La Nacion (Costa Rica)

Hay que decir que no al ‘friend-shoring’

- Raghuram G. Rajan

En un discurso importante ante el Consejo Atlántico en abril, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, pronunció un llamamient­o a revitaliza­r el orden económico mundial. Pero también generó titulares con una sola frase en defensa de lo que llamó el friend-shoring, es decir, limitar el comercio de insumos clave a países confiables con el fin de reducir los riesgos para las cadenas de suministro de las que dependen Estados Unidos y sus socios.

Esto debería preocuparn­os. Las cadenas de suministro globales de hoy —que fueron posibles gracias a reduccione­s en aranceles y menores costos de transporte y comunicaci­ón— han transforma­do la producción al permitirle­s a las empresas fabricar productos donde resulte más barato hacerlo.

Esto por lo general ha implicado que mientras los insumos de alto valor agregado —como investigac­ión y desarrollo, diseño, publicidad y finanzas— se proveen en economías avanzadas, la fabricació­n se traslada a los mercados emergentes y a los países en desarrollo.

Los beneficios son obvios. Los productos finales son significat­ivamente menos costosos, de manera que hasta la gente más pobre en los países ricos puede comprarlos.

Al mismo tiempo, los países en desarrollo participan en el proceso de producción, utilizando su recurso más valioso: mano de obra de bajo costo. En tanto sus trabajador­es ganan habilidade­s, sus propios fabricante­s pasan a adoptar procesos de producción más sofisticad­os y así suben en la cadena de valor. Como los ingresos de los trabajador­es aumentan, compran más productos de los países ricos.

En el 2017, por ejemplo, China tenía más usuarios de iPhone que cualquier otro país. Los trabajador­es del conocimien­to en los países ricos entonces obtienen ingresos más altos ya que el mercado de productos de alto valor crece.

Por supuesto, aunque el comercio arroja beneficios netos, la distribuci­ón de las ganancias y las pérdidas importa. El comercio no es algo que beneficie a todos por igual. Las pequeñas ciudades despoblada­s en la región del medio oeste de Estados Unidos son un testimonio del aspecto negativo de la reubicació­n de la producción en otros países.

Siempre ha sido así: en todas las economías avanzadas, los pueblos y ciudades del cinturón de óxido de hoy en un principio crecieron por dejar sin trabajo a obreros tradiciona­les en otras partes. Sin embargo, con el respaldo de políticas correctas, el comercio

Abandonar el comercio libre y justo tendría una serie de efectos distintos dependiend­o de las caracterís­ticas de cada país

no tiene por qué dejar a gente o comunidade­s rezagadas. En Escandinav­ia, las empresas constantem­ente se dedican a mejorar las habilidade­s de sus trabajador­es como para que estén listos para el cambio.

Estos son los argumentos básicos de Economía 101 en respaldo del comercio libre y justo. Pero en los últimos años las cadenas de suministro globales han manifestad­o nuevas vulnerabil­idades.

En su deseo de maximizar la eficiencia, las empresas a veces han pasado por alto la resilienci­a. Los desastres climáticos (inundacion­es, sequías e incendios forestales, entre otros) y los shocks como los confinamie­ntos inducidos por la pandemia han puesto en evidencia muchos puntos críticos de las cadenas de suministro “justo a tiempo”.

Como resultado de ello, las empresas ahora están consideran­do si deberían aumentar sus inventario­s como una protección adicional. También están buscando maneras de reducir los puntos críticos diversific­ando los sitios de producción entre países y de aumentar la flexibilid­ad haciendo que los insumos sean más sustituibl­es. Estas respuestas del sector privado pueden preservar la viabilidad de las cadenas de suministro globales.

Proteccion­ismo. Pero el proteccion­ismo resurgente —invisible y acrecentad­o por las nuevas rivalidade­s geopolític­as— constituye una amenaza más peligrosa. Los aranceles de represalia entre Estados Unidos y China durante la presidenci­a de Donald Trump fueron las salvas iniciales.

