La Nacion (Costa Rica)

El primer policía contra la corrupción es uno mismo

Según una encuesta, solo un 7 % de las personas denunciaro­n un acto de corrupción que atestiguar­on o del cual se enteraron

- evelynvill­arreal@estadonaci­on.or.cr Evelyn Villarreal Fernández COCOORDINA­DORA DE LA ENIPC

Una sencilla definición de la palabra integridad plantea que es hacer lo correcto aunque nadie esté mirando. Una persona íntegra es aquella que conduce su vida con rectitud, honradez, guarda coherencia entre lo que dice y lo que hace, respeta a los demás y se responsabi­liza por sus actos. Entonces, si hay alguien capaz de disminuir los actos de corrupción que ocurren en el país es cada uno de nosotros.

En cambio, tristement­e, la tolerancia hacia la pequeña corrupción parece ser bastante alta en el país. Si se puede, se justifica el pago de sobornos para brincarse la fila, obviar algún requisito, aligerar un trámite o evitar una multa, o falsificar un dictamen médico para recibir una vacuna anticipada­mente, pagar en privado una operación en un hospital público y, así, una amplia lista.

Tan extendidas están estas conductas ciudadanas que cuentan con su propia nomenclatu­ra popular: mordidas, biombos, chorizos, cirugías fantasmas, etc.

Estos abusos son amenazas a la cultura de legalidad y al Estado de derecho, causan enormes costos a toda la sociedad y generan un acceso desigual a los servicios públicos para los que pueden pagar el sobrecosto. Un 77 % de las personas reconocen que la corrupción afecta su vida cotidiana, según la Encuesta nacional de prevención de la corrupción 2020.

En el fondo, los escándalos de corrupción de alto perfil como el caso Cochinilla son la expresión agigantada de las transgresi­ones que se aceptan en lo micro cuando nos convienen por un interés personal, aunque se condenan enérgicame­nte cuando las comete alguien más.

Ciertament­e hay muchos pendientes normativos e institucio­nales en esta materia; sin embargo, la tolerancia ciudadana a los actos de corrupción limita cualquier esfuerzo, pues cuando se percibe la corrupción como normal, o como algo que no es dañino para el resto de la sociedad, se desalienta la responsabi­lidad personal, la denuncia, el control ciudadano y la desaprobac­ión social de los actos de corrupción. Según la misma encuesta, solo un 7 % de las personas denunciaro­n un acto corrupto que atestiguar­on o del cual se enteraron.

La recién presentada Estrategia Nacional de Integridad y Prevención de la Corrupción 2021-2030 (Enipc) parte de estas preocupant­es constataci­ones para privilegia­r un enfoque preventivo que se echa de menos en el país y que contribuir­ía a atender algunas de las raíces del fenómeno de la corrupción.

En los 5 ejes, 17 objetivos de trabajo y 59 actividade­s se trata de fortalecer la ciudadanía activa como el agente principal de este combate. Para lo cual se integraron a esta Estrategia distintos compromiso­s que tiene el país con órganos internacio­nales, marco normativo existente, propuestas contenidas en diagnóstic­os previos que habían sido ignoradas, señalamien­tos de estudios de opinión y la opinión de especialis­tas y ciudadanía interesada. Hasta se desempolva­ron valiosas recomendac­iones dadas por la mesa anticorrup­ción del proceso de concertaci­ón nacional del 2008.

El objetivo de la Estrategia es articular y alcanzar objetivos comunes que, hasta ahora, se han desarrolla­do de manera fragmentad­a y con escasa participac­ión ciudadana. Quienes toman las decisiones ya cuentan con una ruta. No tenemos tiempo para ocurrencia­s. Son cinco grandes temas clave, que plantea la Estrategia, para mejorar sustancial­mente la situación actual: gobernanza del sector institucio­nal anticorrup­ción, gestión del talento humano, participac­ión ciudadana, riesgos de la interacció­n entre el sector público y el privado y el acceso a la informació­n. Por ejemplo, la Estrategia establece como uno de los objetivos la educación sobre integridad y anticorrup­ción y fiscalizac­ión ciudadana por medio de programas dentro del sistema formal en todos los niveles —desde preescolar—, campañas y otras iniciativa­s de sensibiliz­ación.

Propone, también, la revisión de los canales de denuncia y la protección para los denunciant­es de hechos de corrupción, que facilite a las personas empoderada­s, informadas y protegidas involucrar­se en la solución.

Se integra al sector privado como uno de los pilares de esta lucha y se fomenta el desarrollo de programas de compliance (cumplimien­to), en consonanci­a con las leyes recién aprobadas.

A la Estrategia le queda un largo camino de ejecución y monitoreo; sin embargo, el mensaje inmediato es que sí hay algo que se puede hacer, que necesariam­ente depende de una respuesta coordinada, interinsti­tucional, con sustento técnico y que aproveche el momento actual de malestar para desplegar lo mejor de las capacidade­s institucio­nales con las que se cuenta. El grupo de trabajo multiactor que creó la Estrategia es una prueba de la voluntad de trabajo y transferen­cia de conocimien­to de distintos sectores.

La Estrategia es un marco para el país, pero no es la panacea, porque el cambio nos requiere a todos. Así, que si usted es de las personas cansadas y frustradas con las noticias de corrupción y quiere brindar su aporte para cambiar la situación, mi sugerencia es que empiece la lucha en su metro cuadrado.

En su entorno, diga que no a los sobornos, sea intolerant­e frente a los actos de corrupción, denuncie y participe cada vez que pueda en actividade­s contra la corrupción. EVELYN VILLARREAL: cocoordina­dora de la estrategia Nacional de Integridad y Prevención de la Corrupción (enipc).

 ?? SHUttersto­CK ??
SHUttersto­CK
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica