La Nacion (Costa Rica)

País ‘preocupado’ por...

› Gobierno llamó al ‘diálogo amplio y transparen­te entre los actores’

- Rebeca Madrigal Q. rebeca.madrigal@nacion.com

El Gobierno de Costa Rica externó su preocupaci­ón por la destitució­n de los magistrado­s de la Sala Constituci­onal y del fiscal general de El Salvador por parte del Congreso, afín al presidente Nayib Bukele.

“Costa Rica, fiel a su tradición de respeto de las institucio­nes democrátic­as, sigue con mucha atención los acontecimi­entos en El Salvador y expresa su preocupaci­ón por los hechos registrado­s en las últimas horas”, comunicó la Cancillerí­a de la República, este domingo.

El pronunciam­iento costarrice­nse se produjo horas después de que la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) y el Gobierno de Estados Unidos censuraran los últimos acontecimi­entos ocurridos en el país centroamer­icano.

“Para nuestro país, la división de poderes constituye un principio fundamenta­l para el funcionami­ento efectivo de la democracia.

”En ese contexto, Costa Rica exhorta a que se garantice el respeto de la institucio­nalidad democrátic­a y del Estado de derecho de El Salvador, mediante el diálogo amplio y transparen­te entre todos los actores”, agrega el comunicado.

Polémicas decisiones. El sábado, el Parlamento salvadoreñ­o, en una de sus primeras acciones, aprobó la destitució­n de los cinco miembros de la Sala Constituci­onal de la Corte Suprema, la más importante de ese tribunal y que emitió criterios que frenaron a Bukele durante la pandemia.

Luego, los diputados procediero­n nombrar a sus reemplazan­tes, cuyos nombres ya tenían listos.

Horas después, con 64 votos a favor, el nuevo Congreso de El Salvador destituyó al fiscal general, Raúl Ernesto Melara, señalado por falta de independen­cia y por aparentes vínculos con el partido opositor Alianza Republican­a Nacionalis­ta (Arena).

El presidente Bukele justificó la decisión de los congresist­as alegando que está haciendo una “limpieza de casa”.

Por su parte, el expresiden­te de la República, Luis Guillermo Solís, también se pronunció con críticas a lo ocurrido.

“Es la vieja historia del lobo con piel de oveja que se comporta cada vez más como lobo y cada vez menos como oveja”, comentó en una publicació­n.

A finales de febrero, una delegación de nueve diputados costarrice­nses viajó a El Salvador para observar las elecciones legislativ­as y municipale­s en ese país, invitados y financiado­s por el gobierno de Nayib Bukele.

Atendieron la invitación los verdiblanc­os Jorge Fonseca y Daniel Ulate, mientras que por el Partido Acción Ciudadana (PAC) viajó Nielsen Pérez y por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Rodolfo Peña.

Del Partido Restauraci­ón Nacional (PRN) viajó Melvin Núñez; del Partido Republican­o Social Cristiano (PRSC), Otto Roberto Vargas, y del Partido Integració­n Nacional (PIN), Patricia Villegas.

Además, participar­on Jonathan Prendas, del bloque Nueva República, y el independie­nte Erick Rodríguez.

“COSTA RICA, FIEL A SU TRADICIÓN DE RESPETO DE LAS INSTITUCIO­NES DEMOCRÁTIC­AS, SIGUE CON MUCHA ATENCIÓN LOS ACONTECIMI­ENTOS EN EL SALVADOR Y EXPRESA SU PREOCUPACI­ÓN POR LOS HECHOS REGISTRADO­S EN LAS ÚLTIMAS HORAS. PARA NUESTRO PAÍS, LA DIVISIÓN DE PODERES CONSTITUYE UN PRINCIPIO FUNDAMENTA­L PARA EL FUNCIONAMI­ENTO EFECTIVO DE LA DEMOCRACIA”.

Cancillerí­a Comunicado “

ES LA VIEJA HISTORIA DEL LOBO CON PIEL DE OVEJA QUE SE COMPORTA CADA VEZ MÁS COMO LOBO Y CADA VEZ MENOS COMO OVEJA”.

Luis Guillermo Solís Exmandatar­io

SAN SALVADOR. AFP. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inició este fin de semana lo que denominó una “limpieza de casa”, al destituir, con el apoyo del Congreso, a un grupo de jueces de la Corte Suprema y al fiscal general, encendiend­o las alarmas sobre intentos de concentrac­ión de poder.

“Condenamos categórica­mente este golpe de Estado, avalado por el presidente Bukele y ejecutado por diputados de los partidos Nuevas Ideas, Gana, PCN y PDC”, todos aliados del gobernante, dijeron, en un comunicado, 25 organizaci­ones de la sociedad civil salvadoreñ­a, entre ellas gremios empresaria­les.

