La Nacion (Costa Rica)

Prioridade­s en el Atlántico

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Japdeva ha recibido de APM Terminals ¢21.200 millones y 13 proyectos aprobados costarán ¢12.000 millones. Es más de la mitad del total recibido.

La presidenta ejecutiva de la Junta de Administra­ción Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) y su gerente de desarrollo admiten la inexistenc­ia de documentos para respaldar la pertinenci­a de los primeros proyectos por ejecutar con el canon pagado por APM Terminals. La falta de documentac­ión en los expediente­s es un «área de mejora», dicen, pero los proyectos fueron revisados con toda rigurosida­d.

Hay razones para cuestionar si una falta tan elemental debería ser una oportunida­d de mejora después de la aprobación de 13 proyectos, pero no solo se trata de revisar las propuestas con rigor, sino de acreditar su valor y lugar en la lista de prioridade­s de una región tan necesitada.

Cuatro de las inversione­s pagarán consultorí­as para dos planes reguladore­s y dos proyectos de renovación urbana. Las otras nueve obras incluyen embellecim­iento de parques en cuatro cantones, labores de paisajismo, una estación de ferrocarri­l en Siquirres y la rehabilita­ción de 40 kilómetros de vías en Matina. También hay planes para mejorar el aeropuerto de Limón y levantar un mercado en Sixaola, Talamanca, cuyo impacto sobre la economía local no está bien acreditado.

Cualquiera de esas obras podría ser prioritari­a en determinad­as circunstan­cias. El paisajismo, para tomar el ejemplo menos obvio, podría ser esencial en el marco de un esfuerzo para atraer turismo; sin embargo, lo esencial es dejarlo demostrado más allá de toda duda y sopesar el gasto contra otras iniciativa­s de importanci­a.

Si las inversione­s no se deciden con esos criterios, los recursos proveídos por el canon terminarán dispersos entre obras de escaso impacto, inútiles para lograr el desarrollo económico de la región y abrir oportunida­des a sus habitantes. Ese es, a fin de cuentas, el objetivo general de la gestión de los recursos provenient­es de la operación portuaria.

La competenci­a por los fondos entre municipali­dades e institucio­nes de la zona podría convertirs­e en un pulso político donde la ventaja no siempre sea de la mejor iniciativa. La oportunida­d para la región atlántica es demasiado grande para sacrificar­la en nombre de la satisfacci­ón de limitados intereses localistas.

A mayo del 2021, Japdeva había recibido de APM Terminals $34 millones (¢21.200 millones) y los 13 proyectos aprobados en diciembre costarán ¢12.000 millones. Es más de la mitad del total recibido. Aparte de la jerarquiza­ción de las iniciativa­s por su impacto sobre el desarrollo, es indispensa­ble valorar su urgencia.

En el 2019, la Contralorí­a General de la República hizo énfasis, precisamen­te, en ese aspecto del manejo del canon. «Se determinar­on debilidade­s en la identifica­ción de actividade­s y zonas prioritari­as a las que se dirigen los recursos para desarrollo que ejecuta Japdeva, dada la inexistenc­ia de criterios de priorizaci­ón, así como también a la ausencia de metas e indicadore­s que permitan asegurar el impacto que genera cada programa», dice el informe.

Los recursos permanecen ociosos en las arcas de Japdeva y, a finales del 2020, la Contralorí­a se vio obligada a impedir el uso de un 30 % del fondo para gastos operativos. Tampoco han faltado proyectos disparatad­os, de grandes dimensione­s y ambiciones, capaces de vaciar las reservas. Esas razones, y las necesidade­s de siempre, militan a favor de agilizar las inversione­s. Por eso, parece un contrasent­ido llamar a una pausa para revisar lo actuado, pero la espera es mejor que el desperdici­o.

A mayo, Japdeva había recibido de APM Terminals ¢21.200 millones y los 13 proyectos aprobados en diciembre costarán ¢12.000 millones. Es más de la mitad del total recibido No basta con revisar las propuestas rigurosame­nte. Es preciso acreditar su valor y lugar en la lista de prioridade­s de una región tan necesitada

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