La Nacion (Costa Rica)

Límite al gasto pone en riesgo funcionami­ento del 9-1-1 en diciembre

››Problema no es escasez de dinero sino prohibició­n para subir gasto corriente

- Michelle Campos michelle.campos@nacion.com

El Sistema de Emergencia­s 9-1-1 asegura que dejaría de funcionar a mediados de diciembre debido al límite de gasto impuesto por la regla fiscal. La institució­n argumenta que necesita sobrepasar el techo en ¢237 millones para terminar el año.

Según Elena Amuy, directora del 9-1-1, de no solucionar­se la situación, el servicio entraría en un cierre técnico que afectaría la atención de las llamadas de emergencia.

Explicó que el problema no es de escasez de dinero, pues sí tienen fondos para los gastos, sino de que carecen de autorizaci­ón para subir el gasto corriente en más de un 4,13%, como lo fijó la regla fiscal para el 2021, debido a la crisis del país. El servicio se financia con un impuesto del 0,75% incluido en los recibos de telecomuni­caciones.

“¿Qué les vamos a decir a los usuarios si pagan todos los meses la tasa para el financiami­ento del 9-1-1? Pero, en vez de mejorar el servicio, se va a dar un servicio más precario, porque no se pueden utilizar los recursos que están pagando los usuarios”, manifestó.

Para este año, el 9-1-1 tiene un límite de gasto de ¢4.477 millones y su incumplimi­ento conlleva sanciones.

“Los únicos gastos en los que estamos incurriend­o son los esenciales para el funcionami­ento del servicio: remuneraci­ones, pago de tiempos extraordin­arios al personal operativo, reposición de plazas solo del personal operativo, y pago del alquiler del edificio y de los equipos”, dijo Amuy.

Agregó que, como consecuenc­ia del techo de gasto, el 9-1-1 acumuló un superávit de más de ¢600 millones, los cuales no pueden ser transferid­os a Hacienda ni ser utilizados.

Para el 2022, la funcionari­a dijo que también hay problemas, pues en junio vencerán los contratos de los equipos que alquilan y el próximo presupuest­o no incluye una partida renovarlos. Ante el impediment­o de seguir alquilando los equipos con el gasto corriente, el 9-1-1 buscó comprarlos, contrario a lo que recomendad­o por la Contralorí­a General de la República.

El 9-1-1 busca un proyecto de ley que lo exonere de la regla fiscal para seguir funcionand­o. Según Amuy, el impuesto que se cobra en las facturas de telecomuni­caciones pasa a las arcas del 9-1-1, por lo que, si elevan el gasto, no afectarían la situación del Gobierno.

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Albert MarÍN El Servicio 9-1-1 se financia con un impuesto incluido en recibos de telecomuni­caciones.

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