Privilegio deportivo
VIGILANCIA PÚBLICA PARA EQUIPOS DE FÚTBOL
El miércoles 4 de agosto, a las 6 p. m., enfrente de la entrada principal del hotel Irazú, había tres oficiales de tránsito, una patrulla del Ministerio de Seguridad Pública y, por lo menos, ocho oficiales resguardando a los jugadores y otros miembros de la Liga Deportiva Alajuelense.
Como ciudadano, reprocho y me causan enojo este tipo de privilegios, pagados con impuestos de los costarricenses. Estando el país en crisis fiscal, imponiendo cada vez más tributos al pueblo y con actos de corrupción multimillonarios, me resultan indignantes las prebendas de esta naturaleza.
Una entidad que, con bombos y platillos, informa de que desea construir un nuevo estadio —cuyo costo se estima en $30 millones— tiene medios para cubrir vigilancia privada. Las autoridades, además, detienen, momentáneamente, el tránsito en una de las carreteras de mayor circulación, como la autopista General Cañas, para que el bus pase sin dificultad.
¿Cuáles son las razones por las cuales los cuerpos policiales brindaron ese servicio gratis, mientras la delincuencia hace de las suyas, un oficial de tránsito después de una colisión tarda horas en llegar o nunca aparece o se congestionan las calles a cualquier hora del día y nadie regula el paso? No pongan de pretexto la violencia de las barras, porque nadie asiste al estadio.
Alejandro Salas Quesada san José