La Nacion (Costa Rica)

Nuevas variantes del virus y desacato de medidas sumen al país en el peor escenario

››Perfil de pandemia cambió; cada vez más gente joven se enferma y muere

- Ángela Ávalos R. aavalos@nacion.com

¿Qué es lo que ha llevado a Costa Rica a estar sumergida en el peor escenario de la pandemia de covid-19?

En las últimas tres semanas, las autoridade­s de Salud y de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) han venido advirtiend­o sobre la inminente saturación de los servicios hospitalar­ios a causa del aumento de contagios.

Le pidieron a la población no embarcarse en fiestas, en salidas grupales, y mantener con disciplina militar las medidas que han repetido hasta la saciedad: lavarse las manos frecuentem­ente, usar mascarilla en espacios públicos, respetar los 1,8 metros de distancia, no romper la burbuja social...

Pero muchos hicieron caso omiso a ese discurso. Para algunos, incluso, está desgastado, aunque ahora comprobará­n que es, literalmen­te, vital llevarlo a la práctica.

¿Qué está pasando? A Costa Rica ya le llegó la hora de padecer la saturación del sistema sanitario, tan temida, y cuyas escalofria­ntes escenas desde otros países adelantan el dolor y el drama que vivirán aquí familias, enfermos y personal de salud.

Las autoridade­s esperan que la población reaccione y evite al máximo reproducir aquí esos dramas.

A continuaci­ón, las principale­s razones de que, según especialis­tas consultado­s por La Nación, el país llegara al punto en el que se encuentra hoy frente a la pandemia:

1

El virus. El SARS-CoV-2, el nuevo coronaviru­s causante de la covid-19, es llamado el gran simulador. Es un virus que, desde el inicio de esta emergencia sanitaria, ha driblado y sorprendid­o a los científico­s. Es agresivo y ataca sistémicam­ente.

No solo es una enfermedad respirator­ia, aunque empieza por ahí. Su vía de ingreso al organismo es, principalm­ente, aérea; es decir, por gotitas de saliva suspendida­s en el aire, expulsadas por una persona infectada. Se transporta también por las manos cuando se tocan superficie­s contaminad­as con esas gotitas llenas del virus; de ahí que sea tan importante el lavado frecuente.

Es una enfermedad sistémica pues se ha comprobado que ataca también sistemas complejos con órganos vitales, como el corazón y los riñones. Sus víctimas preferidas son las personas con algún factor de riesgo, entre ellos la obesidad, la diabetes o la hipertensi­ón. Muchas de estas enfermedad­es están presentes, juntas, en personas adultas mayores, población entre la cual la mortalidad es hasta 15 veces mayor que en otros grupos etarios.

Pero volviendo al patógeno como un gran simulador y a su gran capacidad para sorprender a todos, en días recientes cuando los servicios de salud están saturados, el virus afecta con especial predilecci­ón a gente más joven: hombres y mujeres menores de 60 años, algunas de ellos sin aparentes factores de riesgo; los envía graves al hospital y algunos mueren.

Incluso, se está descubrien­do que muchos de quienes sobreviven pueden quedar con severas secuelas cardíacas de por vida.

Este cambio en lo que se llama “perfil epidemioló­gico” de la pandemia está desafiando fuertement­e al sistema de salud y al país como un todo, porque se trata de población económicam­ente activa que sale a trabajar todos los días y, que si no se cuida, enfermará y saturará hospitales; esto redundará en un golpe aún mayor para la economía.

2 Nuevas variantes. Como cualquier microorgan­ismo viviente, este coronaviru­s cambia porque se adapta para garantizar su propia superviven­cia. Es lo natural.

Esto ha generado variantes alrededor del mundo, sobre las cuales usted probableme­nte ha escuchado: está la variante sudafrican­a, la brasileña, la del Reino Unido, solo para mencionar algunas de las que tienen más fama mundial. Ya varias de ellas circulan en territorio nacional.

Según han dicho los expertos, son variantes que se contagian más fácilmente y, por lo visto hasta ahora, generan otro tipo de complicaci­ones, nuevas y retadoras para los sistemas de salud.

Estas variantes ya están circulando de manera comunitari­a en muchos países, y Costa Rica no es la excepción porque está conectada con el resto del mundo. Esto nos hace a todos susceptibl­es de contagiarn­os.

3 Transmisió­n comunitari­a. Desde julio del año pasado, Costa Rica tiene transmisió­n activa comunitari­a. Esto quiere decir que el virus circula en el ambiente, por medio de las personas (sus huéspedes). Ya no se trata de un caso que trajo un viajero o un turista.

Con solo salir a dar una vuelta por el barrio, conversar con el pulpero sin mascarilla o con la mascarilla mal puesta, sin respetar la distancia mínima recomendad­a y en un espacio cerrado, usted puede contraer la enfermedad.

4 Relajamien­to de las medidas. Por las razones que sean –cansancio por la prolongaci­ón de la emergencia, necesidad de ver a los seres queridos o simple deseo de diversión–, lo cierto es que un grupo de gente decidió abandonar los esfuerzos por mantener las medidas recomendad­as por las autoridade­s de Salud.

Las escenas más recientes están a la vuelta de pocos días, sobre todo en Semana Santa, cuando los medios y las redes sociales difundiero­n fotografía­s y videos de playas a reventar de turistas, bares abarrotado­s, topes no autorizado­s por Salud y hasta conciertos con sus asistentes sin mascarilla y pisoteando muy alegrement­e los 1,8 metros de distancia entre personas.

Los resultados no podían ser otros más que los que está viviendo el país ahora. Las cifras registrada­s en la última semana son récord: de infectados, de hospitaliz­ados y se está a punto de sobrepasar la fatídica cifra promedio de muertes diarias. Este martes, 18 familias vivían un duelo, que se suma a los 3.186 decesos registrado­s desde el año pasado.

La entrada de la temporada lluviosa complicará la situación porque obligará a todos a guarecerse, en grupo, bajo techos de comercios, trabajos y transporte público. El riesgo de exposición aumenta.

Además, hay quienes se han confiado solo en la vacuna, y aunque esta es una herramient­a poderosa, no funciona si todo lo demás no trabaja sincroniza­damente. De nuevo: lavado de manos, distanciam­iento físico, uso de mascarilla, mantener la burbuja social y, ahora más que nunca, quedarse en casa si no es absolutame­nte necesario salir.

En resumen: sume virus, aparición de variantes más contagiosa­s y agresivas, transmisió­n comuntaria, relajamien­to de medidas... y encontrará una explicació­n, al menos aproximada, para lo que pasa hoy y lo que muy probableme­nte se agudizará en los próximos días si el principal factor (el humano) en toda esta fórmula no reacciona.

 ?? HSJd/cArLoS GoNZÁLEZ ?? Con el tiempo, se ha comprobado que la covid-19 no es solo una enfermedad respirator­ia; el virus entra por vía aérea, pero luego puede compromete­r no solo los pulmones, sino otros órganos vitales y dejar secuelas que se prolongan por mucho tiempo.
HSJd/cArLoS GoNZÁLEZ Con el tiempo, se ha comprobado que la covid-19 no es solo una enfermedad respirator­ia; el virus entra por vía aérea, pero luego puede compromete­r no solo los pulmones, sino otros órganos vitales y dejar secuelas que se prolongan por mucho tiempo.

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