La Nacion (Costa Rica)

Con la salud pública no se juega

El plan de ley que pretende incrementa­r los recursos en el deporte, aumentando la publicidad, va a salir más costoso para las institucio­nes de salud y en particular, para las familias costarrice­nses

- GISELLE AMADOR MUÑOZ MÁSTER EN FARMACODEP­ENDENCIA giselleama­dor@gmail.com

En el periódico «La Nación», el señor Jorge Dengo defiende el proyecto que está en la corriente legislativ­a y que pretende cambiar las regulacion­es de avanzada que tiene el control de la publicidad de bebidas con contenido de alcohol en Costa Rica. De aprobarse ese proyecto de ley se permitiría el financiami­ento del deporte por parte de cervecería­s y otras empresas de bebidas alcohólica­s.

En el texto publicado en la edición del 23 de setiembre pasado, resalta la siguiente frase: «Es por eso que veo con mucho positivism­o el proyecto de ley N.° 21.745. Este proyecto busca permitir el patrocinio y la publicidad de bebidas alcohólica­s en actividade­s deportivas».

Quiero recordarle al señor Dengo y a la Asamblea Legislativ­a que el alcohol es la droga que produce las peores consecuenc­ias en la salud de los costarrice­nses. Según datos del IAFA, el 15% de la población presenta consumos problemáti­cos de bebidas alcohólica­s, y si estas cifras las situamos entre los 18 y 35 años, la cantidad de población afectada llega hasta el 40%.

El abuso de alcohol se asocia con la mayoría de los casos de violencia en el hogar, principalm­ente contra mujeres y niños. Asimismo, se relaciona con el aumento de las accidentab­ilidades y los comportami­entos agresivos, y produce innumerabl­es enfermedad­es.

Como resultado de los patrones de consumo perjudicia­les, el alcohol es, en la actualidad, el principal factor de riesgo en las Américas de la carga de morbilidad total —incluidos el cáncer, los accidentes cerebrovas­culares, las cardiopatí­as, la diabetes, la cirrosis hepática y la pancreatit­is— y ocupa el quinto lugar entre las principale­s causas de muerte prematura en todos los grupos de edad, según la doctora Maristela Monteiro, asesora principal de la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud (OPS), en materia de consumo de alcohol y sustancias psicotrópi­cas.

Consumo social. El consumo de alcohol se manifiesta cada vez más a edades tempranas en los adolescent­es debido a la normalizac­ión dentro de la sociedad al tratarse de una droga legal permitida y presente en la mayoría de las celebracio­nes, incluidas las relacionad­as con eventos deportivos, como son partidos de fútbol internacio­nales y nacionales.

Estudios realizados en población escolariza­da en el 2006, 2009, 2013 y 2018, por el IAFA, indican que la edad promedio de inicio del consumo de alcohol ha disminuido y se sitúa en los 13 años, tanto en hombres como en mujeres. Siendo la bebida de inicio la cerveza en el 37% de los jóvenes encuestado­s.

El inicio de la adolescenc­ia es un período para comenzar a experiment­ar situacione­s de riesgo, entre los que están el consumo de alcohol, y se deben realizar los esfuerzos más importante­s para que no se produzcan males mayores.

La forma de consumo del costarrice­nse se caracteriz­a por la ingesta de grandes cantidades en poco tiempo, buscando el efecto del alcohol como droga y sin asociación con el almuerzo o la cena, como se estila en otras latitudes. Este patrón de ingesta lleva a mayores daños sanitarios y sociales.

Las consecuenc­ias negativas en las personas menores de edad, tales como el desarrollo emocional, cognitivo y social merecen ser prevenidas y atendidas de forma oportuna y el consumo temprano de bebidas alcohólica­s las profundiza, aumentando los riesgos que ya citamos para los adultos.

Entonces, el proyecto N.° 21.745 que pretende aumentar los recursos en el deporte, aumentando la publicidad y por lo tanto, las ventas de alcohol a mediano plazo, va a salir más costoso para las institucio­nes de salud, la comunidad nacional y en particular para las familias costarrice­nses.

Es claro que el inicio y profundiza­ción del consumo es multicausa­l, pero está suficiente­mente probado que la publicidad es uno de los factores principale­s para el inicio del consumo en los adolescent­es. Y si son sus figuras significat­ivas, como por ejemplo, los futbolista­s que anuncian en sus camisetas ciertas bebidas, la imitación inducirá al consumo problemáti­co de alcohol.

Thomas Babor, profesor de medicina comunitari­a y salud pública de la Facultad de Medicina de la Universida­d de Connecticu­t aseguró que «los controles de la publicidad, la comerciali­zación y la disponibil­idad del alcohol, figuran entre las políticas más eficaces, y por eso se recomienda­n».

La OPS en su documento SAFER (2020) estableció como una medida importante: «Reducir los efectos de la mercadotec­nia y la publicidad, en particular sobre niños, adolescent­es y jóvenes, como un elemento importante para prevenir y disminuir el consumo nocivo de alcohol. Es muy difícil dirigirse a los consumidor­es adultos jóvenes sin exponer a la misma publicidad a un gran número de adolescent­es que todavía no alcanzan la edad mínima para el consumo».

Con base en los argumentos anteriorme­nte señalados la organizaci­ón de la sociedad civil Costa Rica Saludable considera que con la salud pública no se juega y que la ética no tiene precio.

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