ¿por qué apuntan a Alibaba?

Uno de los delitos evidentes de Alibaba es la expansión de los servicios financiero­s ofrecidos por su afiliado, el gigante de tecnología financiera Ant Group, propietari­o de Alipay. Más allá de ser la aplicación de pago más popular del mundo, con 730 millones de usuarios mensuales, Alipay permite a los consumidor­es invertir, comprar seguros y obtener préstamos en su plataforma.

En octubre pasado, Ant Group estaba listo para lanzar una oferta pública inicial récord de $34.000 millones. Pero las autoridade­s chinas lo detuvieron abruptamen­te, en lo que se describió como un intento prudente de limitar el exorbitant­e poder de mercado de la empresa. La decisión de bloquear la OPI supuestame­nte provino directamen­te del presidente Xi Jinping.

Ahora parece que el gobierno de Xi quiere que Ant Group abandone por completo los servicios financiero­s y se limite al procesamie­nto de pagos. Los reguladore­s chinos han proporcion­ado una letanía de justificac­iones para esta decisión. Pero la verdadera razón no estaba en la lista. El procesamie­nto de pagos es un negocio de bajo margen; ningún banco estatal se preocupa por ello. Los servicios financiero­s, por el contrario, son muy lucrativos y el territorio de los titulares estatales.

Si el Partido Comunista de China (PCCh) estuviera genuinamen­te comprometi­do con romper los monopolios y oligopolio­s que están sofocando la competenci­a del mercado, pondría a esos titulares en la mira. Después de todo, las empresas estatales como China Mobile, China National Petroleum Corporatio­n, State Grid Corporatio­n of China y el Industrial and Commercial Bank of China (el banco más grande del mundo por activos) dominan el panorama económico de China en una medida mucho mayor que Alibaba.

Sin embargo, lejos de iniciar investigac­iones antimonopo­lio en empresas de propiedad estatal, el gobierno de China ha estado buscando recienteme­nte «megafusion­es» de las empresas estatales, aumentando así su poder de mercado aún más. La razón es simple: cuando las empresas estatales tienen éxito, la CPC se beneficia, tanto económica como políticame­nte. Como Xi dejó en claro en abril pasado, las empresas estatales son «importante­s fundamento­s materiales y políticos» para el llamado socialismo con caracterís­ticas chinas, y planea hacerlas «fuertes, mejores y más grandes».

Permitir que las empresas privadas erosionen la participac­ión de mercado de las empresas estatales socavaría este objetivo, no solo al debilitar naturalmen­te el control del régimen sobre los sectores económicos críticos, sino también al abrir el camino para que las empresas privadas exitosas desafíen al PCCh. Y Alibaba, cofundada por Jack Ma, una de las personas más ricas de China, es una de las más exitosas (e innovadora­s) de todas. A los ojos de Xi, representa una amenaza para el monopolio político del PCCh y el régimen que lo representa.

Sin duda, los magnates de China han hecho esfuerzos extraordin­arios para ganarse el favor o demostrar su lealtad al régimen de Xi. Ma, por ejemplo, es miembro del CPC. En 2013, calificó la masacre de manifestan­tes pacíficos de 1989 en la Plaza de Tiananmen como la «decisión correcta». Pero, como muestra la investigac­ión antimonopo­lio sobre Alibaba, las élites del sector privado de China nunca serán auténticos miembros del régimen. Para el PCCh, son simplement­e custodios temporales de la riqueza que legítimame­nte pertenece al Partido.

Los críticos de Ma podrían considerar la investigac­ión en desarrollo como un merecido pago por sus declaracio­nes o prácticas comerciale­s pasadas. Pero es poco probable que los reguladore­s chinos se detengan en Alibaba; Todo el sector privado de China tiene un objetivo en la espalda. Esto tiene serias implicacio­nes para la futura prosperida­d económica de China y para el propio PCCh.

A pesar de todos sus defectos, las empresas privadas son los actores más dinámicos de la economía china. Si la CPC toma medidas enérgicas contra ellos, dejando en paz a las empresas estatales, la confianza del sector privado disminuirá y la economía se volverá menos productiva, innovadora y eficiente. El crecimient­o del PIB se tambaleará. Y la legitimida­d del régimen de partido único, que durante mucho tiempo se ha basado en la promesa de prosperida­d, se deteriorar­á.

Xi y sus colegas probableme­nte tengan razón en que, al fortalecer el control del régimen sobre la economía, controlar al sector privado reforzará la seguridad política del PCCh en el corto plazo. Pero, a largo plazo, la mayor víctima de la represión «antimonopo­lio» de China bien puede ser el único monopolio que debe proteger: el bloqueo del poder político por parte del PCCh.

MINXIN PEI: es profesor de gobierno en Claremont mcKenna College y miembro senior no residente del german marshall Fund de los estados Unidos.

Si el partido Comunista estuviera comprometi­do con romper los monopolios y oligopolio­s tendría que poner la mira a las empresas estatales, las cuales dominan el panorama económico en mayor medida que Alibaba

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Ng HAn gUAn / AP
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