31 pacientes han pasado la mitad de su vida en centro psiquiátrico Chacón Paut
››Abogado presentó recurso de amparo para agilizar salida de estas personas
Qué ropa ponerse, qué desayunar o a qué hora irse a dormir son decisiones que, aunque simples, son muestra de independencia.
De esa independencia han carecido al menos 31 pacientes que llevan la mitad de su vida internados en el Hospital Psiquiátrico Roberto Chacón Paut, en La Unión, Cartago.
Fueron abandonados por sus familiares, quienes seguramente carecían de herramientas para brindarles calidad de vida. Uno de los casos más extremos es el de Rodolfo, hoy de 62 años, quien ingresó cuando tenía 9. Lleva más de 50 años allí.
Carolina Montoya, directora del centro médico, reconoció que todas estas personas ocupan una cama hospitalaria por una condición de salud que ya no amerita un internamiento. “Están estables de su enfermedad mental; entonces, no hay criterio para que permanezcan hospitalizados”, afirmó la funcionaria.
Todos los días visten con ropa de hospital. Comen lo que la institución les ofrece y a la hora que allí se sirve y tienen muy pocas opciones de entretenimiento.
“Son adultos menores de 65 años. Tienen largos periodos de hospitalización debido a que presentan una enfermedad mental que asocia una discapacidad. Eso quiere decir que su enfermedad mental les hizo perder habilidades y destrezas.
”La mayoría con familias no localizables, y los pocos que tienen familia, son familias de escasos recursos, generalmente formadas por adultos mayores, que ya legalmente no tienen la condición para poder asumirlos en su núcleo familiar. De esos 31 que nos quedan, creo que solo seis reciben visitas, el resto no”, detalló Montoya.
Para la directora, estos pacientes continúan en el Chacón Paut porque requieren mayor cantidad de apoyos, ya que tienen un alto grado de discapacidad psicosocial.
Su reubicación, señala, debe darse mediante un proceso “paulatino”, en el que deben cooperar el Consejo Nacional de la Persona Adulta mayor (Conapam) y el Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis).
“Tienen su arraigo acá. Aunque no deberían vivir aquí en garantía de sus derechos, pues lo han hecho en los últimos años. Entonces, nadie puede pensar que yo los saco de aquí y los llevo a vivir a otra casa de un día para otro.
”Ha sido todo un proceso que ha requerido acercamientos continuos y capacitación del lugar adonde se van a ir. Todo eso está hecho, quien nos marca la pauta de qué día se van es Conapdis, que es el que da los recursos para que las personas puedan vivir en ese otro entorno”, subrayó la jerarca.
“DE ESOS 31 QUE NOS QUEDAN, CREO QUE SOLO SEIS RECIBEN VISITAS, EL RESTO NO”. Carolina Montoya directora Hospital chacón Paut
Sin fecha de salida. Aunque las reglas parecen muy claras, ese proceso “paulatino” de reubicación se ha vuelto eterno para estas personas, al punto de que aún no hay una fecha concreta para su salida del hospital.
Preocupado por esa tardanza, el abogado Dewin Brenes Fernández presentó un recurso de amparo contra la directora del Chacón Paut y el director del Conapdis, para intentar agilizar el procedimiento de traslado.
El pasado 1.° de setiembre, la Sala Constitucional acogió el recurso para estudio. Se tramita bajo el expediente 21017092-0007-CO.
“Son 36 costarricenses (él habla de cinco más), seres humanos que están recluidos por años en el Hospital Roberto Chacón Paut y se han mantenido ahí por la inercia de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Consejo Nacional de Personas con Discapacidad.
”Su estancia prolongada en ese centro de salud no es necesaria, ya que su proceso de rehabilitación, por el que en su momento fueron ingresados, se logró estabilizar, lo cual permite que sean ubicados en alternativas residenciales”, afirmó Brenes.
Según él, el mantener a esos ciudadanos allí violenta su dignidad como personas, ya que deberían estar en un ambiente apto, en el que puedan reinsertarse a la sociedad.
“El que no exista, a estas alturas y después de tantos años, un plan remedial, lo que nos demuestra es la clara violación en que ha estado incurriendo el Estado y el Conapdis en los derechos fundamentales de estos ciudadanos.
”Fueron abandonados por sus familiares y hoy no pueden ser desamparados por el Estado, porque ellos también son hijos de esta patria”, manifestó el litigante.
Según Brenes, su fin principal es que se fije el plazo para el traslado.
Seis meses más. El director ejecutivo del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis), Francisco Azofeifa, aseguró que estas personas serán trasladadas en los próximos seis meses.
Ante consultas de La Nación, respondió que esos movimientos se han atrasado por falta de recursos, pero que en el nuevo presupuesto extraordinario se incluyeron ¢1.000 millones para atender su la situación.
Sin embargo, comentó que, antes de reubicarlos, se debe hacer todo un estudio de las características de cada uno de los pacientes, así como de sus necesidades.
Azofeifa indicó que han considerado distintas alternativas residenciales para los traslados, entre las que figuran hogares grupales que son atendidos por organizaciones y familias solidarias.
En estos casos, el Conapdis le brinda a cada paciente un subsidio mensual de entre ¢250.000 y ¢500.000, para costear sus necesidades.
El director reclamó que siempre tienen que buscar dinero para atender estas obligaciones, ya que la institución no cuenta con suficientes recursos. “A Conapdis, con este programa de atención para personas en condición de pobreza, abandono y riesgo, nunca le sobra un cinco. Podrá haber superávit en algún área de inversión pública por las limitaciones que hay, pero en lo que son programas de atención directa, siempre falta dinero”, alegó el funcionario.
Atención. La directora del Chacón Paut indicó que, por el momento, estos pacientes reciben la mejor atención posible, a pesar de que no deberían estar en un hospital.
“Se encuentran en una buena condición porque tienen garantizada atención, techo y comida, pero todo el mundo debería vivir en un casa, donde tenga libertad de tránsito, de acostarse a la hora que quiera, de ponerse la ropa que quiera, y tener un riesgo disminuido de algunas enfermedades que en un hospital tiene”, indicó.