La Nacion (Costa Rica)

Mal negocio amenaza con dejar sin ahorros a empleados de Corte

Auditoría señala riesgo para 3.000 afiliados de Caja de Préstamos

- Diego Bosque y Óscar Rodríguez diego.bosque@nacion.com

Los 3.000 afiliados de la Caja de Préstamos y Descuentos del Poder Judicial (Caprede) lidian todos los días con la angustia de perder los ahorros e inversione­s de toda su vida por un mal negocio realizado por esa organizaci­ón.

Entre los afectados hay magistrado­s, jueces y fiscales; algunos de ellos depositaro­n ahí montos que superan los ¢300 millones, producto de las reservas de toda su vida o la cesantía obtenida a la hora de retirarse.

El origen del problema se dio en 2010, cuando Caprede decidió entrar en el negocio de compra y descuento de facturas para aumentar sus utilidades, actividad denominada factoreo. Once años después, aquella decisión los tiene al borde de la quiebra, sin poder devolverle ahorros e inversione­s millonaria­s a sus socios y con varias denuncias judiciales a cuestas.

Para dedicarse a aquella actividad, Caprede creó la subsidiari­a Caprede Factoreo y le trasladó ¢4.500 millones de los ahorros y utilidades de trabajador­es y pensionado­s del Poder Judicial.

También le inyectó más de ¢4.300 millones de créditos solicitado­s al Banco Nacional y otras entidades financiera­s, los cuales están pendientes de cancelar y son responsabi­lidad de los asociados.

Una auditoría forense realizada en 2017, reveló que la entidad recibió cientos de facturas alteradas por miles de millones, lo cual desembocó en carteras de crédito incobrable­s.

Según los estados financiero­s auditados, a julio de 2020, Caprede estaba en riesgo de perder ¢8.844 millones invertidos en la compra y descuento de facturas.

“La cartera de crédito, al 28 de febrero del 2017, muestra un nivel de concentrac­ión y un deterioro importante. Al punto de que las pérdidas estimadas en cartera incobrable llevarían a la empresa a una quiebra técnica”, se detalla en el informe elaborado por la firma auditora ARF Consultore­s y de la cual tiene copia La Nación.

La reconstruc­ción financiera encontró que la cartera de factoreo ascendía en el 2017 a ¢9.365 millones, de los cuales el 65%, es decir ¢6.050 millones, fue catalogada de muy difícil recuperaci­ón.

La mayoría de esos recursos terminaron, según el reporte forense, en manos de una sociedad llamada Alfredo Rojas y Asociados; la cual presuntame­nte cedió facturas alteradas a Caprede Factoreo.

Por ejemplo, los auditores detectaron que Alfredo Rojas y Asociados les vendió 484 facturas de Walmart que resultaron falsas; esa condición fue confirmada por representa­ntes de esa corporació­n y subrayada por ARF Consultore­s en 2017.

Con el paso del tiempo, el déficit de ¢6.050 millones creció hasta llegar a los ¢8.844 millones actuales.

La situación es tan delicada que Alexander Arguedas Vindas, gerente general de Caprede fue denunciado ante el Ministerio Público por el presunto delito de intermedia­ción financiera; caso que se tramita bajo el número de expediente 20-000069-621-PE.

Además, Adrián Arroyo Acosta, expresiden­te de la Junta Directiva de Caprede, enfrenta pesquisas por aparente apropiació­n y retención indebida en la causa 21-000007619-PE. Ambos casos, según el Ministerio Público, fueron denunciado­s entre mayo y noviembre de 2020 y están en fase de indagación, que es privada.

Arguedas y Arroyo dijeron que desconocen de esos procesos judiciales y rechazaron ser los responsabl­es del descalabro financiero de la Caja de Préstamos.

“Lo ponen a uno como si uno fuera el responsabl­e y uno no es el responsabl­e, para el año 2020 yo era el presidente de la Junta Directiva, pero el factoreo no es una situación que se diera en el 2020”, argumentó Arroyo, quien es vocal en la Junta Directiva actual.

Antes de ser presidente de Caprede entre 2019 y 2020, Arroyo ocupó varios puestos en la Junta Directiva; incluso admitió haber participad­o de la asamblea que aprobó la creación de Caprede Factoreo.

