Banco pasó de sufrir una tormenta a encontrar una oportunidad de cambio
El ciberataque de Maze generó un gran “ruido” alrededor del Banco de Costa Rica, pero no tuvo ningún daño financiero, según dijo su gerente, Douglas Soto.
Hace un año, este grupo de delincuentes publicó información de tarjetas de crédito de Visa y Mastercard del Banco.
Desde el 1.° de mayo del 2020, la institución catalogó este caso como una extorsión. El 22 de mayo, descartó que hubiera evidencia de la sustracción de datos de clientes de los sistemas de la institución, aunque Maze ya había divulgado datos de tarjetas emitidas entre el 2017 y 2018.
Sin embargo, el 25 de mayo, el Banco confirmó la filtración y corroboró que el 70% de los plásticos estaban desactivados.
“Maze nos afectó, pero fue una gran oportunidad porque teníamos un cronograma de plataformas por implementar y las implementamos inmediatamente (...). El Banco salió victorioso de Maze porque agilizó procesos (pensados) para aplicarlos en dos años y se hicieron en el 2020”, reconoció Soto.
El funcionario destacó que entre las medidas de seguridad adoptadas está la biometría facial para Android y dispositivos iOS, de Apple.
La nueva herramienta permite a los usuarios validar transacciones desde la aplicación móvil del BCR. Entre los trámites avalados están Sinpe Móvil, solicitud de PIN de tarjetas de crédito y débito; cambio de contraseña, pago de servicios, depósitos judiciales y cambio de parámetros de tarjetas.
El ejecutivo dijo que el refuerzo de las facilidades en línea fueron claves de cara al aumento de las transacciones electrónicas desde los teléfonos móviles.
Los datos del Banco muestran que, en enero del año pasado, se efectuaron 20.000 transacciones vía web. Para el mismo mes del 2021, registraron 7,2 millones.
“Maze fue un asunto bastante fuerte en cuanto a riesgo reputacional, pero no hubo daño colateral y más bien nos permitió fortalecer todas nuestras defensas”, insistió Soto.
La entidad pública también modificó, durante el año pasado, la atención al servicio al cliente para facilitar la respuesta de solicitudes, pues la pandemia obligó a llevar la respuesta a un trámite hasta la puerta de la casa de la persona.
La mitad de los empleados de la firma pasó a teletrabajo. El Banco cuenta con una planilla de 4.200 trabajadores.
“Nuestro norte es convertirnos en un banco digital para que, desde el teléfono, la persona pueda solicitar cualquier servicio. Esto llegó para quedarse”, subrayó Soto.
Añadió que la medida reducirá gastos en alquileres. Sin embargo, descartó que implique despido de personal.
En el 2020, el BCR tuvo ingresos, por el cobro de créditos e inversiones, de ¢300.287 millones, lo cual significó una baja del 11,5%, respecto a los ¢339.491 millones del 2019, según Sugef.
BIEN LIBRADO
“MAZE FUE UN ASUNTO BASTANTE FUERTE EN CUANTO A RIESGO REPUTACIONAL, PERO NO HUBO DAÑO COLATERAL Y MÁS BIEN NOS PERMITIÓ FORTALECER TODAS NUESTRAS DEFENSAS”. Douglas Soto GERENTE DEL BCR