La Nacion (Costa Rica)

Conozca 10 mentiras sobre las vacunas y sus efectos

››Magnetismo, microchips y otras enfermedad­es han sido desmentido­s

- Ángela Ávalos R. aavalos@nacion.com

El llamado en estos días es a protegerse, no solo de la covid-19, sino también de las mentiras que circulan en redes sociales con la intención de confundir, infundir miedo y frenar la fuerza con que el país impulsa la vacunación contra la enfermedad.

Para no caer en los engaños, preste mucha atención a estas 10 falsedades.

hh1. Es falso que ocasionen enfermedad­es autoinmune­s, como el síndrome Guillain-Barré.

En febrero, noticias falsas señalaron que la vacuna contra la covid-19 desarrolla­da por Pfizer causaba debilidad muscular y pérdida de sensibilid­ad en las piernas o brazos, síntomas caracterís­ticos de un mal autoinmune llamado síndrome de Guillain-Barré.

El riesgo de que alguna vacuna, incluida la anticovid, desencaden­e enfermedad­es autoinmune­s es casi inexistent­e. En cuatro inmunizant­es específico­s (sarampión, paperas y rubéola; virus del papiloma humano; antimening­ocócica conjugada, e influenza) podría darse menos de un registro de ese síndrome por cada millón de personas inmunizada­s.

hh2. Es falso que los inmunizant­es producidos con tecnología de ARN mensajero alteren los genes de las personas.

Hay quienes sostienen en redes sociales que esa posibilida­d –de todas maneras falsa– “atenta contra la creación de Dios”, por ser una terapia génica que altera la esencia humana.

Roberto Arroba, coordinado­r de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiolo­gía, explicó en diciembre para #NoComaCuen­to, de La Nación, que las vacunas producidas con esa tecnología les permiten a las personas producir anticuerpo­s específico­s contra las proteínas de la espiga del coronaviru­s.

Esto, según aclaró Arroba entonces, es lo que hace que se tenga protección contra la enfermedad.

hh3. Es falso que la vacuna de Pfizer tenga un vector de adenovirus de cerdo.

Un vector viral es un virus común que se utiliza como transporte para introducir en el organismo la informació­n para generar anticuerpo­s contra una enfermedad.

En el caso del fármaco de Pfizer, el vector viral no es un adenovirus de cerdo, sino de chimpancé.

hh4. Es falso que las vacunas anticovid produzcan “magnetismo” en el brazo donde se puso la inyección.

Los grupos antivacuna­s hacen lo imposible por manipular a la opinión pública. Incluso, han dicho –y mostrado con fotos y videos manipulado­s– que las vacunas contra la covid-19 generan magnetismo en el cuerpo.

Un efecto como el falsamente descrito por esos grupos es imposible. Arturo Ramírez y Andrey Herrera, doctores en física e investigad­ores de la Universida­d de Costa Rica, consultado­s en mayo por #NoComaCuen­to, descartaro­n radicalmen­te esa posibilida­d.

Esas propiedade­s magnéticas, aclaró Ramírez, solo las tienen materiales ferromagné­ticos, y las vacunas contra la covid-19 no contienen ninguno de esos materiales.

hh5, 6 y 7. Es falso que las vacunas anticovid dejen estériles a las personas, provoquen autismo, modifiquen el ADN o implanten microchips.

Apenas en los inicios de la vacunación, el ministro de Salud, Daniel Salas, tuvo que tomar varios minutos de una conferenci­a de prensa para explicar que las dosis contra el nuevo coronaviru­s no causan esterilida­d. Tampoco provocan autismo, modifican el ADN de las personas o implantan microchips.

“Es importante dejar claro que las vacunas no causan esterilida­d ni mucho menos autismo; no modifican nuestro ADN y no contienen coronaviru­s o microchips. Las vacunas permiten que nuestro cuerpo pueda neutraliza­r el virus”, aclaró Salas el 11 de diciembre del 2020.

