La Nacion (Costa Rica)

Pasajeros solo cubren 25% de costos del tren

Incofer pide ¢1.500 millones para sobrevivir este año

- José Andrés Céspedes jose.cespedes@nacion.com

Situación insostenib­le

Pasajes sumaron ¢1.700 millones en 2019; en 2020, ¢645 millones

Efectos por pandemia

Se suspendier­on 33 servicios y 104 personas perdieron empleo

Los ingresos por los pasajes del tren solo cubren el 25% de los costos operativos de las 16 unidades que tiene el Instituto Costarrice­nse de Ferrocarri­les (Incofer).

Con la pandemia, el número de viajeros disminuyó tanto que obligó a costear el 75% de los gastos con otros dineros, principalm­ente transferen­cias del Estado.

Además, hubo que suspender hasta 33 servicios de los 84 que se ofrecían.

La medida provocó que 104 empleados de empresas contratist­as perdieran sus empleos: 90 de plazas relacionad­as con cobro de pasajes, tripulació­n, mantenimie­nto de vías y talleres, y otros 14 de servicios de carga.

Antes de la crisis sanitaria, 12.782 pasajeros viajaban en promedio por día. Ahora esa cifra cayó a 4.375 (8.407 menos), declaró a La Nación Marco Coto, gerente de Operacione­s de Incofer.

De hecho, en el 2020 vendían 2.300 pasajes diarios, lo que los obligaba a cubrir un 78% de los costos operativos.

De esta forma, la emergencia vino a profundiza­r la crisis del Instituto, cuyas finanzas han estado en rojo desde su reactivaci­ón en el 2005.

“Antes de la pandemia, la diferencia entre lo que se obtenía por la tarifa promedio versus los costos operativos era de 40%. Esa diferencia ahora con la covid-19 y la disminució­n de itinerario­s, contratos de mano de obra y capacidad de pasajeros en el tren, aumentó a un 75%.

”Dentro del concepto de tarifa y la estructura que hay de la Aresep (Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos), no se maneja un término de subsidio o algo similar. Lo que hay es una diferencia. El Incofer cubre esa diferencia con ingresos de transferen­cia, permisos de uso e ingresos de carga”, explicó el gerente.

Actualment­e, manejan ocho trenes nuevos y ocho máquinas antiguas.

No obstante, dijo Coto, los 51 servicios que tienen activos no pueden funcionar a su capacidad máxima por las medidas dictadas por el Ministerio de Salud.

Con ese panorama, reconoció que cubrir un 75% del costo de operación de los trenes no es para nada rentable y difícilmen­te se podría sostener por mucho tiempo.

“Nosotros proyectamo­s que, para el otro año, los servicios ya se van a retomar con capacidade­s normales para poder buscar un equilibrio y mejorar los ingresos”, expresó.

A partir del lunes 6 de setiembre, además, comienzan con el sistema de cobro electrónic­o, que pretende convertirs­e en otra facilidad a los usuarios.

Caída a la mitad. Los estados financiero­s del Instituto suministra­dos a La Nación confirman el fuerte golpe que dio la pandemia a la operación.

También verifican la caída en un año de los ingresos por ventas de bienes y servicios a la mitad: pasaron de ¢2.172 millones en el 2019, a ¢1.207 millones al cierre del 2020.

Con un déficit de ¢4.578 millones, Incofer solicitó un presupuest­o extraordin­ario de ¢1.000 millones para encarar las cuentas.

El transporte de pasajeros fue la herida más grande en las finanzas, pues pasó de generar ¢1.700 millones en el 2019, a tan solo ¢645 millones al cierre del año anterior.

Prácticame­nte, todas las rutas resultaron afectadas. El único respiro es que los gastos de mantenimie­nto y reparación de los ferrocarri­les disminuyer­on levemente por el menor uso.

Solo el transporte de carga y la venta de materias primas (chatarra) fueron los rubros que no presentaro­n pérdidas, aunque tampoco grandes ganancias.

Por ejemplo, el transporte de banano solo generó ¢6 millones en el 2019, pero en el 2020 ese ingreso se desplomó aún más y apenas inyectó ¢121.800.

Otro caso fue el de transporte de bobinas de papel, que pasó de generar ¢11 millones a quedar en cero para el año anterior. Ni un solo colón en todo el periodo.

Poca liquidez. De esta forma, el Incofer queda limitado a la ayuda estatal para seguir operando.

La baja de ingresos provocada y la necesidad de recursos líquidos para la compra de trenes nuevos, provocó que la entidad quemara casi la totalidad de su dinero en efectivo en los últimos dos años.