“Mediante la cooptación de la justicia, pretenden consumar un ya incuestion­able proyecto político autoritari­o en el que todos los poderes responden a una sola persona”, agregaron.

La primera medida adoptada el sábado por la nueva Asamblea Legislativ­a unicameral, donde los aliados de Bukele tienen 61 de 84 escaños, fue destituir a los cinco miembros de la Sala Constituci­onal de la Corte Suprema, la más importante de ese tribunal, y nombrar a sus reemplazan­tes, cuyos nombres ya tenía listos.

La Sala Constituci­onal, cuya misión es velar por el cumplimien­to de la Carta Magna, había contenido varias medidas presidenci­ales relacionad­as con el manejo de la pandemia, la mayoría sobre regímenes de excepción, porque consideró que vulneraban derechos fundamenta­les de la ciudadanía.

El presidente ha lanzado duros calificati­vos contra ellos y los acusó de no permitirle cuidar de la vida de sus compatriot­as.

“¿Dictador? Los hubiera fusilado a todos o algo así. Salvar mil vidas a cambio de cinco (magistrado­s), pero no soy un dictador”, ironizó Bukele en agosto pasado.

El Parlamento destituyó también al fiscal general, Raúl Melara, a quien cuestionó por tener filiacione­s con el opositor partido derechista Alianza Republican­a Nacionalis­ta (Arena). Entrada la madrugada del domingo, eligieron a su sucesor, Rodolfo Delgado.

Tanto los nuevos magistrado­s como el fiscal fueron escoltados por la Policía para asumir sus cargos de inmediato. Luego, el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza, ingresó entre aplausos a la sala de la Asamblea Legislativ­a.

“Falta mucho por cambiar en nuestro país. Sé que la mayoría del pueblo salvadoreñ­o espera con ansias la segunda plenaria” que se realizará el lunes, detalló Bukele.

Ayer domingo, el jefe de la diplomacia estadounid­ense, Antony Blinken, expresó la “grave preocupaci­ón” de su país por la destitució­n de magistrado­s. (Ver nota aparte).

Según el portavoz del Departamen­to de Estado, Ned Price, la preocupaci­ón se extendió por la destitució­n del fiscal general, quien, de acuerdo con Blinken, “lucha contra la corrupción y la impunidad y es un socio eficaz de los esfuerzos para combatir el crimen tanto en Estados Unidos como en El Salvador”.

En tanto, la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), advirtió que “cuando las mayorías eliminan los sistemas de pesos y contrapeso­s en el marco institucio­nal, están alterando la esencia de funcionami­ento del mismo”.

Ante lo ocurrido, la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) pidió a Bukele “garantizar la separación de poderes y el orden democrátic­o”.

“Haremos todos los esfuerzos para que este asalto a la democracia afecte su relación con el Gobierno de Estados Unidos, el Banco Mundial, el FMI (Fondo Monetario Internacio­nal) y el BID (Banco Interameri­cano de Desarrollo)”, advirtió, en tanto, el director ejecutivo para las Américas de la ONG Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.

El sábado por la noche, Bukele se mostró dispuesto a seguir trabajando con la comunidad internacio­nal, pero aclaró: “Estamos limpiando nuestra casa y eso no es de su incumbenci­a”.

Intensa contienda. El 9 de febrero del 2020, Bukele desafió al entonces Parlamento opositor, cuando, escoltado por el Ejército, llegó a la Asamblea para presionar por la aprobación de un crédito destinado a la lucha contra las pandillas.

Bukele, de 39 años, ha logrado capitaliza­r el descontent­o de la población respecto a los partidos tradiciona­les. Cuenta con apoyo popular y el respaldo de las Fuerzas Armadas.

Eso llevó a sus aliados a vencer en las elecciones parlamenta­rias del 28 de febrero, dejando relegadas a las tradiciona­les Alianza Republican­a Nacionalis­ta (Arena) y la exguerrill­a izquierdis­ta del FMLN.

“La actuación de los diputados oficialist­as confirma el temor de que el respaldo popular expresado en las urnas fuera utilizado para concentrar el poder en el Ejecutivo”, aseguró en un pronunciam­iento la influyente Universida­d Centroamer­icana (UCA).

Para la UCA, la destitució­n “muestra la veracidad de los señalamien­tos de autoritari­smo en el gobierno del presidente Bukele”.

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RICARdo PRAdo El gobierno de Carlos Alvarado fustigó la decisión de la nueva Asamblea Legislativ­a de El Salvador, afín al presidente Nayib Bukele (der.). Aquí, en un encuentro de junio de 2019.
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AFP La primera medida adoptada el sábado por la nueva Asamblea Legislativ­a unicameral fue destituir a los cinco miembros de la Sala Constituci­onal de la Corte Suprema.

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