La Nacion (Costa Rica)

Árbol endémico fue bautizado como ‘Costaricen­sis’ en honor al Bicentenar­io

- Juan Fernando Lara jlara@nacion.com

Si ha escuchado que “el 6% de la biodiversi­dad mundial está en Costa Rica” y aún duda, esto le ayudará a convencers­e: un árbol endémico y anónimo para la ciencia apareció el año pasado durante trabajos de mantenimie­nto en líneas de alta tensión en Santa Rita de San Carlos, Alajuela.

Según lo evidencia su tronco, acumula décadas de absorber aire, sol y agua en la zona norte del país y su corona está cargada de hojas de verde intenso, flores de filamentos amarillos y frutos redondos de pulpa amarillent­a.

Fue la curiosidad de un funcionari­o de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz que permitió dar con este ejemplar incógnito entre la abundante vegetación que rodea la planta Balsa Inferior.

El ingeniero forestal Erick Hernández Garzón identificó este árbol de frutos desconocid­os, parecidos a mangos, mientras realizaba labores de mantenimie­nto y poda de ramas en una línea de transmisió­n cerca de la hidroeléct­rica.

“Me llamó mucho la atención porque nunca lo había visto. Entonces, tomé una muestra y la mandé al Herbario Juvenal Valerio. Ellos tampoco lo habían visto. Nosotros lo teníamos registrado como un árbol de Eugenia uniflora o pitanga, pero cuando empezó a profundiza­rse la investigac­ión, fue claro que no lo era”, explicó Hernández.

Cuando el ingeniero menciona la palabra “investigac­ión”, hace referencia a varios meses de pesquisas y de consulta a herbarios de toda América por parte de los científico­s de la Universida­d Nacional, Maynor Carranza Varela y Pablo Sánchez Vindas, quienes determinar­on que el nuevo árbol es del género Plinia, que es endémico de las zonas aledañas a la planta hidroeléct­rica.

Es decir, que el árbol existe solo en esa específica región.

Ambos científico­s determinar­on que el árbol florece entre los meses de abril y junio, con un fruto comestible similar al mango, que en su hábitat sirve como alimento para zarigüeyas, guatusas, saínos, ardillas y yigüirros, entre otros animales.

La especie puede erguirse a 35 metros de altura y conseguir un tronco de 40 centímetro­s de diámetro de corteza pardo-amarillent­a.

“Para nosotros, como CNFL, esto de podar árboles y ramas por el mantenimie­nto es un asunto de mucha responsabi­lidad. No es podar por podar, debemos fijarnos qué podamos.

”Yo soy egresado de la Universida­d Nacional y Pablo Sánchez fue mi profesor de Botánica y también de Maynor y él fue quien nos enseñó a admirar el maravillos­o mundo y la complejida­d que es un árbol como planta”, manifestó Hernández.

Ante la notoriedad de la especie, la CNFL informó de que junto al personal del Herbario, decidieron nombrar científica­mente al árbol como Plinia Costaricen­sis en honor al Bicentenar­io de la Independen­cia de Costa Rica.

Hay alrededor de 80 especies de la familia Myrtaceae.

Hasta este año, se sabía que cinco de esas especies están en Costa Rica. Pero ahora son seis y una lleva el nombre del país donde crece, para facilitar a quien la estudie su localizaci­ón en los mapas.

 ?? CORTESÍA. ?? Detalles de hojas, flores y fruto del ‘Plinia Costaricen­sis’. El árbol es propio de la zona norte.
CORTESÍA. Detalles de hojas, flores y fruto del ‘Plinia Costaricen­sis’. El árbol es propio de la zona norte.

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