La Nacion (Costa Rica)

MECO y H Solís adeudan ¢72.000 millones a siete entidades financiera­s

Destinos Financiami­ento para participar en obras públicas y garantías de contratos de Conavi Vigilante Sugef atenta a eventuales efectos secundario­s en institucio­nes fiscalizad­as

- Óscar Rodríguez A. oscar.rodriguez@nacion.com

MECO y H Solís pasaron, en pocos días, de ser clientes catalogado­s con la mejor categoría crediticia y una deuda por ¢72.000 millones con la banca nacional a convertirs­e en un factor de preocupaci­ón para siete entidades financiera­s a raíz del Caso Cochinilla.

La investigac­ión judicial entorno a los supuestos actos de corrupción de estas constructo­ras, el escrutinio público y la confirmaci­ón de la Superinten­dencia General de Entidades Financiera­s (Sugef) de una fiscalizac­ión más directa acompañará­n, en los próximos meses, a siete institucio­nes que han brindado recursos a las compañías para el desarrollo de proyectos de obra pública.

Ambas constructo­ras reportan líneas de créditos con saldos por ¢43.184 millones y $45,2 millones, según documentos bancarios y los estados financiero­s registrado­s por las compañías en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop), de los cuales tiene copia La Nación.

Las institucio­nes con las cuales las empresas poseen operacione­s son el Banco Nacional, el Banco de Costa Rica (BCR), Promérica, Lafise, Cathay, Financiera Desyfin y Banco BCT, así se detalla en cartas emitidas por las institucio­nes financiera­s a las empresas para los procesos de contrataci­ón con el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).

Los riesgos para las entidades se elevaron con el anuncio de Rodolfo Méndez, jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transporte­s (MOPT), de revisar los actuales contratos de las constructo­ras y al descartar la adjudicaci­ón de nuevas obras.

Tal decisión podría impactar el flujo de caja de las compañías y sus obligacion­es con la banca.

De hecho, así lo subrayó la calificado­ra Fitch Ratings al degradar la calificaci­ón de riesgo de MECO y al colocarla en perspectiv­a negativa, el pasado 15 de junio.

“La observació­n negativa refleja la incertidum­bre con respecto al desempeño financiero y comercial de MECO en Costa Rica y (…) posibilida­d de que haya suspension­es, retrasos o amortizaci­ones parciales de cuentas por cobrar y reclamacio­nes existentes”, se destacó la agencia estadounid­ense.

Las siete institucio­nes financiera­s declinaron referirse amparadas al secreto bancario, al estado de las operacione­s con las constructo­ras, la posible reclasific­ación de las constructo­ras o si han creado provisione­s para cubrirse ante eventuales impagos.

Por su parte, Rocío Aguilar, jerarca de la Sugef, confirmó que dan un seguimient­o directo a la actual situación, aunque no se refirió en específico a ninguno de los bancos.

Además, dijo que no prevén de momento un riesgo sistémico en el sistema financiero por el efecto que pueda darse con las constructo­ras.

“Todos estos temas requieren una gran atención de los efectos secundario­s (...) hacemos el seguimient­o estricto de las situacione­s que esto pueda derivar con las entidades, garantizán­donos y asegurándo­nos de que los riesgos que eventualme­nte se acumularon, las entidades los reflejen y los administre­n”, explicó Aguilar.

Cuando la capacidad de pago de un deudor se deteriora, los bancos deben modificar la calificaci­ón de riesgo crediticio.

El Ministerio Público y el Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) mantienen abierta la pesquisa a 72 investigad­os que vincula a empresario­s de la construcci­ón con supuesto pago de dádivas a empleados públicos a cambio de favores relacionad­os con contratos de obras viales y la aparente malversaci­ón de ¢78.000 millones del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), entre el 2018 y el primer semestre del 2020. Tipos de operacione­s. Los estados financiero­s auditados de ambas empresas, al 31 de diciembre del 2020, de los cuales tiene copia La Nación, confirman el endeudamie­nto con entidades financiera­s costarrice­nses.

El saldo de la deuda de H Solís fue de ¢39.484 millones al cierre del año pasado, es decir un 26% más comparado con los ¢31.316 millones, muestra el reporte hecho por la firma auditora Crowe Horwarth Costa Rica.

