La Nacion (Costa Rica)

‘No era momento de cambiar restriccio­nes’

Advierte de carencia en el país de inteligenc­ia epidemioló­gica para tomar decisiones en pandemia

- Ángela Ávalos aavalos@nacion.com

Juan José Romero es epidemiólo­go de la Universida­d Nacional (UNA), y uno de los especialis­tas más mediáticos en esta pandemia. El 19 de agosto, Romero y Agustín Gómez, estadístic­o de la Universida­d de Costa Rica (UCR), publicaron un artículo en La Nación donde advierten de la carencia en el país de “inteligenc­ia epidemioló­gica”.

La definen como el uso de datos (en cantidad y calidad suficiente­s) para detectar brotes o cambios en las tendencias de enfermedad­es y conocer su localizaci­ón, identifica­r patrones en los individuos afectados, fuentes de contagio y medios de transmisió­n. Esta es una de las bases para que los gobiernos tomen decisiones.

Ambos critican la falta de datos de calidad, sistematiz­ados por medio del uso de herramient­as informátic­as modernas, y la carencia de cooperació­n inter e intrainsti­tucional, para visualizar la informació­n en tiempo real y facilitar qué decidir.

El artículo de Romero y Gómez apareció un día antes de que el Gobierno anunciara ajustes en las medidas de restricció­n sanitaria, este viernes, justo cuando el número de casos nuevos, hospitaliz­aciones y muertes crece.

La Nación conversó con

Romero; el siguiente es un extracto de la entrevista.

––La publicació­n coincide con el anuncio de ajustes en momentos epidemioló­gicos críticos. ¿Tiene que ver con tomar decisiones a ciegas?

—Hay que ubicarnos en el contexto de qué es la inteligenc­ia epidemioló­gica para decir porqué afirmamos que no se está utilizando. Diría que se utiliza muy poco. En salud, necesito tomar decisiones en términos de cuánta gente puede salir beneficiad­a o perjudicad­a de una decisión que se tome.

”La inteligenc­ia epidemioló­gica busca que, a partir de los datos que recogemos, logremos detectar cuándo estamos frente a una potencial epidemia y cuándo se nos está saliendo de las manos. También nos permite ver la eficacia de las medidas en cualquiera de las fases de la pandemia.

”Para eso se necesitan datos, y muchos. También se necesitan buenos datos. Si no los tenemos y tomamos una decisión es como echar un salto al vacío. Necesitamo­s datos y buenos datos. Hay una enfermedad crónica: la ausencia de datos de calidad”.

––¿Qué clase de datos se toman como base para anunciar medidas?

—En cuestiones como la salud, necesitamo­s datos duros, fuertes, que sustenten la toma de decisiones. El país decide cuando tenemos la variante más contagiosa, más virulenta, que ha producido más muerte... ¡Dios guarde no hubiese vacunación! Creo que este no era el momento para tomar esa decisión, cuando tenemos a delta ganando terreno en prevalenci­a, cuando tenemos apenas un 50% de la población con una dosis de la vacuna.

”(Los ajustes) comienzan en setiembre, pero resulta que faltan diez días para que empiece ese mes, y el incremento lo hemos venido viendo como una tendencia que va para arriba. Las hospitaliz­aciones no nos dejan mentir. Hace 15 días estábamos con 820 internados en la Caja. Y comenzamos otra vez a subir y superamos los 1.000 actualment­e. Esta tendencia no es de la última semana, viene hace días. No estamos hablando de cualquier cosita, son muchas personas internadas. ¿Era el momento de tomar esa decisión? Personalme­nte, no era el momento”.

––Su artículo revela cómo se han venido manejando los datos en salud, no solo para la pandemia.

—Conseguir datos de calidad no es de hoy para mañana. Requiere de tiempo. Hay sistemas de captura de datos para la pandemia que se pudieron haber mejorado desde el principio, y que se podrían tener disponible­s para quienes hacemos análisis.

––¿No tenemos ni suficiente cantidad ni calidad de datos para la toma de decisiones, como las que se anunciaron el 20 de agosto?

—Se están tomando decisiones con los mejores datos disponible­s, en teoría, según decía la exministra de Salud, María Luisa Ávila. La cosa es si estos son los datos. Yo tengo una frase: los datos son los datos. Cuando queremos tomar decisiones, necesitamo­s los datos. El dato es el que orienta en la toma de decisiones.

”¿Qué pasa con las restriccio­nes? Para mi gusto, no se debió tomar esa decisión. ¿Por qué? Resulta que el Observator­io del Desarrollo (de la UCR), hace un análisis cada cierto tiempo para ver cuál es el porcentaje de aportación en la reducción según ciertas medidas restrictiv­as. En apariencia, la restricció­n vehicular de fines de semana no tiene mayor peso como sí lo tiene la nocturna cualquier día de la semana. ¿Por qué no tienen peso? Esa es la pregunta”.

––¿Hay que preocupars­e por ese tipo de decisiones en estos momentos epidemioló­gicos? —Se hace una inteligenc­ia epidemioló­gica muy básica.

––¿De muy baja calidad? —Sí.

––Ustedes hablan de modelos arcaicos, ocurrentes, de hojitas de Excel... y de una inteligenc­ia epidemioló­gica sumida en la ignorancia.

—Queremos ir un poco más allá. Ahorita el tema es covid, pero vuelvo a ver la resistenci­a a los antimicrob­ianos, que mata a más gente por año que covid. Cuando hablamos de problemas sociales, ahí, también se aplica la inteligenc­ia epidemioló­gica.

“Hay una enfermedad crónica: la ausencia de datos de calidad”.

––¿Por qué publicaron el artículo en este momento? —Este es un sentimient­o mío, de hace décadas. Insisto. Veinte años después, el país sigue trabajando con hojitas de Excel. Venimos hablando de esto hace años. Lo que buscamos es tener la mayor calidad y cantidad de datos, y que se usen, que sean útiles.

”Esto es un mal global. Manejar bases de datos de cosas que son sustancial­es es arcaico. Tenemos sistemas más eficientes y confiables que permiten la intercambi­abilidad en tiempo real. Si yo quiero convencer gente, necesito datos.

”Decir esto podría tener un efecto contraprod­ucente. Si yo le digo a la gente que no estamos utilizando los datos de forma correcta, la gente se va a cuestionar por qué la obligan a quedarse en la casa, a no usar el carro, si están usando los datos a puro instinto”.

––¿Cuál es su pronóstico del impacto de estos ajustes? —Lejos de reducir los contagios y hospitaliz­aciones, van a subir. (...). Digo que vamos a tener más internamie­ntos, más personas en UCI y más fallecidos, no por esta decisión de si liberamos o no, sino por el cúmulo de decisiones que tienen que ver con menos restriccio­nes. Vamos a ir para arriba y a tener más hospitaliz­aciones, ya las estamos teniendo.

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CoRtESÍA UnA ENTREVISTA

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