La Nacion (Costa Rica)

Es injusto jugar con la necesidad de la gente

- Carlos Manuel Echeverría E. cmecheverr­ia@yahoo.com

Me llamó la atención que durante el debate presidenci­al sobre el bicentenar­io, organizado por la Uccaep, dos candidatos hablaron del canal seco entre Parismina y Bahía Salinas como una de las salvacione­s de la economía nacional, sin explicar los bemoles.

El canal seco es ciertament­e un interesant­e proyecto, pero para un futuro no cercano, y eso si llegara a determinar­se su viabilidad. En primer lugar, es una inversión grande y compleja por las facilidade­s que habría que darle al concesiona­rio, a lo mejor con roces constituci­onales, y requiere estudios profundos. La construcci­ón difícilmen­te empezaría antes de unos 10 años.

Recordemos que estamos en Costa Rica, donde todo se complica en demasía. Lo sé por experienci­a, pues, como embajador en El Salvador del 2014 al 2017, me empeñé en sacar adelante el ferri centroamer­icano de Cutuco a Caldera. No fue posible ni lo ha sido después de mi retiro del cargo por culpa de Costa Rica, su tramitoman­ía, los intereses creados

El canal seco es un interesant­e proyecto, pero quizás para un futuro muy muy lejano

y, me atrevo a decirlo, por la incapacida­d para modernizar Caldera, a la que la Contralorí­a le puso candado hace poco.

En Costa Rica siempre habrá una razón para oponerse al progreso. No abogo por brincarse las leyes, pero hay formas de hacer las cosas bien, como me explicó una vez el excontralo­r Rafael Ángel Chinchilla.

El canal de Panamá no está feneciendo, como aseveró uno de los candidatos. Por otro lado, México, Honduras y Guatemala plantean canales secos, con ventajas y desventaja­s según los estudios de prefactibi­lidad. Léase bien: de prefactibi­lidad.

El de Guatemala le lleva años adelante a Costa Rica, y le está costando financiars­e. El de Honduras existe, pero es rudimentar­io. Deben mejorarlo y dejar de pensar en un puerto en el Pacífico para pensar en Cutuco, que queda a una hora de El Amatillo, en la frontera con El Salvador. No pierdo el tiempo en mencionar el proyecto chino en Nicaragua.

Plantear el canal seco a la ciudadanía de Costa Rica como si fuera el paraíso en el otro mundo no es correcto. Es una forma de manipulaci­ón, de jugar con la angustia por sobrevivir en estos tiempos difíciles y abusar de la libertad de expresión que brinda la democracia.

Es un proyecto lejano, y para que provea empleos a la gente más necesitada en lugares vulnerable­s no es una solución a corto plazo. Plantear la posibilida­d de un canal seco tiene mérito, pero presentarl­o como un hecho y una de las formas de vencer el desempleo en el próximo período presidenci­al es incorrecto.

Quizás quienes lo promueven, con diez carriles para el traslado de furgones, según se manifestó en el debate, son inexpertos. Conviene contar con funcionari­os jóvenes como viceminist­ros, pero los ministros deben estar en la mediana edad y bien formados. Así, se garantiza madurez en la jerarquía y la transferen­cia de conocimien­to.

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