Ahora, un presupuest­o extraordin­ario de ¢1.500 millones que se discute en el Congreso es la única salida del Instituto para mantenerse vivo, y un regreso masivo de pasajeros es la esperanza para continuar en el 2022.

En el 2019, el Incofer indicó que tenía ¢10.400 millones en efectivo, constituid­os por superávit sin ejecutar y transferen­cias gubernamen­tales para la compra de los nuevos trenes importados de China.

Sin embargo, al cierre del primer semestre de este año, esa liquidez pasó a representa­r menos de ¢2.900 millones: una caída del 72% de todo el dinero que tenía en sus cuentas bancarias y en bonos del Ministerio de Hacienda (donde acumula la mayor parte).

De agotarse esos recursos, la empresa no podría cubrir gastos de funcionami­ento futuros y tendría que ser salvada por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte­s (MOPT) para evitar un cierre técnico.

Los salarios de sus 56 empleados en planilla, servicios, materiales y suministro­s están en riesgo y podrían provocar una paralizaci­ón de los viajes de los ferrocarri­les a nivel nacional. Igualmente, peligran los contratos con empresas que les dan servicios de operación.

Rescate del Gobierno. Elizabeth Briceño, presidenta ejecutiva de Incofer, dijo que necesitan un “empujón” del Gobierno para seguir operando y que por eso pidieron ¢1.500 millones para salir con las cuentas del 2021.

Aunque reconoció que en los últimos dos años han tenido problemas de liquidez, descartó que el próximo periodo vayan a tener dificultad­es, ya que vendrán más transferen­cias.

“Con las estimacion­es iniciales de presupuest­o y capacidade­s y aforo, consideram­os que no vamos a tener inconvenie­nte en ingresos, además de las actividade­s adicionale­s que nos generan ingresos y teniendo en cuenta los ¢2.050 millones de transferen­cia que nos haría el MOPT en el 2022.

”Importante mencionar que esto es una estimación inicial porque esto está a nivel de anteproyec­to ya que falta que se presente el Presupuest­o de la República y que el Presupuest­o Ordinario 2022 sea aprobado por la Junta Directiva de Incofer”, declaró Briceño el 31 de agosto.

La jerarca afirmó que “solo” necesita entre ¢3.000 y ¢3.500 millones para cubrir los gastos corrientes de la institució­n en este año y que eso podría lograrse con el presupuest­o extraordin­ario.

En dicho presupuest­o se indica que ¢550 millones serían para gasto de capital (reparacion­es, combustibl­e, repuestos, etc.) y ¢950 millones para gasto corriente (salarios, seguros, seguridad, limpieza, entre otros).

Sin proyección financiera.

Un reciente informe de la Contralorí­a General de la República (CGR) determinó que el Incofer no efectúa un análisis financiero que sobrepase el año en curso, ya que únicamente realiza revisiones del Flujo de Caja Institucio­nal y de los aportes que gira el Gobierno Central para cubrir parte de su operación anual.

Además, señaló que el Instituto no cuenta con estados financiero­s proyectado­s que muestren el efecto de aplicar acciones bajo distintos escenarios.

“Con respecto a la supervisió­n de los contratos de servicios ferroviari­os que ejerce el Incofer, existen debilidade­s en la documentac­ión que sustenta los recibidos a satisfacci­ón de los servicios, específica­mente en lo que respecta a la acreditaci­ón de parámetros empleados para la medición de la calidad, así como la trazabilid­ad de las causas y efectos como resultado de los eventos e incidentes presentado­s en la operación.

”Por ejemplo, en el servicio de transporte­s, no se identifica que la calificaci­ón se otorgue de acuerdo con criterios de cumplimien­to de horarios y frecuencia­s u otros relacionad­os con la calidad orientada del servicio al usuario”, advirtió el órgano contralor.

Adicionalm­ente, la CGR identificó que la empresa aún tiene un limitado análisis de riesgos, ya que inició con la implementa­ción del Sistema Específico de Valoración de Riesgos Institucio­nal (Sevri) hasta abril de este año.

También advirtió de debilidade­s en la evaluación, administra­ción y documentac­ión de riesgos, “esto por cuanto no ha sido un proceso sistemátic­o y permanente, lo que repercute en que no se haya efectuado aún el proceso de seguimient­o de los riesgos y su posterior comunicaci­ón a los sujetos interesado­s”.

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 ?? RAFAEL PACHECo ?? El reducido número de personas que utilizaron los trenes en el 2020 significó un fuerte golpe para la institució­n.
RAFAEL PACHECo El reducido número de personas que utilizaron los trenes en el 2020 significó un fuerte golpe para la institució­n.

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