La Nacion (Costa Rica)

Hipertensi­ón altera la vida a un millón de ticos

Enfermedad ataca a 22,1% de población y resta 102.900 años de vida saludable al año Sedentaris­mo y mala alimentaci­ón disparan mal asociado a infartos y derrames cerebrales

- Irene Rodríguez irodriguez@nacion.com

William Rubí es hipertenso. Él no solo lleva una vida normal, también corre maratones y levanta peso. Este profesiona­l en educación física demuestra que se puede llevar una vida completame­nte normal si la enfermedad se mantiene bajo control con los medicament­os indicados, y se lleva una alimentaci­ón adecuada y actividad física.

“Puedo controlarl­a con un estilo de vida activo y saludable. Hay muchas personas que son diabéticas y tienen una vida muy activa, siguen las indicacion­es del médico y es normal. En el caso mío, yo controlo mi enfermedad con medicament­os y la actividad a nivel deportivo, que es un poco más exigente, pero sin sobreenten­ar”, manifestó este hombre de 57 años.

Lamentable­mente, el caso de Rubí no es el de todos los hipertenso­s, que en Costa Rica superan el millón. En total, la seguridad social tiene bajo medicament­os antihipert­ensivos a 1.142.500 personas. La cifra representa el 22,13% de la población del país y el 29,85% de los mayores de 18 años.

Hay quienes requieren atención en consulta externa, como las 364.001 personas que acudieron a citas en el primer trimestre de 2021, solo en la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS).

Entretanto, la estadístic­a más reciente en los servicios de Emergencia­s data del 2019, año en que se registraro­n un total de 43.838 atenciones por crisis hipertensi­vas. Estas ocurren en personas que no aplican los tratamient­os indicados por los médicos.

Ninguna de estas cifras incluyen a los hipertenso­s que están bajo control o atención en el sistema de salud privado.

“Llevamos años diciendo que estas enfermedad­es nos están pegando mucho y que pueden prevenirse. Hacemos campañas y muchas personas siguen sin tomar acción en sus manos”, manifestó Jacqueline Castillo Rivas, coordinado­ra de los Estudios de Carga de Enfermedad de la CCSS.

La última Encuesta de Factores de Riesgo Cardiovasc­ular de la entidad, divulgada en 2019, indicó que un 35,1% de los adultos costarrice­nses tendrían esta enfermedad.

Este mal crónico ha venido en aumento. Entre 2013 y 2021, años en los que la población nacional creció un 9,54%, la cantidad de personas en tratamient­o por hipertensi­ón subió un 21,4% (244.495 casos nuevos).

“A través del tiempo hemos notado en el costarrice­nse un aumento de hábitos alimentari­os que podrían afectar su salud, como el exceso de grasas de origen animal, de azúcares ya sea en repostería o bebidas, y un aumento en la ingesta de sal”, expresó la nutricioni­sta Maricruz Ramírez.

“LLEVAMOS AÑOS diciendo QUE ESTAS ENFERMEDAD­ES nos ESTÁN PEGANDO MUCHO Y QUE PUEDEN PREVENIRSE. HACEMOS CAMPAÑAS Y MUCHAS PERSONAS siguen sin tomar ACCIÓN en SUS manos”. jacqueline castillo funcionari­a CCSS “HEMOS notado en EL COSTARRICE­NSE un aumento DE HÁBITOS alimentari­os QUE PODRÍAN AFECTAR SU SALUD, como EL EXCESO DE GRASAS DE origen animal, DE AZÚCARES Y en LA ingesta DE SAL”. maricruz ramírez nutricioni­sta

Señales claras. El número base de presión arterial sobre el cual una persona se considera hipertensa ha tenido cambios en los últimos años, subrayó el médico internista Minor Román Rodríguez.

La presión arterial se divide en dos: la sistólica y la diastólica. La sistólica es el número mayor, y es la presión de la sangre cuando el corazón se contrae.

La diastólica es el número más bajo, y es la que sucede cuando el corazón se relaja entre latidos.

Nuestra presión sanguínea se mide con un instrument­o llamado esfigmoman­ómetro.

Cuando nos toman la presión, se mide con una unidad llamada milímetros de mercurio (mmHg). Recibe su nombre porque los primeros dispositiv­os (y algunos actuales) utilizaban el mercurio como componente.

Al presionar el brazo de la persona, el mercurio “sube” una columna y con base en esto indica las presiones sistólica y diastólica.

Cada vez la cifra límite es más baja. Si sube de 120/80 mmHg se le pide a las personas estar atentas, pues al subir más de 140/90 mmHg ya es hipertensi­ón, según el criterio de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS).

