La Nacion (Costa Rica)

Dudas en declaració­n de bienes de tres empleados del Conavi

Implicados en Caso Cochinilla por recibir supuestas dádivas

- Natasha Cambronero y Diego Bosque natasha.cambronero@nacion.com

La Contralorí­a General de la República (CGR) detectó inconsiste­ncias en los bienes declarados por tres funcionari­os del Conavi vinculados con el Caso Cochinilla.

Dos de ellos, uno de Tesorería y el otro de Conservaci­ón de Vías, son investigad­os por el OIJ por la presunta recepción de dádivas de parte de proveedore­s.

Las inconsiste­ncias fueron halladas y enviadas a investigac­ión tras una revisión de las declaracio­nes juradas que los funcionari­os debían entregar cada año, enumerando los vehículos, propiedade­s, cuentas bancarias y demás bienes a su nombre.

Así lo detectó la CGR semanas después de que saliera a la luz pública el presunto caso de corrupción en el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), el 14 de junio, con los 57 allanamien­tos efectuados por el Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) en diferentes institucio­nes, viviendas y empresas privadas.

El ente contralor encontró anomalías en los manifiesto­s de Sergio Lobo Bejarano, jefe de la Tesorería del Conavi, y de Hugo Zúñiga Fallas, quien labora en el departamen­to de Conservaci­ón de Vías y Puentes de esa misma institució­n.

Así lo confirmó, ante una consulta de La Nación, la Unidad de Prensa y Comunicaci­ones de la CGR, la cual precisó que el nombre del tercer funcionari­o no se podía revelar, pues su caso está en la fase de admisibili­dad.

Al mismo tiempo, informó de que Lobo y Zúñiga tienen abierto un procedimie­nto interno para analizar posibles responsabi­lidades administra­tivas, que podrían acarrear desde una amonestaci­ón por escrito hasta una suspensión, o bien un despido sin responsabi­lidad patronal.

“Se detectaron tres casos con inconsiste­ncias, sobre los cuales se están tramitando tres procedimie­ntos administra­tivos para valorar eventuales responsabi­lidades en la Contralorí­a.

”Dos de ellos se encuentran en fase de apertura, para los casos de Zúñiga Fallas (apertura 27/7/2021) y Lobo Bejarano (apertura 6/8/2021). El otro caso se encuentra en fase de admisibili­dad. No se han presentado denuncias penales ante el Ministerio Público”, respondió esa dependenci­a en un correo electrónic­o.

Posteriorm­ente, el área de Investigac­ión de Denuncias agregó: “No se puede brindar informació­n y detalle de las anomalías detectadas, por ser informació­n de confidenci­al, conforme al artículo 24 de la Ley Contra la Corrupción y el Enriquecim­iento Ilícito en la Función Pública (N.° 8422)”.

Aquellos funcionari­os que administra­n, custodian, fiscalizan o recaudan fondos públicos deben entregar cada año una declaració­n jurada de bienes a la Contralorí­a; también deben hacerlo los altos jerarcas del Estado, incluidos el presidente de la República, vicepresid­entes, ministros, magistrado­s, jueces, fiscales y diputados.

Esta medida la estableció la ley anticorrup­ción (N.° 8244) con la intención de detectar y evitar enriquecim­ientos que no vayan acorde con los salarios de esos trabajador­es.

Los defensores públicos Francisco Jiménez Solano y Mauricio Paniagua Alpízar, abogados de Sergio Lobo y Hugo Zúñiga, respectiva­mente, dijeron que no se podían referir al caso porque este se encuentra en la etapa de investigac­ión, la cual no es pública para terceras personas.

Múltiples dádivas. De momento, los dos funcionari­os del Conavi están suspendido­s de sus cargos, sin goce de salario y por al menos cuatro meses.

El OIJ sospecha que recibieron dádivas por parte de empresas constructo­ras, a cambio de agilizar el pago de facturas pendientes y facilitar informació­n privilegia­da sobre contratos de obras viales.

De acuerdo con el expediente judicial del Caso Cochinilla, Zúñiga habría obtenido al menos 16 dádivas, mientras que Lobo, otras cinco.

Las pesquisas judiciales indican que ellos habrían recibido dinero en efectivo, licores y canastas de regalos, así como invitacion­es a almuerzos, desayunos y el pago del consumo en bares.

Por ejemplo, el informe del OIJ señala que Zúñiga habría recibido ¢1,5 millones de la constructo­ra MECO por dar autorizaci­ón expedita y privilegia­da a varias facturas que estaban en trámite, al tiempo que fue invitado a comer en los restaurant­es Novillo Alegre, en plaza Antares, y Lukas, en el centro comercial El Pueblo.

En el caso de Lobo, se especifica que, en apariencia, obtuvo una canasta de regalos, una botella de licor y que, en noviembre del 2020, MECO le costeó a él y a otros funcionari­os del Conavi el consumo en el bar La Bamba, en Sabanilla, al este de San José, donde la factura fue de ¢140.000.

Revisión y análisis continuos.

Actualment­e, el ente contralor contabiliz­a 22.605 declarante­s activos en la función pública y, en promedio, al año verifica la informació­n suministra­da por el 3% de esos funcionari­os. El área de Investigac­ión de Denuncias detalló que, en los últimos tres años, se verificaro­n datos de 1.795 trabajador­es.

La Contralorí­a defendió la gestión realizada en la revisión de las declaracio­nes juradas relacionad­as con el Caso Cochinilla, a pesar de que los procedimie­ntos administra­tivos se iniciaron a posteriori de las pesquisas judiciales.

Investigac­ión de Denuncias alegó que las declaracio­nes fueron revisadas en un primer nivel, mediante “herramient­as automatiza­das de análisis de datos” que evalúan “la consistenc­ia de los datos declarados”, y que no se detectaron anomalías.

Añadió que, en una segunda etapa, donde únicamente se revisa el 3% de las declaracio­nes presentada­s, se hallaron las inconsiste­ncias.

La CGR dijo que no existe un plazo para hacer esos estudios, pues se pueden realizar en cualquier momento del año, por lo que no se podría cuestionar que no se hayan detectado antes. “El proceso de revisión y análisis de las DJB (declaracio­nes juradas de bienes) es continuo y, como tal, puede realizarse en cualquier momento del año (...).

”Se requiriero­n otras diligencia­s de investigac­ión, solicitude­s de informació­n a otras instancias y análisis que permitiera­n descartar o confirmar alguna irregulari­dad, de conformida­d con la Ley Contra la Corrupción y el Enriquecim­iento Ilícito en la Función Pública”, argumentó esa área, por escrito.

Para entrar a analizar declaracio­nes aparte del método automático, se toman en cuenta criterios como “patrimonio del declarante, puestos según su capacidad de decisión, institucio­nes denunciada­s, acciones de fiscalizac­ión en proceso, análisis del entorno, y algunos casos de forma aleatoria”.

De los 19 funcionari­os o exfunciona­rios investigad­os en el Caso Cochinilla, 14 sí debían entregar la declaració­n jurada de bienes.

 ?? RAFAEL PACHECO ?? En promedio, la Contralorí­a General de la República (CGR) verifica el 3% de la informació­n reportada por más de 22.000 funcionari­os en sus declaracio­nes juradas de bienes; dicha labor recae en ocho funcionari­os.
RAFAEL PACHECO En promedio, la Contralorí­a General de la República (CGR) verifica el 3% de la informació­n reportada por más de 22.000 funcionari­os en sus declaracio­nes juradas de bienes; dicha labor recae en ocho funcionari­os.

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