Actitud legislativa
Se rasgaron las vestiduras, gritaron el terrible error del presidente, Carlos Alvarado, y su gabinete al nombrar a Ottón Solís representante ante la OCDE. Paralizaron la labor legislativa, estuvieron dispuestos a que el préstamo del FMI se perdiera, a que el país y los más necesitados se hundieran en más pobreza, y todo por el nombramiento de Ottón Solís. Como si a la gente trabajadora y luchadora le importara quien se sienta en la silla de la OCDE. Le importa a la élite y a los enemigos políticos, a nadie más. Muy bien saben los legisladores que Ottón habría sido un excelente representante.
Preparación, conocimiento y experiencia le sobran. Pero a los políticos ambiciosos y envidiosos, el nombramiento no los dejaba dormir. Prefirieron no cumplir con sus deberes para montar un espectáculo vergonzoso.
Con su renuncia, Ottón le da una lección al país de lo que un político con dignidad debe hacer: poner el bienestar de Costa Rica por encima de la ambición política. Él puede caminar con la frente en alto, pues la historia lo absolverá de todo error y su paso por la política deja un legado que futuras generaciones admirarán y honrarán.
Anayansi Lizano Mora
escazú