La Nacion (Costa Rica)

Correctivo­s para la corrupción

- rmatute@nacion.com Ronald Matute JEFE DE INFORMACIÓ­N DE LA NACIÓN

En las últimas semanas, una seguidilla de escándalos confirman cuán expuestos están los empleados públicos a los intereses oscuros. Que organizaci­ones presuntame­nte delictivas lograran tocar las puertas del Congreso, ministerio­s, institucio­nes, municipios y hasta de cuerpos policiales es una señal de alerta.

Raquíticos controles internos y una conducta desvergonz­ada de algunos funcionari­os bien puede abrir un peligroso portillo para que grupos tejan sus redes de influencia­s. Con favores, sobornos, adulacione­s y hasta proyectos disfrazado­s de buenas causas, les sería posible forjar lealtades y obtener palancas para sus propósitos.

Lo más preocupant­e es que muchas de las acciones que hoy se están investigan­do se realizaron a plena luz del día sin que nadie, al parecer, notara el elefante blanco que bailaba frente a sus ojos. Sin duda, todas las instancias de control deben ser revisadas. Auditores, inspectore­s, fiscalizad­ores, verificado­res y supervidor­es deben estar prestos para detectar maniobras que una vez concretada­s atenten contra la Hacienda pública.

¿Para qué tener una estructura tan compleja si a fin de cuentas no sirve para frenar la infiltraci­ón del crimen organizado? Lamentable­mente, los recientes casos revelados por las autoridade­s judiciales también generan dudas sobre los sistemas de control y sus encargados. Queda claro que se necesita gente idónea y dotada de las mejores herramient­as para verificar el buen uso de los recursos públicos. También se requieren funcionari­os con instinto de sabueso para olfatear las intencione­s y seguir el rastro a personajes sospechoso­s que merodean las oficinas públicas.

Es urgente zarandear las instancias de supervisió­n para garantizar que cuenten con personal muy calificado y honorable. De nada sirven extraordin­arios atestados técnicos si la moral es un desastre. La probidad tampoco es garantía si se carece del conocimien­to óptimo. A pesar de que las autoridade­s asestaron un fuerte golpe contra grupos cuya participac­ión en los actos denunciado­s será determinad­a por los tribunales, nada nos garantiza que no haya hechos ocultos. Frente a esta amenaza, en las institucio­nes se impone la revisión de procedimie­ntos, la autocrític­a y agudizar los sentidos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica