Un indomable Mauricio
Después del la derrota 5 a 0 ante Alajuelense y la salida de Myers, en Saprissa tenían entendido que el cuadro sería dirigido por Marco Herrera, exjugador y asistente de Paté y de Roy.
Según pudo constatar La Nación con cinco fuentes, Herrera fue el encargado de dirigir el plantel y en las conversaciones con Víctor Cordero, en ese momento gerente deportivo, lo que se habló fue de ponerle un asistente.
“A Marco se le piden sugerencias (de asistente) y él mismo lanza el nombre de Mauricio Wright, quien en ese momento estaba en Aserrí”, contaron.
Mauricio es contactado por los tibaseños.
El cuadro morado vivió una confusión interna entre lunes y martes sobre quién era su entrenador, porque mientras Juan Carlos Rojas, presidente morado, anunciaba a Wright como técnico, otra cosa se veía en el camino hacia Guápiles, donde Saprissa enfrentaría a Limón: un Marco Herrera confundido y con desánimo, ya que no entendía por qué lo habían puesto primero como técnico y luego como asistente.
Otros personeros morados intercedieron para mantener a Herrera como cabeza del equipo en ese cotejo. Al final, Juan Carlos Rojas aclaró en una llamada a Wright que su posición era la de entrenador y, además, se le comunicó la decisión a Herrera.
El grupo primero supo de Wright como asistente, pero luego vieron que asumía la dirección técnica.
Herrera da una primera charla. Según una persona presente, dijo: “Me dieron la responsabilidad y yo tomo las decisiones. Vamos a ordenar esto. Al final si me va mal, el malo siempre será el entrenador”.
Al final termina asumiendo Wright la dirección técnica, aunque trabajó hombro a hombro con Herrera en la elaboración de alineaciones. Las charlas de estrategia y táctica eran el tema de Marco; lo motivacional de Wright.
Curiosamente, en el único partido en que Herrera no pudo estar, en San Carlos, se dio una discusión “caliente de camerino” entre Michael Barrantes y Mauricio Wright.
“Mauricio ayudó con personalidad, le habló fuerte a Michael. Eso fue un golpe para el grupo porque vieron que el hombre tenía carácter y que no lo podían dominar”, describió una fuente.
Llegaron las semifinales y finales. Saprissa comenzó a mostrar el orden en la cancha que no se le había visto, además de cohesión grupal en el terreno de juego. Hombres que no habían tenido su mejor versión como Jimmy Marín empezaron a mostrarse.
“Con Jimmy había un efecto particular en el que los altos mandos del camerino y hasta cierto punto los técnicos lo tenían como amarrado. A Jimmy, en una conversación en la que estuvieron Marco Herrera y Mauricio Wright, le dicen: ‘Suéltese a jugar; las broncas no las comemos nosotros”, dijo la fuente.
Marín se soltó a jugar, Herrera toleró que se le viera como asistente, Wright le dio un rol a Herrera de puertas para adentro. Los de experiencia aportaron y los jóvenes tendrán que esperar.