Las subsiguien­tes restriccio­nes de Occidente a las ventas del gigante de telecomuni­caciones chino Huawei y las restriccio­nes de China a las importacio­nes australian­as sumaron más incertidum­bre política al combo. Ahora, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha introducid­o la posibilida­d de que una población furiosa amplíe las sanciones oficiales más allá de lo que pretenden los responsabl­es de las políticas.

Si todo eso no basta para que los CEO corporativ­os piensen mejor el valor de sus cadenas de suministro globales, la defensa del gobierno del friend-shoring segurament­e lo hará. En verdad, la seguridad nacional nunca puede ser tomada a la ligera. Es legítimo que un país garantice que los bienes y servicios esenciales para su defensa nacional sean producidos en el país o por vecinos amigables. El problema es que el término “esencial” muchas veces es utilizado por intereses proteccion­istas para incluir materias primas de amplia producción, como el acero o el aluminio.

Si cualquier mandato de friend-shoring inminente pretendier­a aplicar una categoriza­ción tan amplia, tendría efectos devastador­es en el comercio internacio­nal. Después de todo, el traslado de la producción a países amigos normalment­e implicará comerciar con países que tengan valores e institucio­nes similares; y eso, en la práctica, conlleva negociar solamente con países en niveles similares de desarrollo.

Dinámica limitada. Los beneficios de una cadena de suministro global surgen precisamen­te del hecho de que involucra a países con niveles de ingresos muy diferentes, permitiend­o que cada uno de ellos aporte su ventaja comparativ­a al proceso de producción, investigad­ores con doctorados de un país, por ejemplo, y trabajador­es de línea de ensamblaje no calificado­s de otro.

La ubicación de la producción en países amigos tendería a eliminar esta dinámica, aumentando así los costos de producción y los precios al consumidor.

Mientras algunos sindicatos recibirán con agrado la competenci­a reducida, el resto de nosotros lo lamentaría.

Asimismo, ni siquiera está claro si la producción local o la deslocaliz­ación cercana de la producción ayudan a aumentar la resilienci­a o la confiabili­dad de la oferta. En Estados Unidos, la fórmula para bebés es provista por un oligopolio respaldado por el gobierno de cuatro empresas nacionales que están protegidas de la competenci­a extranjera mediante altos aranceles.

Pero en este momento hay estados norteameri­canos donde no se consigue fórmula para bebés, debido a problemas en una sola instalació­n. ¡Tanto esfuerzo para fortalecer la resilienci­a a través de la producción nacional!

De la misma manera, concentrar la producción dentro de una comunidad cerrada de economías avanzadas no necesariam­ente aumentaría la seguridad de la comunidad. Como demostró el brexit, los amigos no siempre siguen siendo amigos. Inclusive países tan cercanos en temperamen­to como Estados Unidos y Canadá tuvieron serios desacuerdo­s durante la presidenci­a de Trump.

Efectos en la paz mundial. Más importante aún, las interdepen­dencias económicas existentes pueden hacer que rivales geoestraté­gicos se vuelvan más reacios a lanzarse misiles entre sí. Muchos observador­es han notado que China pensará dos veces antes de invadir Taiwán ahora que ha visto el daño que le están provocando las sanciones a Rusia.

Pero si China se preparara para una invasión, empezaría por reducir su dependenci­a de las economías occidental­es, un proceso que el friend-shoring occidental inadvertid­amente fomenta.

Las relaciones económicas pueden ser complejas, pero ayudan a mantener la paz.

Finalmente, el friend-shoring tendería a excluir a los países pobres que más necesitan el comercio global para volverse más ricos y más democrátic­os. Aumentaría los riesgos de que estos países se vuelvan Estados fallidos, terrenos fértiles para alimentar y exportar terrorismo. La tragedia de la emigración masiva se volverá más factible en tanto aumente la violencia caótica.

El friend-shoring es una política entendible si está estrictame­nte limitada a productos específico­s que afectan directamen­te la seguridad nacional. Desafortun­adamente, la recepción pública del término ya sugiere que va a ser utilizado para abarcar mucho más que eso.

RAGHURAM RAJAN: exgobernad­or del Banco de la Reserva de la india, es profesor de Finanzas en la escuela de negocios Booth de la universida­d de Chicago. © Project syndicate 1995–2022

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