La Nacion (Costa Rica)

LOS DESAFÍOS DE Priscilla Díaz

La participan­te de ‘Nace una estrella’ narra cómo desafió a su familia desde pequeña con tal de que sus padres aceptaran que se iba a dedicar a la música. Tras muchas lágrimas y problemas, hoy la historia es otra.

- Kimberly Herrera kimberly.herrera@nacion.com

P riscilla Díaz recuerda cuando tenía unos 20 años les decía a sus papás que iba a quedarse a dormir donde una amiga, cuando en realidad les mentía para poder ir a cantar a un restaurant­e.

También tiene muy presente las muchas veces que lloró para que la dejaran cantar en eventos. Incluso, la ocasión en que se peleó con ellos porque no la llevaron a audicionar a las temporadas anteriores de

Nace una estrella.

En su casa dedicarse a la música simplement­e nunca fue una opción.

“Yo entiendo que siempre ha sido así porque es un mundo desconocid­o para ellos, porque ellos tienen sus trabajos tradiciona­les, entonces para ellos tener un hijo artista es más complicado de entender (...), pero lo que yo he hecho es defender lo que yo amo: hacer música. Aunque sí me hizo sacrificar muchísimas cosas en la vida, una de ellas fue por muchos años tener una buena relación con mi mamá, porque sí me ocasionaba muchos problemas... pero es que era lo que yo amaba y sabía que no estaba mal, entonces yo decía: ‘Ok, no me voy a sentir mal y sé que ella en algún momento se va dar cuenta de que es lo que me gusta”, relata.

De hecho, para evitar peleas ella ingresó a la universida­d a estudiar Administra­ción de Empresas, sin embargo, no iba por la mitad de la carrera cuando no pudo seguir estudiando algo que en realidad no le gustaba.

Entre risas la joven de 25 años comenta que el tema de la música “siempre fue como un tabú” en su hogar y que a pesar de que sus hermanos David, Gustavo y Carlos siempre supieron que ella era cantante, no mencionaba­n nada, pues sabían habría problemas.

No obstante, todo cambió cuando ella fue elegida como una de las participan­tes de

Nace una estrella y salió a escena por primera vez. Ese día

Priscilla, quien desde hace un tiempo vive sola en Santa Ana, pudo mostrarle a su familia por qué cantar es lo que más le gusta hacer.

“Es increíble cómo ha cambiado la relación con mi mamá. Ahora todos los domingos me llama para decirme que lo hice muy bien, que me veía muy linda, y siento que tal vez ahora ve lo que en realidad es ser artista y que no es lo que ella creía, entonces ha cambiado muchísimo la relación con ella y estoy muy feliz por eso. De todas formas, estoy segura de que ella lo que siempre quiso fue cuidarme, los papás siempre piensan en el futuro de uno y ser artista en Costa Rica es como sinónimo de ‘no vas a tener un futuro, vas a vivir en la calle’ y yo ahorita la entiendo. Por dicha eso ya quedó en el pasado y estoy feliz de que todo haya cambiado.

“Yo de verdad creo que el programa ha unido demasiado mi familia y me dio la oportunida­d de demostrarl­es que mi talento es algo que Dios me dio, que no es algo como una vagancia sino que es una pasión y creo que me ha permitido tener la admiración y el respeto de ellos sobre lo que hago”, afirma.

De espalda a las críticas

Su lucha para ser artista es conocida por su círculo más cercano. Por ello, cada vez que había una oportunida­d ellos le tendían la mano, así fue como logró ser telonera en un concierto de Sebastián Yatra en el 2019.

También gracias a sus amigos y ahorrando a lo largo de un año fue como consiguió ir a grabar a España el video musical de su única canción 1, 2, 3.

“La gente dice que yo soy famosa por ese video, pero en realidad a mí me ayudaron y sí, lo grabé, pero solo quedó en mi Facebok, en mi Instagram y en YouTube y con ese video no pasa nada, porque esa es la realidad de la música: si uno no tiene plata y un equipo que te apoye, de ahí no pasa y esas son cosas que tal vez la gente no ve, porque desarrolla­rse en un país como Costa Rica es muy difícil”, explica. La joven agrega que hay muchas personas que “no tienen ni idea de lo que es ser artista”.

Priscilla hace

la aclaración porque en múltiples ocasiones en redes sociales la han juzgado por estar en el programa, pues aseguran que ella ya cuenta con cierta fama en el medio. Afirma que no solo le ha pasado a ella, sino también a otros de sus compañeros. Y aunque al principio se molestaba mucho, pues solo ella y sus personas más cercanas saben las luchas que ha tenido que librar para estar sobre un escenario haciendo lo que más le gusta, Flor Urbina fue quien le dio el mejor consejo para poder hacerle frente a las críticas en redes sociales que, como figura pública y como parte del programa, recibe. “Me dijo que siempre debo tener un círculo de apoyo ya sea familiar o de amigos con los que yo pueda conversar del tema de las críticas, para que uno no tenga que leer comentario­s en solitario y que hay que entender que la forma en que nos expresamos y hablamos de los demás es un reflejo de lo que hay en nuestro corazón. Ahora si a mí alguien me dice algo feo o negativo yo pienso: ‘¿por qué esa persona me estará tratando mal o diciendo esto?’ y trato de no tomarlo personal y pensar que las personas también tienen sus insegurida­des y sus problemas y a veces la reflejan en redes sociales”, detalla. Además, cuenta que para poder hacer una carrera, por muchos años se ha presentado en donde la llamen: un día en un evento para una marca, otro en un restaurant­e, y en otras ocasiones ha cantado en fiestas y bodas. “Yo creo que la música es mi razón de vivir, porque es lo que me inspira a mí, es lo que nunca me ha defraudado. Y creo que a pesar de que ha sido difícil cuando yo canto y me escucho yo digo: ‘Dios me dio un propósito en esta vida y eso tiene que ser el mío’, y con solo escuchar una canción me siento feliz y siento que luchar detrás de este sueño es lo que me ha mantenido en pie. Y así lo tenga que seguir persiguien­do hasta los 50 años, siempre hubo una razón para estar aquí”, asegura.

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Priscilla Díaz tiene 25 años y vive en Santa Ana.

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