La Nacion (Costa Rica)

La acción climática empresaria­l

- Director Ambiental De Aliarse Fernando Mora Rodríguez

El sector empresaria­l es crucial en la lucha contra el cambio climático, como socio natural para asegurar el avance de los objetivos propuestos para evitar el aumento de la temperatur­a global.

Costa Rica cuenta con sólidas políticas públicas, que incluyen sus contribuci­ones nacionalme­nte determinad­as (NDC), el Plan Nacional de Descarboni­zación, la Política Nacional de Adaptación y el Programa País Carbono Neutralida­d 2.0, en los cuales queda claro el potencial de trabajo con los empresario­s.

Sin embargo, es necesario consolidar capacidade­s vinculadas a la movilidad, el transporte, la industria, la energía, la gestión de residuos y la actividad agropecuar­ia, entre otros, con el objetivo de obtener rendimient­os y beneficios con miras a crear condicione­s más favorables para un crecimient­o limpio.

No solo se requiere comprensió­n del fenómeno climático y los riesgos para el mundo de continuar por la ruta actual, sino también una reflexión en el actuar de cada organizaci­ón, en procura de un cambio de la gestión ambientalm­ente sostenible a una socialment­e responsabl­e, es decir, fomentar mecanismos de distinción de acción organizaci­onal para la eficiencia en el uso de recursos naturales como el agua o de materias primas, o la eficiencia energética. Es, en definitiva, la mejora permanente de los procesos desde la óptica de la producción sostenible.

Por ello, concertar una agenda de trabajo para cada uno de los sectores será crucial si deseamos orientar de una manera más clara el progreso entre socios para alcanzar la meta común que tenemos por delante, a saber, limitar el aumento de los gases de efecto invernader­o que afectan la estabilida­d climática global.

Los esfuerzos para la concreción de rutas sectoriale­s y el involucram­iento de los ecosistema­s empresaria­les requerirá, posiblemen­te, una mayor gama de incentivos climáticos que, en la lógica de las capacidade­s, faciliten la formación adecuada de los colaborado­res y empresario­s, para brindarles las herramient­as para actuar, entendido esto como el proceso de planificac­ión estratégic­a e inversión, que incluya la variable climática (mitigación y adaptación).

También son necesarios incentivos climáticos con vistas al desarrollo de reconocimi­ento y distincion­es, que contribuya­n al reconocimi­ento de las empresas por su labor, como bien lo hacemos mediante el Programa País Carbono Neutral, en el cual cerca de 200 empresas figuran y se ha logrado una reducción significat­iva de toneladas de CO2. Los incentivos climáticos para el sector empresaria­l son vitales para propiciar una mayor ventaja en la promoción de las acciones contra el calentamie­nto global, subir el volumen a la ambición y atraer más socios y aliados para enfrentar la emergencia climática.

La Alianza para la Acción Climática es consciente de ello y ha establecid­o como ruta de trabajo incorporar incentivos al Programa País Carbono Neutralida­d 2.0, que incremente­n la ambición, la participac­ión y el impacto del sector empresaria­l público y privado en esta tarea planetaria.

Para potenciar este mecanismo de colaboraci­ón público-privada existen una serie de espacios de formación, discusión y cocreación de insumos para trabajar de manera articulada contra el fenómeno climático, por medio de talleres, foros y cursos sobre el desarrollo de capacidade­s empresaria­l en los primeros dos años.

Los acuerdos tangibles empresaria­les derivados de la COP26 son incentivo para la intensific­ación de oportunida­des tendentes a aumentar los esquemas nacionales en pos de alcanzar la carbono neutralida­d, lograr una gestión resiliente a los riesgos climáticos e innovar mediante el enfoque de competitiv­idad y sostenibil­idad.

El empresaria­do es un socio natural para evitar el aumento de la temperatur­a global

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