Ciencia apunta a partículas del coronavirus en el aire como el principal difusor
››Ventilación es clave en la prevención y evitar espacios cerrados con muchas personas
Cada vez que un portador del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19, tose, estornuda, grita o canta, partículas del virus salen disparadas a través de su saliva.
De ellas, algunas, las más grandes, podrían impactar directamente en las personas cercanas y contagiarlas, pero en su mayoría caerán al suelo.
Por el contrario, otras más pequeñas quedan suspendidas en el aire por más tiempo, viajarán más lejos y podrían infectar a quienes las inhalan antes de que caigan.
Esta es la llamada transmisión por aerosol. Hasta hace poco era considerada una forma de transmisión del virus, pero no la principal, pues se creía que las gotas más grandes tenían mayor peso.
No obstante, desde julio del año pasado, 239 científicos presentaron evidencia para pedir reconocerla como la forma principal.
Hoy esto es una realidad. El viernes anterior, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) actualizó su información sobre la transmisión del virus y reconoce que estas partículas aerosolizadas pueden quedar suspendidas de minutos a horas y que estas serían la principal forma de contagio.
¿Cómo se daría este contagio? “Por inhalación de esas gotitas muy finas o de aerosoles que contengan el virus infeccioso. El riesgo de transmisión es mayor entre tres y seis pies (0,91 m y 1,8 m), porque la concentración de partículas es mayor”, cita el documento.
En otras palabras, este tipo de transmisión es más eficiente en lugares cerrados y poco ventilados, o donde hay mayor cantidad de personas sin guardar distancia.
Sin embargo, sí podría darse en espacios más abiertos, especialmente si las personas no usan la mascarilla de forma correcta.
1 Muy atentos.
La Nación conversó con Jose Luis Jiménez, catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado, Estados Unidos.
Este científico español es una de las personas que está en el centro de las investigaciones de la transmisión del SARS-CoV-2 y es asesor de diferentes organismos internacionales.
Él y otros diez científicos crearon una lista de preguntas frecuentes con respuestas explicativas para que las personas entiendan el concepto y cómo protegerse.
“No debe darnos miedo. No es verlo como algo hollywoodense. El virus no va a recorrer 30 kilómetros ni a meterse debajo de las puertas, pero sí debemos estar atentos y saber cómo protegernos, especialmente en lugares poco ventilados y con poco espacio”, manifestó en entrevista con La Nación.
Jiménez celebra la aceptación por parte del CDC de esta forma de transmisión como principal y reconoce que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya le da más importancia, aunque admite que se tomaron mucho tiempo en hacerlo.
Hay dos formas principales en la que los aerosoles nos van a infectar.
“Se da en dos situaciones. Una es si hablas de cerca con alguien sin mascarilla, aun en espacios abiertos. La cercanía con otras personas aumenta el riesgo de aerosoles.
” La otra es si compartes una habitación. Las paredes de la habitación retienen el aire y ahí se van quedando los aerosoles con el virus y ahí los vas respirando y respirando y lo inhalas”, subrayó el especialista.
2 La prevención.
Jiménez rescata dos cosas principales. Por un lado está lo que no debemos hacer, por otro, lo que sí.
Hay situaciones que deben evitarse, como los espacios cerrados, donde hay muchas personas y donde no hay ventilación.
“Si estamos en este tipo de situaciones, permanecer allí el menor tiempo posible, con la menor cantidad de gente, y utilizando siempre la mascarilla”, recomendó el científico.
Es por eso que la mayor recomendación es quedarse en casa en época de pico de contagio.
Pero si debe realizarse cualquier tipo de actividad, lo aconsejable es realizarla al aire libre. Si hay varias personas de diferentes grupos familiares lo ideal es el uso de la mascarilla.
Sin embargo, con la llegada de las lluvias esto se hace cada vez menos factible.
Si están en espacios cerrados la recomendación es: hay que ventilar. ¿Cómo hacerlo? Mantener abiertas puertas y ventanas. No necesariamente debe ser de par en par. En casos de lluvia o mucho frío, mantenerlas un poco más abiertas ayudará.
¿Y si no hay puertas ni ventanas? Entonces queda filtrar.
Hay filtros que funcionan como ventiladores y esto oxigena para quitar el virus.
En casos especiales, donde hay mayor hacinamiento, como una cárcel, ayudará la luz ultravioleta.
