Scotiabank busca restar distancia con BAC en el negocio de tarjetas
›la entidad de origen canadiense desea acaparar 20% del mercado en cinco años
Scotiabank Costa Rica estableció como una de sus metas ganar participación en el negocio de tarjetas de crédito en el país y reducir la distancia que lo separa de BAC Credomatic.
La entidad de origen canadiense es la segunda en cuota de mercado bancario en tarjetas, con el 12,6% del saldo de recursos prestados a julio anterior, y el objetivo es elevarlo en un rango del 17% al 20% en los próximos cinco años, confirmó a La Nación Robert Williams, nuevo gerente general de Scotiabank.
“Claro que es posible (ganar cuota de mercado) y es parte de nuestra misión. Pero el BAC no se va a quedar de brazos cruzados, ellos van a combatirnos cada paso, es lo natural del mercado libre en competencia”, recalcó Williams, quien fue designado en el cargo en abril anterior, pero se instaló en el país de manera permanente a finales de julio.
El propósito del banquero implicará plantar una competencia fuerte a BAC Credomatic, principal jugador del mercado de plásticos, que reportó un saldo de deuda con tarjetas de crédito de ¢635.000 millones a julio pasado, es decir, casi la mitad de los ¢1,24 billones que maneja la banca.
Scotiabank reportó un saldo de ¢155.000 millones, según los datos extraídos por La Nación de la información entregada por los bancos a la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Para ganar terreno, la institución reforzará los programas de lealtad asociados a sus plásticos y el de la afiliación de comercios a su red de servicios bancarios.
“Me encantaría estar posicionado en un rango de 17% a 20% (de cuota de mercado), sí diría que esa es mi meta. Claro, las variables del market share son múltiples, pero esa es mi meta. Es retadora, pero alcanzable si la jugamos bien”, subrayó Williams quien también ocupa el cargo de vicepresidente sénior para Centroamérica.
Usura. Tanto BAC Credomatic como Scotiabank se vieron obligados a ajustar su negocio de tarjetas de crédito con la entrada en vigencia de la denominada “ley de usura” que estableció topes a las tasas de interés a estos productos.
La primera entidad cerró casi 80.000 plásticos a sus clientes, despidió 373 trabajadores y clausuró 11 sucursales.
Por su parte, Scotiabank canceló 20.000 tarjetas de crédito a clientes, en julio del 2020, para cumplir con los topes a tasas de la “ley de usura”.
Un mes después, la institución despidió a 98 empleados y cerró cinco sucursales. En ese momento, la entidad contaba con una planilla de 1.715 personas, mientras que a julio anterior era de 1.595, según los datos reportados por el banco a la Sugef.
Por su parte, Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Credomatic, dijo que después de las decisiones tomadas en julio del año anterior, no han realizado nuevos ajustes en la cartera de productos.
“Nuestras tarjetas de crédito ofrecen una gran variedad de beneficios (…) que nos han permitido mantener un crecimiento constante en nuestra participación de mercado durante el primer semestre del 2021. Dicha participación es hoy, en promedio, 3% mayor que hace seis meses”, comentó Moreno.
En marzo anterior, Federico Odio, gerente general del BAC, reconoció la existencia de una afectación relevante a su negocio por el tope a tasas y a los límites a las comisiones de datáfonos en comercios.
Para contrarrestar dicho efecto, la entidad comenzó un proceso de cambio en su estrategia que tendrá un fuerte enfoque en la digitalización de su actividad y reducción de costos.
Integración. La nueva ruta por la cual competirá Scotiabank se estableció después de un largo proceso para absorber el negocio de tarjetas de crédito de Citibank en Costa Rica y Panamá.
El banco canadiense adquirió dicho negocio en julio del 2015. Sin embargo, fue hasta tres años después que logró incorporar la operación dentro de su estructura, principalmente por el proceso de diferencias entre sistemas de ambas entidades.
“Consideramos larga la integración, en términos de lo que típicamente nos lleva hacerlo, pues nos toma entre 18 y 24 meses. En Centroamérica
nos llevó 36 meses”, explicó el jerarca.
Williams explicó que, en otros procesos similares, Scotiabank también adquiere licencias y programas de la entidad que compran, lo cual favorece la integración, pero en este caso no fue así.
La integración ocurrió en un momento en que las ganancias de Scotiabank se vieron reducidas.
Por ejemplo, la entidad tuvo una utilidad neta de ¢8.789 millones en el 2016, que se redujo a ¢2.983 millones y ¢712 millones en 2017 y 2018, respectivamente.
Para el 2019, la ganancia se recuperó hasta llegar a ¢5.461 millones, pero el año pasado fue de ¢3.095 millones, principalmente por el efecto de la crisis sanitaria.
“Salimos del proceso de integración, entramos a la etapa de posintegración y no habíamos salido cuando inmediatamente entramos a pandemia. Los últimos cinco años han sido muy complejos, y ese es el contexto en el cual recibo el banco”, dijo el ejecutivo.
Negocios clave. Los cambios legales y los efectos de la pandemia provocaron que, durante el último año, el saldo de la cartera de crédito de la entidad financiera se redujera.
En julio anterior, el saldo de préstamos colocado ascendió a ¢1,44 billones, una reducción de 5% comparado con los ¢1,53 billones al mismo periodo del 2020, según Sugef.
A pesar de la evolución del último año, Williams destacó que se empiezan a mostrar los primeros indicios de una recuperación económica a nivel global y en Costa Rica.
En el caso específico del país, la entidad prevé un mayor potencial de crecimiento para los próximos años, en crédito hipotecario y para compra de vehículo.
El segmento de compra de vivienda y construcción acaparó, hasta julio anterior, una cuarta parte del portafolio de préstamos de Scotiabank.
Mientras que el de vehículos y tarjetas de crédito, incluidos en el segmento de consumo, representó el 22% del saldo crediticio de la institución, según los datos publicados por Sugef.
Williams dijo que el banco es líder en préstamos para carro y será un negocio en el cual tienen previsto mantener una presencia relevante.
En el segmento empresarial, prevén que el financiamiento para desarrollos inmobiliarios y el sector energético sean áreas en las cuales puedan incrementar la colocación de recursos.
“Nos interesa seguir creciendo en el sector de manufactura. En zona franca es un área donde vemos un potencial para crecer y así lo indican los indicadores macroeconómicos de Costa Rica”, dijo el jerarca bancario.
Scotiabank brinda los servicios de depósitos y gestión de efectivo a las compañías multinacionales localizadas en este régimen especial.