Complicado inicio
La eliminatoria ya está cuesta arriba con la caída 1 a 0 ante México en el Nacional
La Selección Nacional se esfuerza, corre, lucha. El combinado patrio se lamenta, a los jugadores se les nota que les duele fallar, sin embargo con actitud no se suma y luego de dos fechas eliminatorias el cuadro patrio solo tiene una unidad.
A los jugadores no se les puede reprochar que corren, que buscan, pero las falencias en el trabajo colectivo ante una selección que sí tiene un proceso, son clarísimas. El equipo dirigido por Luis Fernando Suárez desconoce lo que son las sociedades, tampoco tiene ese entendimiento entre sus fichas, necesario para jugar a un toque.
Al no encontrar el pase correcto, por más que se vean ganas, puede aparecer la frustración. Así le sucedió a Rándall Leal, extremo que en este cotejo buscó el balón, corrió, pidió la pelota, pero aún así no estuvo claro en ideas. De esta forma, el carácter le ganó y se lamentó mirando al cielo.
En el volante también apareció el chasquido de dientes, un gesto fruncido y un choque de palmas.
“No se lamente papá, tiene que estar con todo, vamos carajo, tiene que darle”, se escuchó desde el banquillo al asistente técnico de Luis Fernando Suárez, John Jairo Bodmer.
La misma imagen que se vio en Leal se pudo observar en Rónald Matarrita, David Guzmán y Ricardo Blanco.
A diferencia del encuentro con Panamá, la Selección en este partido buscó más la ofensiva. Bryan Ruiz de arranque dio presencia en el área contraria y fue el encargado de hacer el único remate directo que exigió a Guillermo Ochoa después de un centro de Leal.
La Selección tuvo mucha posesión, pero esa tenencia de pelota fue controlada por los aztecas, al punto que la Nacional pasaba la pelota entre su media cancha y la defensiva. “Líneas juntas, no nos separemos, juntos” repitió Ochoa en los 90 minutos. Ahí, una clave del rival para ganar.
México llegó con una idea clara para todo el partido: bloques juntos para no darle aire a Costa Rica, además de salidas rápidas por los costados. Así fue como cayó la diana que les dio los tres puntos. Por la izquierda, Andrés Guardado ganó línea de fondo, quitó una marca y cuando se prestaba a dejar la segunda atrás recibió una fuerte patada que resonó en el reducto de La Sabana. Penal y 1 a 0 definitivo.
Luis Fernando Suárez, técnico nacional, se frustró tanto como sus pupilos. Cuando vio a Óscar Duarte perder una pelota en la zaga gritó con fuerza y picó hasta la línea de banda para que lo escuchara porque de no ser por Navas, la diana rival llegaba más temprano al partido. También en otra jugada, cuando Matarrita no supo cómo resolver una incursión por su banda; el colombiando chocó sus palmas y se las llevó a su rostro mientras lo movía en negación.
La desesperación del colombiano no solo se notó en su forma de vivir el partido, sino en sus movimientos desde el banquillo, porque mandó a Keysher Fuller como extremo por derecha y cerró colocando a Kendall Waston como su delantero centro.
También Joel Campbell entró sin estar al 100%. Campbell, a pesar de su rendimiento disminuido, aporta muchísimo gracias a su individualismo y así sacó cinco faltas que pudieron aprovecharse mejor.
Con el pitazo final, Óscar Duarte reventó la pelota con furia al cielo y Suárez abandonó serio y sin ver a nadie en el campo. Costa Rica perdió su primer juego en casa y ya pone el saldo en negativo sin la claridad necesaria de cómo revertir su carencia ofensiva al no tener tiempo de trabajo. La ruta se nubló.