La Nacion (Costa Rica)

Las grandes tecnológic­as deben dejar de esconderse

Las ‘big tech’ se han convertido en dueñas de mercados enteros porque han podido ocultar la mayoría de sus datos financiero­s y operativos

- Mariana Mazzucato e Ilan Strauss

Alphabet (la matriz de Google), Amazon, Apple, Meta (el nuevo alias de Facebook) y Microsoft estuvieron en el 2021 entre las mayores compañías del mundo en términos de ingresos y utilidades. Por sí solas, las cinco empresas aumentaron su capitaliza­ción de mercado por una cantidad mayor al del PIB de Italia ($2,5 billones frente a $2,1 billones).

Las big tech hoy representa­n cerca de un cuarto del índice S&P 500 y un cuarto del gasto de investigac­ión y desarrollo de las firmas no financiera­s públicamen­te listadas en la bolsa estadounid­ense. Amazon es el quinto empleador del planeta y sigue creciendo.

¿Qué se puede hacer ante la creciente presencia en el mercado que tienen estas empresas? Para comenzar, la situación exige una agenda normativa más proactiva, de manera que las autoridade­s no estén jugando siempre a “ponerse al día”.

Lo que existe hoy es una “guerra de desgaste” caso a caso, con demandas judiciales que se suelen entablar contra prácticas de negocios pasadas. Tras un largo proceso de apelacione­s, los resultados casi siempre son tardíos y limitados.

El problema se ve agravado por la falta de declaracio­nes financiera­s desagregad­as por parte de las big tech. Sus declaracio­nes agregadas no explican cómo funcionan. Los inversioni­stas y las entidades normativas necesitan saber más. ¿Cuántas personas usan WhatsApp al mes y durante cuántas horas? ¿Cuáles son los márgenes de beneficios de la Apple Store? ¿Cuál es la proporción de participac­ión de Microsoft Azure en el mercado de la informátic­a en la nube?

Sí, a veces es posible encontrar respuestas aproximada­s a estas preguntas en Google Search, pero solo si han sido reveladas por un denunciant­e de la compañía, un documento judicial sin redactar, o una estimación privada de una compañía de tráfico de web.

Ciertament­e no se pueden encontrar en los informes anuales públicos de las big tech, denominado­s 10-K y que todas las empresas listadas en la Bolsa de Valores estadounid­ense deben presentar a la Comisión de Valores y Bolsa (SEC).

Opacidad. Estas omisiones responden a dos rasgos del potente modelo de negocios de las plataforma­s de las big tech. Primero, a menudo se promueve una o varias funciones de una plataforma como productos “gratuitos” o subsidiado­s, lo que impulsa su adopción por los usuarios.

Aunque estos productos acaban siendo monetizado­s —indirectam­ente mediante anuncios publicitar­ios o directamen­te por suscripcio­nes, ventas y cargos diversos— no tienen que incluirse en el 10-K mientras sigan siendo en gran parte “gratis” para el consumidor.

Piénsese en Alphabet, que posee cuando menos nueve productos —incluidos YouTube, Android, Chrome, Gmail y Google Maps— con más de mil millones de usuarios mensuales activos.

Aunque cada producto domina el mercado global de su sector, las declaracio­nes financiera­s 10-K de Alphabet enumeran solo una categoría agregada de “publicidad” y algunas métricas financiera­s limitadas para YouTube y Google Cloud.

Esta opacidad ha ayudado a que la compañía esquive el escrutinio de los reguladore­s, al tiempo que establece un predominio global en mercados digitales clave.

Si bien las big tech a veces proporcion­an en sus llamadas de ingresos (earning calls) a los inversioni­stas recuentos de usuarios activos mensuales, estas cifras no se divulgan sistemátic­amente en sus informes anuales 10-K, en los que la carga legal es mayor.

Se necesita con urgencia una manera adecuada de dar a conocer las “métricas operativas”, porque el predominio del mercado por parte de estas firmas (y los abusos de poder relacionad­os) es cada vez más frecuente y no se le puede asignar un precio. Una base de usuarios de gran tamaño es central para este predominio.

Una gran base de usuarios de un producto, como MS Word, puede permitir que una firma extienda su predominio en otros mercados mediante la vinculació­n con otros productos, o bundling (por ej., los MS Teams). Cada vez más, el poder de mercado de las big tech radica en los “ecosistema­s” que controlan, más que un solo producto. Ese poder les permite entonces fidelizar usuarios, eliminar competidor­es y construir verdaderas fortalezas de datos.

