Policía atada de manos para frenar tumultos y licor fuera de los bares
Oficiales solo pueden ‘invitar’ a jóvenes a respetar distanciamiento social y no tomar en la calle
Las autoridades policiales están atadas de manos para intervenir en los constantes tumultos que se forman en las afueras de bares de San José u otras comunidades del país, pues solo pueden “invitar” a las personas a respetar el distanciamiento social.
Ya sea por hacer fila para ingresar a un comercio o por ingerir bebidas alcohólicas a la orilla de la calle, estas aglomeraciones se han hecho cada vez más frecuentes las noches de fines de semana, a pesar de la pandemia.
Barrio La California, en San José; San Carlos, en Alajuela; Santa Cruz, en Guanacaste; o Limón, son solo algunos de los sitios donde ocurren estos problemas, en momentos en que el país está en la peor crisis sanitaria por el coronavirus.
Voceros de la Policía Municipal de San José y del Ministerio de Seguridad Pública reconocen que al encontrarse con una situación de este tipo en las calles, solo les queda “invitar” a los concurrentes a retirarse y apelar a la responsabilidad individual.
‘La Cali’. En donde suceden con más regularidad las aglomeraciones es en barrio La California, sitio en el que, según el director de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, hay poca preocupación de los dueños de bares por atender el problema.
“El comercio trata de desmarcarse de lo que ocurre en la calle. Aunque esa concentración de personas tiene como detonante la actividad comercial, es decir, mucha gente va a hacer fila para entrar a un bar, lo que pase de la puerta hacia fuera, el comercio siempre trata de desmarcarse.
”También pasa que cuando los bares cobran entrada, algunas personas prefieren quedarse tomando bebidas en las afueras, porque ahí también les llega la música y hay ambiente.
”La gente solo busca un lugar para aglomerarse y estar con sus pares. Entonces, ahí arma su fiesta sin necesidad de ingresar”, explicó Solano.
El director policial argumentó que los locales comerciales deberían velar por que sus áreas externas no se conviertan en “un bar a cielo abierto”, ya que reconoce que las autoridades no tienen mucho margen de acción.
“En este tipo de intervenciones, la Policía lo que hace es que invita a las personas a respetar el distanciamiento y a desistir del consumo de bebidas alcohólicas en la calle”, agregó.
Tumultos norteños. Problemas similares se registran en San Carlos, en donde el jefe de la Policía Municipal, Keylor Castro, asegura que han encontrado hasta 100 personas en las afueras de un negocio ingiriendo licor.
“Algunos comercios que tienen patente para vender licor y deberían venderlo para llevar, abren una ventanilla para vender comida rápida, pero por esa ventana también venden cerveza y otras bebidas alcohólicas.
”Entonces, la gente se aglomera en los alrededores y a veces da la 1 a. m. y hay cientos de personas reunidas ingiriendo. Eso es un problema recurrente”, afirmó el jefe policial.
A cientos de kilómetros, en Santa Cruz de Guanacaste, la situación se repite.
“Las personas lo que hacen es trasladarse de los bares y restaurantes a las afueras de minisúperes o licoreras para seguir consumiendo. Algunas aglomeraciones no son en las afueras ni en el predio, sino en la propia calle.
”En ese caso, la Policía hace el decomiso de licor e invita a las personas a irse del lugar. El Ministerio de Salud ya nos ha dicho que está preocupado por esto”, relató Arlethe Díaz, jefa de la Policía Municipal en ese cantón.
Y al otro lado del país, en la región del Caribe, el asunto es muy similar. Inclusive ocurre en otro tipo de comercios.
“Un caso muy sonado fue el del Wolf Mall Center, el año pasado, cuando habían anunciado una promoción y se hizo una gran aglomeración de personas en las afueras del local”, mencionó el jefe de la Policía Municipal de Limón, Jeison Arce.
Sin poder. Sobre este tema, el viceministro de Seguridad Pública, Eduardo Solano, también confirma la dificultad de impedir los tumultos.
“A menos de que estén cometiendo algún delito o contravención, no se puede hacer ningún tipo de uso de la fuerza para evitar esas aglomeraciones en la calle”, aseveró.
El viceministro alega que las autoridades se limitan a hacer la advertencia al bar, ya que su alcance legal llega hasta ahí.
Asimismo, considera que una buena estrategia es apostar a la “responsabilidad individual”.
“También se hace un llamado de atención a las personas que están aglomeradas y se pide que se habilite el espacio mínimo que establecen las medidas sanitarias”, detalló Solano sobre una de las medidas para dispersar alborotos.
Además, desde este martes en la noche, la restricción vehicular sanitaria será de 9 p. m. a 5 a. m., de lunes a domingo, con lo que se pretende, entre otras cosas, frenar estas aglomeraciones.
El pasado viernes, un equipo de La Nación realizó un recorrido por las calles de La California y pudo observar a
numerosos jóvenes en las afueras de algunos locales, muchos de ellos sin mascarilla.
Por ejemplo, al frente de un negocio de venta de cocteles se encontraban varios grupos de muchachos sin distancia entre sí, mientras esperaban ingresar al sitio o ingerían bebidas en la acera de enfrente.
Empresario lo niega. Aunque las autoridades confirman las continuas aglomeraciones en esta zona josefina, el presidente de la Asociación de Vecinos y Empresarios de Barrio La California (Asocali), Andrés Herrera, niega la frecuencia de dichos tumultos.
Herrera también es gerente general del Grupo Distrito Carmen, encargado de operar los bares La Concha de la Lora, Mercado La California, Casa Félix y Selvática, todos ubicados a lo largo de la calle 21, en el centro de la capital.
“En ocasiones me parece que tal vez sí se han hecho filas en algunos negocios, pero creo que es en muy pocos y, sobre todo, en uno que se llama La Destilería, que lo inauguraron hace poco.
“El día que abrió y unos días después, hubo una fila medio grande en las afueras.
”El problema, creo, que consistió en que el negocio, adentro, ya estaba lleno, pero había personas afuera haciendo fila, a pesar de que les explicaron que no iban a poder entrar”, dijo el empresario.
La Nación intentó contactar a los dueños del establecimiento que mencionó Herrera, pero nunca contestaron las llamadas telefónicas.
Sin contacto. El presidente de la Asocali también manifestó que antes de la pandemia, su asociación trabajaba de cerca con la Fuerza Pública para controlar y ordenar la aglomeración en la vía pública.
Sin embargo, afirmó que desde el inicio de la emergencia sanitaria perdió comunicación con las autoridades y que hasta “hace muy pocas semanas” siente que la afluencia en La California “aumentó un poco”.
“Desde la semana pasada, iniciamos comunicación con el nuevo jefe de la Fuerza Pública del Carmen, teniente Paul Morales, y le solicitamos reunirnos para, nuevamente, en conjunto, coordinar acciones que nos permitan tener un barrio seguro, ordenado y que cumpla con los lineamientos establecidos por el Gobierno de la República.
”El objetivo es que los comercios podamos hacer nuestro trabajo a lo interno, garantizando la seguridad de las personas mediante el cumplimento de los protocolos sanitarios, y que la Fuerza Pública nos colabore a lo externo, en caso de que, por alguna razón atípica, se hagan aglomeraciones en vía pública”, expresó Herrera.