La Nacion (Costa Rica)

‘Él la celaba, no le gustaba que la visitaran ni que saliera’

- Eillyn Jiménez B. y Reiner Montero

redactora y correspons­al de GN “Uno aprende a vivir con la pérdida, pero no hay tiempo ni terapia que sanen ni que den esa consolació­n, porque es un ser querido que es insustitui­ble, más en este caso que se trata de nuestra madre. Ha sido muy difícil, pero uno siempre mantiene las ganas de seguir honrándola. Con este juicio, se reviven muchas emociones y hay muchos sentimient­os encontrado­s, porque aunque ya es el cierre de un capítulo, no deja de remover todo lo que pasó hace más de un año”.

Yeilin Adriana Godínez García, hija de Iris Aracelly García Hernández, expresó su sentir este viernes, en el juicio que se realiza contra un hombre de apellidos Sandí Delgado, sospechoso de haber matado a su madre el 26 de agosto del 2020 en una vivienda de Roxana de Pococí, Limón.

Desde ese momento, ella asumió la crianza de su hermano menor, en la actualidad de 12 años, quien también ha pasado un proceso difícil porque, al parecer, él vio cómo el excompañer­o sentimenta­l de su madre la mataba con un cuchillo en la habitación de la vivienda en la que los tres residían.

Godínez contó que, para el momento de los hechos, ya la relación entre su mamá y el sospechoso del feminicidi­o estaba fracturada, pero que él seguía en la casa porque ella no quería que se quedara sin un techo de inmediato.

“Ellos iban a cumplir cinco años de vivir en unión libre, pero la relación venía fracturada. Él era una persona callada, yo nunca tuve una conversaci­ón con él, pero ya había tenido problemas con mi mamá porque a él no le gustaba laborar. De hecho, todo comenzó por ahí porque mi mamá siempre fue muy trabajador­a. Ella me había comentado que le había pedido a él que se fuera de la casa, pero que él no correspond­ió y entonces ella decía que pobrecito, porque no tenía para dónde irse y que le iba dar chance para que consiguier­a dónde irse. Fue en ese chance que pasó lo que pasó.

”Tal vez en su momento, si hubiese visto algún indicio de violencia, ella no se hubiese confiado, pero resultó que tenía sus demonios, él la celaba, no le gustaba que nadie la visitara y, si ella salía, le hacía muchos problemas, le insinuaba que andaba con otras personas y que era infiel”, explicó Godínez.

Sandí trabajaba como peón de construcci­ón con un amigo de la familia, pero Godínez insistió en que al hombre no le gustaba laborar.

Cambio de domicilio. Luego de la muerte de doña Aracelly, su hija Yeilin cambió de domicilio, ya que el psicólogo de su hermano recomendó que se alejaran de la casa.

“Mi hermano ha puesto mucho esfuerzo a pesar de su corta edad, ha seguido estudiando. Por eso, se le ha dado apoyo psicológic­o y emocional, siempre hemos estado ahí apoyándolo”, afirmó Godínez.

Ella reconoció que los feminicidi­os son sucesos que antes veía en la televisión, pero que en medio de este proceso comprendió que están a la vuelta de la esquina.

Petición fiscal. El juicio comenzó este viernes en el Tribunal de Pococí, pero como avanzó rápidament­e, el lunes se conocerá el por tanto.

El fiscal Luis Grijalba leyó la acusación en la mañana y en la tarde pidió 25 años de prisión para Sandí.

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ReINer MoNTero Yeilin Godínez, hija de Aracelly García, pide justicia por el crimen de su madre, fallecida en el 2020.

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