Con el alma ciudadana herida e indignada
PRoFesoR de esTudios soCiALes
Con estoicismo y serenidad, propios de mi edad, hace tres años examiné y acabé por aceptar los achaques y dolencias físicas que, como malhadado cuerno de la abundancia, se cernirían sobre mí.
Los siento venir, los padezco y me avengo. Finalizado el diagnóstico del andamiaje corporal, puse mi atención en los atavíos espirituales. Tres irrenunciables valores conducirían la vieja carreta de mi existencia hasta su destino final. Sin embargo he aquí que mi alma ciudadana sufre una conmoción en los últimos tiempos y trastorna de un modo tan vejatorio mi sobrios proyectos de una vida tranquila que, desgarrado, exasperado e indignado, miro cómo la corrupción y la putrefacción exhalan su pestilencia desde pozos negros excavados en la Administración Pública y la empresa privada.
En el brevísimo tiempo de 30 días, mi paz de ciudadano fue brutalmente convulsionada por posibles acontecimientos tan inmorales, unos, y reprochables, otros, que mi ecuanimidad mudó en ira pública.
1. Un festín de regalía y favores sexuales se derramó supuestamente en el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) y transmutó la ética de varios funcionarios en una repugnante traición a la confianza de los ciudadanos, cuyo dinero es extraído de sus bolsillos para restaurar la maltrecha red de comunicaciones viales de este país.
Además de asumir las consecuencias legales de sus actos, los funcionarios que sean encontrados culpables deben ser declarados moralmente inviables en una institución que pregona la vialidad. Sobornados,
Lo dijo Cicerón: servirse del cargo público para enriquecimiento personal es abominable
reblandecidos con dinero y otras pestilencias, parece ser que defraudaron al país y también clavaron un puñal de asco en el alma de cada ciudadano honesto.
2. Un sindicato del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la Asociación Nacional de Técnicos y Trabajadores de la Energía y las Comunicaciones (Anttec), denuncia que parece ser que «dos o más funcionarios» recibieron sobornos y los sempiternos mercantiles «favores sexuales... por el trámite y otorgamiento de contratos en telecomunicaciones».
Habida cuenta de algunos proyectos ruinosos que el ICE ha emprendido, ahora deberá hacer una cirugía de remoción en sus propias entrañas y reparar lo que, al parecer, es una repulsiva descarga de miles de kilovatios en dinero y almuerzos gratis que presuntamente viajaron desde alguna o algunas billeteras hacia dos o más funcionarios a través de algún oscuro cable conductor.
3. En el Paso de la Vaca las cosas parecen adquirir un tufo a potrero cercado y está invadido por malas hierbas. El presidente del Infocoop manifestó recientemente que en ese predio una presunta mafia está enfrentada.
¿Qué asuntos se cocerían, pues, en el Infocoop, que está dedicado al simple otorgamiento de créditos a cooperativas?
4. En la Asamblea Legislativa, el diputado Óscar Cascante se afanó con delirante obsesión por conseguir a sospechosos de narcotráfico citas en el INVU, el Banhvi, el Banco Popular y con alcaldes para consumar sus negocios.
Puedo concederle (haciendo un fuerte estrujamiento de mis indebidas sospechas) ignorancia, pero no una brizna de juicio y malicia para comprender que tanta insistencia debió, cuando menos, ponerlo a pensar.
Los cuatro hechos revelados casi consecutivamente castigan duramente el alma ciudadana, ya herida por un virus letal y mutante, por una economía nacional y doméstica reducida a sobrevivir en una limitada poza de restricciones y por un estado de ánimo general que se manifiesta en rostros ciudadanos con gestos de incertidumbre.
El corruptor es indeseable; lo es más el alma codiciosa y podrida del que se deja corromper.
El viejo romano Cicerón dijo las siguientes palabras que la justicia costarricense debería colgar en cada una de las salas de juicio: «Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta ya no inmoral, sino criminal y abominable».