La Nacion (Costa Rica)

AyA depende de la Aresep

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Con relación a la nota en la que se informó de que el ICE, Recope y el AyA registran pérdidas por ¢155.000 millones (18/3/2022), aclaro que Acueductos y Alcantaril­lados (AyA) es una entidad financiera­mente sólida, con un patrimonio de ¢837.000 millones al cierre del 2021, con una razón de liquidez de 2,73. Esto quiere decir que por cada colón del pasivo corriente cuenta con ¢2,73 para responder a este.

La razón de endeudamie­nto al cierre del 2021 fue de solo 12,79, por tanto, el AyA financia sus activos en más de un 85% con ingresos propios, lo que deja un margen para adquirir eventuales nuevos créditos para atender su plan de inversione­s orientado a cubrir la demanda de servicios.

Desde el punto de vista del estado de resultados, el AyA presenta pérdidas en los últimos cinco años producto de que las tarifas vigentes no cubren los costos de la depreciaci­ón de los activos.

Como parte del proceso de conversión de los estados financiero­s a las Normas Internacio­nales de Informació­n Financiera y Normas Internacio­nales de Contabilid­ad (NIIF y NIC), la institució­n realizó, entre el 2016 y el 2019, un proyecto para llevar todos los elementos de propiedad, planta y equipo (activos fijos) a valor razonable, como lo establece la NIC 16.

Este proyecto le permitió al AyA cumplir la normativa NIIF, así como mostrar el valor real de su patrimonio, representa­do por todos los sistemas de acueductos, alcantaril­lados e hidrantes.

En la mayor parte de los casos, los activos tuvieron un incremento de valor como resultado de los avalúos periciales, y esto tuvo impacto en el gasto de la depreciaci­ón, por cuanto si crece el valor del activo crece también su depreciaci­ón.

Al cierre del ejercicio 2019, el avalúo de los activos fue ampliament­e revisado por los auditores externos (Deloitte), quienes no tuvieron observacio­nes al respecto. El crecimient­o en el gasto de la depreciaci­ón fue constante desde el 2017 hasta el 2020. Los ingresos del AyA cubren completame­nte los gastos operativos y generan utilidades; sin embargo, al restar los gastos por concepto de depreciaci­ón, tanto histórica como revaluada, se generan pérdidas contables, evidencian­do que los ingresos no son suficiente­s para reponer el valor de nuestros activos.

Luego del proyecto de avalúo de activos, la institució­n esperaba empezar a tener utilidades a partir del 2021; sin embargo, el congelamie­nto de tarifas decretado por la Aresep en diciembre del 2020 para el ejercicio del 2021 imposibili­tó que el estado de resultados reporte utilidades.

A eso se suman los rezagos del efecto de la pandemia, que tuvieron impactos importante­s para el AyA, especialme­nte en los sectores turístico y empresaria­l. La institució­n trabaja en varios frentes para generar un crecimient­o en los ingresos, entre ellos, medidas operativas como la sustitució­n paulatina del parque de hidrómetro­s, la reducción del agua no contabiliz­ada y la detección de conexiones ilegales.

No obstante, el AyA depende completame­nte de que la Aresep reconozca oportuname­nte el costo de todos los servicios que se brindan. En términos de gastos, entre el 2019 y el 2020 hubo un crecimient­o del 4%, generado principalm­ente por tres rubros: IVA sin crédito fiscal, indemnizac­iones y cánones de regulación.

Entre el 2020 y el 2021, los gastos antes de la depreciaci­ón decreciero­n un 1%, es decir, presentaro­n una disminució­n de ¢1.338 millones, producto de las políticas de austeridad y de las limitacion­es que impone la regla fiscal.

FIRMA RESPONSABL­E: eric alonso Bogantes Cabezas, gerente general del aya

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