La Nacion (Costa Rica)

Marcada diferencia

- Armando González R. Director De la Nación agonzalez@nacion.com

Ni los 46 funcionari­os del Laboratori­o de Soluciones Parenteral­es de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), ni los otros 164 empleados participan­tes en la huelga del 14 de julio contra la ley de empleo público tienen la menor oportunida­d de afectar el trámite de la legislació­n. Tampoco tienen, según la ley, posibilida­d de declararse en huelga.

No obstante, lo hicieron y la institució­n no movió un dedo para hacerlos responsabl­es de la infracción. Cincuenta cirugías fueron pospuestas y, en circunstan­cias de pandemia, el laboratori­o dejó de producir el suero fisiológic­o requerido para aplicar la vacuna de Pfizer contra la covid-19.

La indiferenc­ia ante las necesidade­s de los pacientes y los peligros de la emergencia sanitaria es repugnante, pero el caso también contrasta la actitud de dos altos mandos de la institució­n, uno encomiable y el otro no tanto. Esteban Vega de la O, gerente de Logística, no se cruzó de brazos y procuró documentar el abuso en el laboratori­o. Pidió a Wady Vega Solís, jefe de la Dirección Jurídica, el levantamie­nto de un acta notarial para actuar judicialme­nte contra los huelguista­s.

En la nota, Vega explica las consecuenc­ias de suspender la producción programada de cloruro de sodio en 50 ml con el obligado ajuste del resto de la planificac­ión de labores esenciales para combatir una enfermedad que ya cobra más de 5.200 víctimas. El acta nunca se hizo.

Consultado don Wady, explicó que no fue posible visitar el laboratori­o «en horas de la tarde». La respuesta es parte de un correo electrónic­o enviado por Kattia Chacón, funcionari­a de la Gerencia de Logística, quien agregó: «Se consideró que no tenía pertinenci­a lo requerido en el oficio de la Gerencia».

No queda claro si el acta no existe por ser una petición impertinen­te o por imposibili­dad de ir al laboratori­o en la tarde. Ninguna de las dos razones fue explicada de manera convincent­e. Por eso, el periodista insistió y consiguió dos nuevas respuestas del director jurídico: primero dijo que el laboratori­o ya estaba cerrado y, luego, que la notaria se regresó cuando conoció la detección de un caso de covid.

Al parecer, la petición de Vega era pertinente, porque la Dirección Jurídica envió una notaria, pero no queda claro si la abogada se desplazó con mucha lentitud o si la covid llegó antes y fue detectada, para su suerte, con mucha celeridad. Lo cierto es que no hay acta, para alivio de los infractore­s y zozobra de la sociedad.

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