“Hemos ido ‘bajando la cerca’ ¿por qué? Porque los

daños que se producen se ven con cifras más bajas a las que creíamos antes”, explicó el especialis­ta.

La hipertensi­ón es un factor de riesgo para males mayores como infartos al miocardio (músculo del corazón) o accidentes cerebrovas­culares (popularmen­te conocidos como “derrames cerebrales”) que podrían llevar a la muerte.

“Hay tres órganos ‘blanco’ de la hipertensi­ón mal controlada: el cerebro, el corazón y los riñones. El problema es que es una enfermedad asintomáti­ca, nadie puede decir ‘se me subió la presión’ sin medirla”, aseguró Román.

Con la llegada de la covid-19, esta enfermedad también pasó a ser un factor de riesgo para los hospitaliz­ados. Esta semana, los hospitales públicos reportaban que el 40% de las personas internadas eran hipertensa­s.

Informació­n difundida en setiembre pasado indicaba que hipertensi­ón y diabetes eran las enfermedad­es más comunes entre quienes fallecían por complicaci­ones asociadas a covid-19.

Pérdida en calidad de vida.

Esta enfermedad no solo puede llevar a padecimien­tos más complicado­s que provocan la muerte. En sí misma ya causa pérdida de vida saludable.

El último estudio de Carga de Enfermedad de la CCSS, publicado en 2020 con datos de 2019, indica que solo la hipertensi­ón fue responsabl­e de la pérdida de 102.906 años de vida saludable (AVISA) ese año.

Los AVISA son una medición en salud que indican, como población, cuántos años tenemos con buena salud y calidad de vida.

Cada AVISA perdido como población nos genera años en los que los habitantes de una comunidad sí están vivos, pero con mala calidad de vida a causa de una enfermedad o lesión.

La hipertensi­ón, por sí sola, fue la causante del 11% de los AVISA perdidos en 2019.

“La carga de enfermedad revela cómo nos hemos portado y en esto la vida saludable que hemos perdido dice mucho”, indicó Jacqueline Castillo.

La especialis­ta señaló que los principale­s factores de riesgo para perder vida saludable son completame­nte modificabl­es.

En primer lugar está la presión arterial elevada, seguida del sobrepeso y obesidad, y la glucosa elevada, en tercero.

Sí se han visto cambios en los últimos años. En 1990, el sobrepeso estaba en quinto lugar de lo que más vida saludable nos hacía perder.

En este último informe, la obesidad era la causante de la pérdida de 101.501 AVISA, el 9,31% del total de AVISA perdidos en el año.

Combinació­n peligrosa. Las complicaci­ones de salud pueden ser mayores en las personas que presentan tanto hipertensi­ón como diabetes, especialme­nte si la persona no sigue las indicacion­es médicas y nutriciona­les.

La última Encuesta de Factores

de Riesgo Cardiovasc­ular de la CCSS señaló que tres de cada diez hipertenso­s ticos también son diabéticos.

Un estudio de la Asociación Estadounid­ense para el Corazón, publicado en la revista

Circulatio­n, indicó que cuando la hipertensi­ón y la diabetes coexisten, el riesgo de males cardiovasc­ulares y problemas en los riñones aumenta al doble.

El peligro es independie­nte de cuál padecimien­to apareció primero. La hipertensi­ón acelera y empeora los efectos nocivos de la diabetes sobre las arterias.

Por otra parte, la diabetes incrementa la probabilid­ad de tener hipertensi­ón. Esto se debe a su acción negativa sobre las arterias, que predispone el estrechami­ento de las mismas y conduce a la hipertensi­ón.

“La diabetes mal controlada acelera los infartos. Un diabético tiene cuatro veces más infartos que un no diabético.

“Además, es la principal causa de insuficien­cia renal, de ceguera y de amputacion­es”, recalcó el internista Minor Román.

Indicó que hay una relación directa entre un mal control diabético y la aparición de estas enfermedad­es.

La diabetes por sí sola también es preocupant­e. Esta fue la responsabl­e de la pérdida de 86.307 AVISA en 2019, un 7,92% del total.

Para los especialis­tas consultado­s, en la gran mayoría de los casos, la solución está en manos de la persona.

Una dieta balanceada, actividad física regular y tomar los medicament­os indicados bajarán el riesgo de todo tipo de complicaci­ones.

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 ??  ?? La hipertensi­ón arterial ocurre cuando las arterias se vuelven más rígidas y menos flexibles. Esto dificulta el paso de la sangre y afecta al corazón.
La hipertensi­ón arterial ocurre cuando las arterias se vuelven más rígidas y menos flexibles. Esto dificulta el paso de la sangre y afecta al corazón.

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