La Nacion (Costa Rica)

Autoridade­s tardaron 5 meses para cerrar sede de fiestas clandestin­as

››Alcalde alega que no se clausuró antes porque se desconocía el carácter lucrativo del local

- Roger Bolaños V. roger.bolanos@nacion.com

Cinco meses después de que empezaron las fiestas en un bar clandestin­o, en el antiguo Beach Club, en barrio Dent, en Montes de Oca, finalmente los vecinos duermen en paz. El local fue clausurado por la oficina de Patentes de la Municipali­dad de Montes de Oca y por el Ministerio de Salud, el pasado 23 de setiembre, ante las insistente­s quejas de los lugareños.

La Nación consultó al alcalde local, Marcel Soler Rubio, los motivos para que el cierre se concretara tras cinco meses de venta ilegal de licor, fiestas multitudin­arias y escándalos hasta el amanecer.

Soler argumentó que la medida se tomó hasta ahora porque hubo una confusión inicial, pues los denunciant­es alegaban que eran “fiestas que hacían personas”, sin tramitar el asunto en Patentes. Además, alegó que fue hasta después que se logró determinar que cobraban por el ingreso y que se trataba de una “actividad lucrativa”.

La sanción se concretó un mes y tres semanas después del primer allanamien­to, realizado el 1.° de agosto, cuando el Juzgado Penal autorizó ingresar para determinar si ahí se efectuaba un evento que requería autorizaci­ón de Salud. Desde el 22 de junio, los vecinos y la Fuerza Pública habían alertado sobre la situación y reportaron que se trataba de una actividad comercial.

Anomalía. A todo lo anterior, se suma que el inmueble no está inscrito como local comercial, sino como casa de habitación. Lo anterior impedía, desde el día uno, la realizació­n de actos como los que se organizaba­n, a menos de 500 metros de la Municipali­dad, al menos tres veces a la semana, con presencia de entre 100 y 400 personas y con horarios desde las 9 p. m. hasta las 9 a. m. del día siguiente.

Pese a los sellos de clausura en el local, vecinos -que pidieron mantener sus nombres en reserva- reportaron que el 25 de setiembre unos sujetos se presentaro­n en un camión y cargaron todos los muebles y utilería que había en el sitio.

De acuerdo con testigos, los sellos fueron colocados en paredes y portones, pero no en cerraduras y candados, por lo que los individuos entraron sin necesidad de romper los stickers.

Incluso, el 22 de setiembre, un día antes de colocarse los sellos, fotografía­s capturadas por testigos, evidencian que un vehículo llegó al lugar para trasladar las cámaras refrigerad­oras utilizadas en las megafiesta­s.

Además, recién el 28 de setiembre los organizado­res enviaron por WhatsApp un banner promociona­ndo el próximo festejo para el pasado 1.° de octubre en una “locación secreta”. También lo anunciaban como “nueva ubicación”.

A pesar de que Soler resaltó que la municipali­dad estaba enterada y actuando “desde hace ya bastante tiempo”, lo cierto es que los vecinos de barrio Dent reclaman la escueta y desinteres­ada respuesta que les brindó Patentes cuando acudieron a esa instancia.

En el documento, enviado a los lugareños el 16 de setiembre, la jefa de Patentes, Liliana Barrantes, hace referencia a los horarios de funcionami­ento que debe respetar un local establecid­o, así como la distribuci­ón de zona comercial donde se ubica la vivienda.

No obstante, en ningún lugar del escrito se refiere concretame­nte al caso del bar clandestin­o en cuestión, ni hace alusión a las actividade­s comerciale­s ilícitas.

“No conozco lo que el departamen­to haya contestado. Puede que no supieran del caso específico, también sucede que en el sector hay otros bares, entonces puede ser que lo hayan confundido con alguno de los que sí están funcionand­o adecuadame­nte”, justificó el alcalde.

Lenta reacción. Aunque la cartera de Salud conocía de las fiestas ilegales en esa casa, desde el 20 de junio anterior, gracias a una denuncia anónima en la línea 1322, lo cierto es que sus funcionari­os tampoco actuaron con celeridad para clausurar el sitio. Ellos incluso participar­on del allanamien­to de agosto, pero en aquel momento no se cerró el local.

Los vecinos intentaron presionar con un segundo operativo y por ello acudieron al Juzgado Penal Segundo Circuito Judicial de San José en Goicoechea, para solicitar la intervenci­ón. Pero allí les indicaron que era requerida la participac­ión del ministerio.

Dicha cartera alegó que, en el operativo realizado a principios de agosto, no se encontró a ninguna persona a cargo del inmueble, por lo que se postergó la colocación de los sellos.

El pasado viernes 25 de setiembre, finalmente, se ejecutó la clausura con la colaboraci­ón de Fuerza Pública. El cierre se dio debido a que el bar clandestin­o no contaba con permiso sanitario de funcionami­ento.

Como propietari­o del inmueble figura una sociedad anónima llamada Formalauth Internacio­nal Sociedad de Responsabi­lidad Limitada.

La Nación intentó contactar vía telefónica a los organizado­res de los eventos, no obstante, la llamada era desviada en forma reitera a un buzón de voz.

Otro de los motivos que dilatan la intervenci­ón y clausura de los bares clandestin­os es la complicada situación que enfrenta la policía cuando se solicita la aprobación de una orden de allanamien­to en horas de la noche y madrugada.

Los vecinos de barrio Dent estiman que, sin el apoyo de la Fuerza Pública de San Pedro, la problemáti­ca en la comunidad seguiría. Ellos incluso acudieron a la Defensoría de los Habitantes, pero sin ninguna respuesta

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CortesÍA Pese a los sellos de clausura en el local, vecinos -que pidieron mantener sus nombres en reserva- reportaron que el pasado 25 de setiembre unos sujetos se presentaro­n en un camión y cargaron todos los muebles y utilería que había en el sitio.

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