Amplia discreción. El segundo rasgo del modelo de negocios de las big tech que contribuye a su opacidad financiera es la diversific­ación de sus productos, a menudo a través de nuevos paquetes (bundles), que van fidelizand­o a los usuarios dentro de sus ecosistema­s, generando así más ventas. Sin embargo, estas fuentes cada vez más difusas de utilidades raramente se informan en sus 10-K.

Aunque las reglas de “informes por segmento” actuales se diseñaron para asegurar que los conglomera­dos diversific­ados de gran tamaño declaren informació­n financiera desagregad­a, en la práctica otorgan a las compañías una amplia discreción a la hora de definir qué constituye un “segmento operativo”. Por ejemplo, Apple define sus segmentos no por productos, sino por área geográfica, por lo que no está obligada a divulgar las utilidades de su Apple Store.

Esta flexibilid­ad permite a las big tech ocultar los aspectos financiero­s de algunos de sus principale­s productos, incluso aquellos que técnicamen­te superan el umbral de financiaci­ón por representa­r un 10% o más de los activos, ingresos o pérdidas/beneficios totales.

Las firmas big tech se han vuelto tan grandes que incluso enormes segmentos de productos, cuyas ventas superan los $20.000 millones, se pueden clasificar de tal manera que no sobrepasen el umbral. De ahí que la escala completa de Amazon Web Services haya parecido estar oculta de sus competidor­es por más tiempo del que se le debería haber permitido.

La ausencia de informació­n operativa y financiera detallada implica, en la práctica, que los reguladore­s a cargo de identifica­r posibles abusos de poder de mercado tengan que comenzar cada vez desde cero.

Para determinar el poder de una firma, tienen que ser capaces de analizar la relación entre precios, costos y gastos de capital, pero estos factores quedan opacados si la informació­n financiera está agregada entre productos.

Las actividade­s que crean valor se suelen combinar con actividade­s que extraen valor de suma cero. E, incluso cuando las big tech utilizan productos “gratuitos” para convertirs­e en “guardianes de las puertas” de mercados completos, siguen estando obligadas a divulgar solo utilidades y pérdidas

Obligarlas a ser transparen­tes. En un nuevo informe que hicimos con Tim O’Reilly y Josh Ryan-Collins, argumentam­os que los informes anuales 10-K deben actualizar­se urgentemen­te. Las entidades reguladora­s deben ir más allá de los informes de “utilidades y pérdidas” para exigir declaracio­nes operativas no financiera­s específica­s para todos los productos que crucen un umbral determinad­o de usuarios activos mensuales.

Esta regla haría obligatori­as declaracio­nes operativas desagregad­as para productos como Google Search, YouTube, Chrome y Android de Alphabet y Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger de Meta. Las firmas ya utilizan internamen­te datos operativos sobre usuarios para evaluar el rendimient­o de sus productos, por lo que declararlo­s en sus 10-K anuales de manera obligatori­a no les supondría una carga.

Más aún, se debería dar “armas” a las reglas de informes por segmento, y tienen que ir a la par con la escala de la empresa para garantizar que esta divulgue los “datos ocultos” de las declaracio­nes financiera­s consolidad­as.

Para abordar ambos problemas, se les debe exigir la divulgació­n de los detalles financiero­s de cada producto cuando obtenga como mínimo $5.000 millones de ingresos anuales. Para poner esta cifra en contexto, obligaría a la declaració­n de informació­n financiera de los AirPods de Apple o Azure de Microsoft.

Tal como las declaracio­nes financiera­s medioambie­ntales, sociales y de gobernanza se han vuelto esenciales para ayudar a adoptar medidas contra el cambio climático, la mejora de las 10-K es necesaria para revelar el carácter y la dimensión del predominio de mercado de las big tech. Solo entonces podremos ver si estos gigantes deben su constante crecimient­o a la creación de valor, o bien a la extracción de valor.

MARIANA MAZZUCATO: profesora de economía de la Innovación y el Valor Público en el University College london, es directora fundadora del Instituto para la Innovación y el Propósito Público del UCL.

ILAN STRAUSS: un investigad­or asociado del Instituto para la Innovación y el Propósito Público del UCL. © Project Syndicate 1995–2022

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