Presidente sudafricano ve intento de ‘insurrección’ en ola de violencia
El presidente Cyril Ramaphosa aseguró este viernes que los instigadores de la violencia que asola Sudáfrica desde hace una semana y que ha dejado 212 fallecidos buscaban provocar una “insurrección popular”.
“Aquellos que están detrás de estos actos buscaron provocar una insurrección popular en el seno de nuestro pueblo”, declaró el mandatario en un discurso a la nación retransmitido por la televisión.
Ramaphosa lo definió como “un ataque deliberado, coordinado y bien planificado” con el objetivo de “paralizar la economía, provocar inestabilidad social y debilitar gravemente” el Estado.
“Buscaron manipular a los pobres y las personas vulnerables para sus propios intereses”, añadió.
El presidente reconoció en su declaración que las autoridades estaban “precariamente preparadas” para este desorden, pero aseguró que encontrarán “aquellos que instigaron la violencia”. Por ahora, su gobierno anunció la detención de un sospechoso y tener otros once bajo vigilancia.
La ministra Khumbudzo Ntshavheni había asegurado que la situación volvía “gradualmente pero firmemente a la normalidad”, aunque los muertos subieron en la última jornada de 117 a 212, 180 de ellos en la provincia de Kwazulu-Natal, epicentro de estos disturbios.
Freno al caos. Ramaphosa se desplazó a esa región oriental por primera vez desde el inicio de la violencia, el 9 de julio, y en la ciudad portuaria de Durban aseguró que no permitirán “la anarquía y el caos”.
Los primeros incidentes estallaron la semana pasada al día siguiente del encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma, condenado a 15 meses de prisión por desacato a la justicia y originario de Kwazulu-Natal.
Rápidamente se extendieron al área metropolitana de Johannesburgo, en medio de un desempleo desenfrenado y nuevas restricciones para combatir la pandemia de covid-19.
Funcionarios de la salud sudafricanos, al igual que la Organización Mundial de la Salud (OMS), expresaron su preocupación de que las recientes manifestaciones y saqueos masivos en los centros comerciales, causen un pico de contaminación.
Sudáfrica atraviesa una tercera ola terriblemente mortal, sobre todo alimentada por la contagiosa variante delta del coronavirus.
Es el país africano más afectado por la covid-19 con 2,2 millones de casos y casi 66.000 muertos.
El presidente Ramaphosa prometió que hasta 25.000 soldados, diez veces más que al comienzo de la semana, serán desplegados para asegurar la relativa calma.
De ellos, 10.000 ya están en el terreno.