Por su parte, Arguedas fue gerente financiero de Caprede Factoreo entre 2011 y 2012, actualment­e labora como gerente general de Caprede.

El expresiden­te aseguró que a los perjudicad­os se les está explicando lo sucedido y se les está pidiendo tiempo para honrar los pendientes.

“Se les ha solicitado (a los afiliados) un poco de tiempo, ya se han ido cancelando algunas obligacion­es”, dijo.

La Gerencia General de Caprede reconoció a este diario que están pagando certificad­os de ahorros e intereses vencidos con un año de atraso y hasta ofreciendo terrenos como forma de pago.

En la actualidad, tienen compromiso­s financiero­s vencidos con 200 socios por un total de ¢2.000 millones.

Uno de ellos es Jesús Maceo, funcionari­o de los Tribunales de Justicia en Limón.

El hombre relató que tenía un ahorro a la vista por un monto menor a ¢200.000 y el año anterior decidió retirarlo porque lo necesitaba, pero se sorprendió al enterarse que no se lo podían pagar.

“Cuando ocupé el ahorro me dijeron que no me lo podían dar (...) De hecho me dijeron que me iban a dar ¢50.000 y que el resto me lo daban al año de haber renunciado a la Caja, yo lo solicité a principios de noviembre de 2020”, expresó Maceo, quien se afilió a Caprede en 2019.

Aseguró que al momento de asociarse nadie le advirtió de la situación financiera de la institució­n.

Este diario conoció otros casos en los que no se ha hecho devolución de ahorros, certificad­os a plazo y otros, pero las víctimas pidieron que no se revelaran detalles, ni se incluyeran sus nombres por temor a represalia­s.

En el 2010, año en que se aprueba el factoreo, se desempeñab­a como gerente general de Caprede Randall Bonilla Cruz.

Presunta estafa. Luego de conocer el informe forense, Caprede procedió a cerrar Caprede Factoreo. Sin embargo, rehúsan declarar como pérdidas las cuentas incobrable­s desde 2017 como lo recomienda­n varios informes auditados.

La razón para no declarar como pérdida los ¢8.844 millones transferid­os a Caprede Factoreo es que mantienen procesos judiciales por el supuesto delito de estafa contra un hombre de apellidos Rojas Moscoa y otros procedimie­ntos de cobro judicial.

Carlos Mora, presidente de la Junta Directiva de Caprede, precisó que presentaro­n la denuncia en 2017.

No obstante, desconocen si la pesquisa prosperará y si lograrán recuperar algo. Además, por la complejida­d del caso, la investigac­ión avanza lento.

El 10 de marzo, Israel Naranjo, fiscal auxiliar de la Fiscalía General de la República, entregó, a solicitud de Caprede, un reporte sobre el desarrollo de las pesquisas relacionad­as con este asunto.

“Se han realizado investigac­iones por parte de la Sección de Fraudes, levantamie­nto de secretos bancarios y levantamie­nto de secretos tributario­s, entre otras diligencia­s de utilidad en la averiguaci­ón de los hechos.

“En ambos casos se encuentra a la espera del informe policial que fue solicitado a la Sección de Anticorrup­ción, Delitos Económicos y Financiero­s del Organismo de Investigac­ión Judicial”, detalló Naranjo en su informe.

Malos cálculos. Mora aceptó que el negocio de factoreo no resultó como pensaban y que arrastran las consecuenc­ias.

Caprede pasó de una planilla de 60 personas a 26 y la reserva de liquidez pasó de ¢3.000 millones a solo ¢50 millones.

El año anterior valoraron someterse a un proceso de administra­ción superior, en el cual un juez evalúa su condición financiera y establece una intervenci­ón.

“Lo que cuenta la historia es que factoreo le iba a generar una utilidad grandísima a todos los afiliados, eso era en síntesis el negocio del factoreo”, comentó Mora.

Entre 2017 y 2018, la Caja de Préstamos despidió a 11 funcionari­os de Caprede Factoreo, entre ellos a la gerenta general de ese entonces, Cristina Fonseca Barrios.

En su página web, Caprede no incluye ni los estados financiero­s auditados, ni el análisis forense de 2017 ni la lista de sus directivos.

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RAFAEL PACHECo Las instalacio­nes de la Caja de Préstamos y Descuentos de los Empleados del Poder Judicial (Caprede) se ubican detrás del edificio de Tribunales, en San José.
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