Nueva fiscala general de Perú comandará pesquisa contra presidente Castillo
LIMA. aFP. La Junta de Fiscales Supremos del Ministerio Público eligió este lunes a la procuradora Patricia Benavides en el cargo de fiscala general de Perú, convirtiéndose así en la encargada de dirigir la flamante investigación en contra del presidente Pedro Castillo por un caso de presunta corrupción.
“En una sesión extraordinaria, la Junta de Fiscales Supremos eligió por unanimidad a Patricia Benavides Vargas como nueva fiscala de la Nación”, anunció la institución en Twitter.
La nueva fiscala ejercerá el cargo por tres años y reemplaza a Pablo Sánchez, que desempeñó esa función en forma interina los dos últimos meses.
Entre las principales causas que deberá atender Benavides se encuentra la investigación a Castillo, iniciada a fines de mayo. Dicho caso marca un precedente en la justicia porque es la primera vez que un presidente es sometido a indagación durante su mandato.
La Fiscalía investiga al mandatario, en el poder desde hace 11 meses, por presuntos delitos de tráfico de influencias, organización criminal y colusión agravada por una causa que involucra a su entorno político y familiar. En la legislación peruana se impide llevar a juicio a un presidente mientras está en el poder, pero no avanzar en las indagaciones en su contra, sostuvo la Fiscalía.
El mandato de Castillo, un exmaestro rural de 52 años, culmina en julio del 2026. El mandatario acudió el viernes pasado a la Fiscalía, en Lima, por vez primera, donde declaró durante cuatro horas en presencia del entonces fiscal general Pablo Sánchez.
‘Perú necesita aclaraciones’.
“Nos hemos dado todo el tiempo y toda la predisposición para responder todas las preguntas” de la Fiscalía, afirmó el viernes Castillo, tras contestar las interrogantes. “Estamos dispuestos a seguir respondiendo, porque el Perú necesita que aclaremos las cosas y lo vamos a seguir haciendo”, añadió Castillo.
Se trata de la investigación sobre el consorcio Puente Tarata III, la cual busca determinar si un exministro de Transportes, seis legisladores, un exsecretario general de la Presidencia y dos sobrinos de Castillo integraban una supuesta red criminal liderada por el presidente para conceder un contrato de obras públicas.