Empleada doméstica recibirá pagos que le negó su patrona por nueve años
Aracely Moreno logró, este jueves, un acuerdo judicial para que su expatrona le cancele el dinero que no le pagó por nueve años de trabajo.
Debieron pasar 24 meses de trámites y discusiones legales para que ella recibiera la remuneración por feriados, vacaciones, horas extra, intereses de ley, salario en especie, aguinaldo y despido sin preaviso y cesantía que se ganó como empleada doméstica de tiempo completo.
“Ella nunca me reconoció nada de eso, porque decía que me pagaba demasiado salario y que no me merecía más”, contó Moreno, quien tiene 53 años y ha limpiado casas toda su vida para sacar adelante a sus cuatro hijos.
Contó que fue contratada en el 2010 y que ganaba ¢180.000 por mes (¢25.000 menos que el salario mínimo), pero que su patrona nunca le pagó sus derechos laborales a pesar de habérselos solicitado.
Hubo periodos en los que trabajó de domingo a domingo. Se levantaba a las 4 a. m. para viajar dos horas y llegar hasta la vivienda, que es muy grande, en la que debía atender a cinco personas, a veces hasta las 7 p. m. “Yo tenía que limpiar todo, lavarles la ropa, plancharles y, cuando se iban para Europa en fin de año, hasta ir a darle comida al perro y regar las matas”, relató la trabajadora, quien emigró de Honduras en busca de una mejor vida.
”La verdad, yo aguanté tanta humillación de esa señora por necesidad”, añadió.
Tras perder su empleo, en diciembre del 2019, acudió al Ministerio de Trabajo para buscar soluciones, pero ante la negativa de su patrona de llegar a un convenio, fue al Juzgado de Trabajo del Primer Circuito Judicial de San José, donde comenzó un largo proceso que culminó el jueves con un acuerdo conciliatorio por una suma similar a la que ella pidió en su demanda inicial.
Para Álvaro Moya, abogado de Moreno, el resultado de este juicio –en el que únicamente la parte demandada estuvo presente, de manera virtual– fue un gran logro y una reivindicación de los derechos laborales de las trabajadoras domésticas, sobre todo porque su representada nunca fue contratada formalmente, ni medió ningún documento durante la relación con la empleadora.
Ahora Moreno, que tampoco estuvo inscrita ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ni el Instituto Nacional de Seguros (INS), está a la espera de que finalice otro proceso con esas instituciones para que se le reconozcan todas esas cuotas no pagadas y así tener acceso a una pensión en un futuro.