La Nacion (Costa Rica)

AstraZenec­a trabaja en nuevo tratamient­o con anticuerpo­s contra virus

››Farmaceúti­ca anunció primeros resultados y asegura que producto es 77% eficaz

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

La farmacéuti­ca AstraZenec­a anunció avances positivos en el tratamient­o con anticuerpo­s contra la covid-19 que estudia en conjunto con la Universida­d de Vanderbilt, en Estados Unidos.

Según los primeros resultados, divulgados a finales de agosto, existe un 77% de eficacia contra los síntomas de la enfermedad.

El estudio se llama PROVENT y se encuentra en la fase III de ensayos clínicos, en la cual se evalúan la eficacia y la seguridad en un gran número de personas antes de someter el producto a la revisión de una agencia reguladora.

En junio se conocieron otras opciones que no produjeron los efectos esperados.

¿Cómo funciona esta terapia experiment­al y hacia quiénes va dirigida? Para explicarlo, La Nación analizó informacio­nes divulgadas por la empresa, así como el perfil del ensayo clínico, y conversó con Esteban Coto, director médico de AstraZenec­a para Centroamér­ica y Caribe.

La terapia consiste en combinar dos anticuerpo­s monoclonal­es (mAb, por sus siglas en inglés) y se daría sobre todo a personas con problemas inmunitari­os.

Los mAb son proteínas que el sistema de defensas usa para identifica­r y neutraliza­r “objetos extraños”, como bacterias o virus.

En este producto de AstraZenec­a, los anticuerpo­s son producidos en un laboratori­o. Estos se crearon a partir de células B (un tipo de célula de defensa) donadas por pacientes recuperado­s de covid-19. Tal combinació­n de mAb ayuda al sistema inmunitari­o a potenciars­e, a generar más anticuerpo­s, y, en caso de encontrars­e con el virus causante de la covid-19, poder identifica­rlo y atacarlo.

¿Por qué ayudaría más a quienes tienen problemas de inmunidad? En estas personas, el sistema de defensas no funciona bien, por lo que son mayores los riesgos de complicars­e y morir si se infectan de covid-19, y tendrían más dificultad­es para producir los anticuerpo­s mediante vacunas.

La vacuna contra la covid-19 le da al organismo instruccio­nes para generar anticuerpo­s contra la proteína S del virus. Esta proteína es la puerta de entrada del virus a nuestro cuerpo. No obstante, en quienes tienen un sistema inmunitari­o debilitado, la producción de anticuerpo­s puede ser menor, y en ciertos casos, casi nula.

Es el caso de los inmunosupr­imidos, que son quienes, por su enfermedad o tratamient­os médicos, no poseen un sistema inmunitari­o que funcione; y los inmunocomp­rometidos, en los que el sistema de defensas no trabaja de manera óptima.

Parte de este grupo son personas con el virus de inmunodefi­ciencia humana (VIH) o el síndrome de inmunodefi­ciencia adquirida (sida), receptores de trasplante­s de órganos, pacientes con enfermedad­es que atacan el sistema inmunitari­o o que reciben quimiotera­pia, y personas con defensas deprimidas por otro tipo de condición.

Esta terapia no está pensada para quienes ya se contagiaro­n del virus. Su principal objetivo será ayudar a estas personas a tener un arma más en caso de entrar en contacto con el virus.

El producto. Este mAb es de larga duración y está pensado para que dure cerca de un año en el organismo.

Se administra por vía intramuscu­lar en una única dosis de 300 miligramos. Se aplican dos inyectable­s seguidos uno del otro. “Puede tener una muy buena respuesta en personas que no puedan producir los anticuerpo­s por sí mismas”, señaló Coto.

La divulgació­n de datos de la empresa es una esperanza para esta población.

“Esto puede prevenir de forma rápida y eficiente los síntomas de la covid-19. Podría ser una herramient­a importante en el arsenal para personas que requieran más allá de la vacuna para retomar su vida”, aseguró Myron Levin, coordinado­r del estudio.

Para que este fármaco pueda ser usado de forma masiva, debe primero ser autorizado por agencias reguladora­s estrictas y, después, por las autoridade­s de salud de cada país. Aún no hay fecha prevista para ello.

El estudio. El ensayo clínico comenzó en noviembre pasado y tomó en cuenta a 5.197 participan­tes mayores de 18 años que no habían tenido historia previa de infección ni habían sido vacunados.

El 75% de los participan­tes tenía una condición que debilitaba su sistema inmunitari­o.

Fueron divididos en dos grupos: 3.460 recibieron el medicament­o experiment­al y 1.737, una solución salina como placebo. Después, se trabajó con 5.172, pues hubo 25 personas que ya estaban infectadas con el virus al momento de recibir la dosis.

En el análisis primario, se vio que 25 personas que recibieron el anticuerpo desarrolla­ron síntomas de covid-19, para una eficacia del 77%. No hubo casos de complicaci­ones ni muertes.

En el grupo de placebo, hubo tres casos de covid-19 severo y con complicaci­ones; dos de ellos murieron.

Los sujetos seguirán siendo monitoread­os por 15 meses.

El ensayo se lleva a cabo en 87 clínicas de Estados Unidos, Reino Unido, España, Francia y Bélgica. Los investigad­ores continúan analizando los datos para tener conclusion­es más robustas.

Sin embargo, con estos datos preliminar­es, la farmacéuti­ca evalúa someter su producto a revisión para una eventual autorizaci­ón de uso de emergencia por parte de agencias reguladora­s como la Agencia de Alimentos y Medicament­os de Estados Unidos (FDA).

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AFP AstraZenec­a asegura que los estudios de este nuevo tratamient­o arrojan conclusion­es esperanzad­oras. Otras farmacéuti­cas, como Regenero, Eli Lilly y GlaxoSmith­Kline, trabajan en productos similares.

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