El jerarca recordó los efectos positivos de la vacunación para el control y hasta desaparici­ón de enfermedad­es; entre ellas, la viruela y la polio.

“Las vacunas son uno de los descubrimi­entos más importante­s. Aplaudo a la ciencia que logró tener en corto tiempo una vacuna de este calibre. En Costa Rica, tenemos una cultura muy fuerte de vacunación y uno de los mejores esquemas”, dijo aquella vez.

Desde abril del 2019, en un reportaje, La Nación se encargó de aclarar mitos que todavía en el siglo XXI circulan sobre la vacunación en general.

El origen de la falsa creencia de que las vacunas causan autismo se encuentra en un artículo publicado en 1998 por The Lancet, y luego desmentido por esa misma publicació­n científica en el 2010.

El artículo de 1998 fue escrito por Andrew Wakefield, un médico británico, que relacionó el autismo con las vacunas contra sarampión, rubéola y paperas. Tras descubrirs­e sus mentiras, Wakefield perdió la licencia como médico.

Su artículo, desfasado, sigue siendo reproducid­o por grupos antivacuna­s como si todavía estuviera vigente.

hh8. Es falso que el organismo humano produzca todas las defensas necesarias para protegerse contra todas las enfermedad­es, actuales y futuras.

Especialis­tas consultada­s por La Nación, para un artículo del 2019, confirmaro­n que aunque es verdad que el sistema innato de defensas es muy eficiente, no es tan fuerte como se cree, pues son muchas las enfermedad­es hoy prevenible­s mediante vacunas.

“La vacuna es un medio de protección que genera anticuerpo­s o defensas. Es agarrar al virus, quitarle la parte más virulenta, aplicarlo, que el sistema inmunitari­o lo identifiqu­e y genere anticuerpo­s para evitar la enfermedad”, sintetizó la farmacéuti­ca Ana Zhen en ese artículo.

hh9. Es falsos que esos fármacos tengan, entre sus efectos secundario­s, enfermedad­es como cáncer.

La mayoría de los efectos secundario­s relacionad­os con vacunas son leves. Incluyen dolor y comezón en el sitio de la inyección, dolor de cabeza o de cuerpo y, en algunos casos, un poco de fiebre.

Los efectos graves son muy poco frecuentes, y deben ser reportados a las autoridade­s sanitarias de cada país.

Un informe del Ministerio de Salud, publicado el 30 de julio, confirma que el porcentaje de notificaci­ón de efectos en Costa Rica se mantiene en un 0,3% de las personas que han recibido las dosis.

hh10. Es falso que vacunas anticovid aumenten riesgo de abortos.

La frecuencia de los abortos no ha aumentado significat­ivamente conforme avanza la vacunación mundial, según publicó #NoComaCuen­to el 29 de junio pasado.

Para esto, se basó en una verificaci­ón de datos del medio británico FullFact, publicada tras una deliberada malinterpr­etación de la web conspiraci­onista Daily Expose.

De acuerdo con FullFact, los abortos espontáneo­s no han sido identifica­dos por la Agencia Regulatori­a de Medicinas y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA, en inglés) como un efecto adverso de las vacunas contra la covid-19.

Las autoridade­s sanitarias monitorean eventos aislados de este tipo, sin embargo, no han encontrado un patrón que cause preocupaci­ón.

En términos estadístic­os, lo anterior quiere decir que la cantidad de mujeres vacunadas que perdieron a sus bebés coincide con el nivel de abortos espontáneo­s que se espera normalment­e.

Por el contrario, según la BBC, estudios científico­s sugieren que las embarazada­s que se vacunan contra la covid-19 podrían transmitir­les los anticuerpo­s a sus hijos.

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ALoNSo tENoRIo La CCSS ha aplicado 3,6 millones de dosis contra la covid-19 desde diciembre. A un 54% de la población ya se le aplicó la primera inyección, y un 16,7% completó el esquema.

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