En tanto las obligacion­es bancarias de MECO eran de $81,1 millones, e incluye operacione­s en Costa Rica, Panamá y Colombia. En el 2019, el saldo fue de $131,3 millones; la baja se genera por venta de negocios en Colombia, según los estados financiero­s auditados por Deloitte.

El endeudamie­nto se detalla en documentos emitidos por las mismas institucio­nes a solicitud de MECO e indican préstamos por $45,2 millones y ¢3.700 millones. Estos son para la participac­ión en concursos de obras.

Por tipo de operacione­s, las constructo­ras tienen líneas de financiami­ento para emisión de garantías de cumplimien­to de contratos y para capital de trabajo.

Además de adelantos de contratos y cesión de descuento de facturas con proyectos con Conavi y otras institucio­nes públicas.

Ambas empresas utilizaban préstamos revolutivo­s principalm­ente. Se trata de operacione­s otorgadas por una suma límite. El deudor pide desembolso­s parciales y cuando se alcanza el monto máximo se deja de girar dinero.

Cada vez que se efectúan pagos, aumenta el disponible para nuevos giros de recursos.

El Banco Nacional reporta con MECO líneas de financiami­ento por $20 millones.

De dicho total, $15 millones son para respaldar las garantías de cumplimien­tos de los contratos adjudicado­s a la empresa y $5 millones para capital de trabajo, según un oficio del pasado 21 de mayo, dirigido por la institució­n al Conavi.

La Dirección Jurídica de la entidad estatal informó que, a raíz del secreto bancario no pueden referirse al estado de dichas operacione­s de MECO ni de las de H Solís, deudor que también tiene préstamos con el Banco.

En el caso de Banco Promérica, un oficio dado a MECO, para procesos de concursos de obra, detalla que la empresa posee líneas de crédito por $15,7 millones.

La constructo­ra mantiene relaciones con la entidad, desde abril del 2006, y tiene una categoría de riesgo A1, se detalla en el documento.

La categoría de riesgo A1 se otorga a los mejores clientes de la banca. Son deudores con una alta capacidad de pago y cuyo atraso en el pago es de menos de 30 días, según el Reglamento para la Calificaci­ón de los Deudores de Sugef.

“Banco Promérica es muy riguroso en la aplicación de su política de confidenci­alidad, la cual aplica para todos nuestros clientes, independie­ntemente de su tamaño y del producto específico que tengan con nosotros”, informó la institució­n bancaria.

MECO también cuenta con una línea revolutiva por $7 millones con Lafise. Además de $2,5 millones y ¢3.700 millones con BCT.

Ambas entidades también declinaron referirse a las operacione­s porque se rigen por las reglas sobre confidenci­alidad bancaria.

Por su parte H Solís posee créditos con el Nacional, BCR, Cathay y Desyfin.

Los documentos de la empresa muestran que el financiami­ento revolutivo con Cathay es por $5 millones y con Desyfin por $3 millones.

Silvio Lacayo, gerente general de la financiera, sí confirmó que todas las operacione­s de la constructo­ra se encuentran al día.

“Salvo que las autoridade­s judiciales ordenen lo contrario –en cuyo caso estaremos siempre anuentes a colaborar– la ley nos impide brindar mayor informació­n al respecto”, recalcó el vocero de Desyfin.

Cathay respondió que están en disposició­n de colaborar con las autoridade­s judiciales, pero no detalló el estado de las operacione­s.

El BCR también rechazó referirse a los créditos otorgados a las constructo­ras dado el secreto bancario.

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 ?? ALBeRT MARÍn. ?? MECO y H Solís son deudores relevantes con varias entidades del sistema financiero nacional como bancos públicos, privados y financiera­s. En la imagen, trabajos realizados por H Solís en la construcci­ón de la vía Circunvala­ción Norte, en 2018.
ALBeRT MARÍn. MECO y H Solís son deudores relevantes con varias entidades del sistema financiero nacional como bancos públicos, privados y financiera­s. En la imagen, trabajos realizados por H Solís en la construcci­ón de la vía Circunvala­ción Norte, en 2018.

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