“No son cosas de ciencia ficción, ni extraordinarias. Solo abrir las ventanas ya es de gran ayuda”, recalcó.
En sitios de reunión, como escuelas o centros de trabajo, se recomienda el uso de medidores de dióxido de carbono, que indican qué tanto el aire está circulando y saber en qué momento se requiere ventilar más.
3 La mascarilla.
El catedrático es enfático en que la mascarilla es un buen arma para filtrar los virus, pero ni la mejor mascarilla con la mejor tecnología y mejores filtros va a funcionar bien si no la sabemos usar, o si la usamos mal.
Por ello debe buscarse un dispositivo que se ajuste a la persona; no puede quedar ni grande ni pequeño, y no se deben formar huecos entre la mascarilla y la piel.
“Es como una mosquitera, si hay huecos ahí entran los mosquitos. Lo mismo pasa con los virus en la mascarilla. Por más pequeño que sea el hueco, el virus siempre va a ser más
MUY DESPIERTOS
“NO DEBE DARNOS MIEDO. EL VIRUS NO VA A RECORRER 30 KILÓMETROS NI A METERSE DEBAJO DE LAS PUERTAS, PERO SÍ DEBEMOS ESTAR ATENTOS Y SABER CÓMO PROTEGERNOS, ESPECIALMENTE EN LUGARES POCO VENTILADOS Y CON POCO ESPACIO”.
“NO SON COSAS DE CIENCIA FICCIÓN, NI EXTRAORDINARIAS. SOLO ABRIR LAS VENTANAS YA ES DE GRAN AYUDA”.
“AL HABLAR SALEN 10 VECES MÁS VIRUS AL AIRE QUE AL RESPIRAR. AL CANTAR O GRITAR SON 50 VECES MÁS”.
José Luis Jiménez Científico español
pequeño”, manifestó.
Para el especialista, los bordes de la mascarilla deben estar en contacto directo con la piel, por lo que no es recomendable que los hombres utilicen barba, y si lo hacen, que esta sea en sitios que no tengan contacto con los bordes de la mascarilla.
4 Viajar en bus.
Si se debe viajar en transporte público y no puede hacerlo a horas bajas, el riesgo puede ser mayor, pero hay formas de minimizarlo.
Una de ellas es no hablar. “Al hablar salen diez veces más virus al aire que al respirar. Al cantar o gritar son 50 veces más”, manifestó.
El buen uso de la mascarilla bien fijada baja el riesgo.
¿Todas las personas son igual de infecciosas?
Para nada, puntualiza Jiménez.
“En primer lugar, está muy claro que existe una gran variabilidad en el tiempo para una persona determinada.
“Es bien sabido que hay un pico de contagio justo antes y al inicio de los síntomas, y que luego el contagio disminuye”, recalcó.
Además, es probable que algunas personas sean más contagiosas que otras. Esto puede deberse, por ejemplo, a una mayor carga viral al inicio de los síntomas, a mayores emisiones de partículas respiratorias o (probablemente) a ambos.
En otras palabras, algunas personas infectadas no exhalan mucho virus, mientras que otras exhalan mucho durante unos días.
También, hay actividades que generan más transmisión: gritar o cantar generan muchas partículas de saliva que hablar o simplemente respirar.
Algunos científicos apuntan a que el aire exhalado durante el ejercicio físico también contiene más partículas virales.
5 Otras vías.
El CDC define otras dos formas en las que el virus se transmite: las gotículas de saliva más grandes y las fomites o superficies contaminadas.
De primera entrada, la enfermedad causada por cualquier tipo de transmisión no implica que vaya a darse un cuadro más grave o más leve.
En realidad, la enfermedad es la misma, lo que varía es la forma como se infecta una persona.
Deposición. Las gotículas o partículas más grandes llegan en forma de spray a las membranas mucosas de los ojos, nariz o boca. El riesgo de transmisión será mayor cuanto más cerca esté la persona susceptible de la infectada.
Fomites. Tocar estas membranas mucosas de ojos, nariz o boca con las manos luego de tocar superficies contaminadas recientemente con el virus.
Para Jiménez, esta es la forma menos probable de contagio, pues el virus no subsiste tanto en las superficies y porque puede evitarse la infección con solamente un buen lavado de manos con agua y jabón.