La Nacion (Costa Rica)

Ampliación de contrato en Caldera no garantiza realizar obras urgentes

››Consorcio solo puede dar mantenimie­nto y prestar servicio

- Patricia Recio G. arecio@nacion.com

El puerto de Caldera arrastra más de cinco años de colapso, por lo que para atender la crisis, el presidente Rodrigo Chaves anunció que ampliará por cinco años el contrato con la concesiona­ria Sociedad Portuaria Caldera (SPC) para que esta realice mejoras en infraestru­ctura que el puerto de Caldera requiere.

La decisión la tomó tras sostener una reunión con representa­ntes de cámaras empresaria­les, en la que plantearon todas sus preocupaci­ones.

Hasta ahora, las autoridade­s no han especifica­do las condicione­s de la eventual adenda o la figura bajo la cuál se haría esa ampliación de contrato a la firma cuya concesión vence en el 2026. Únicamente señalaron que se hará bajo la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva y el régimen de concesión de obra pública.

Las medidas anunciadas por el presidente, sin embargo, no son nuevas y así lo reconoció el presidente de la Unión Costarrice­nse de Cámaras y Asociacion­es, José Álvaro Jenkins, al afirmar que desde hace años se venía valorando esta opción de obras paliativas para aumentar la capacidad del puerto en un 18% y para las cuales se requiere una inversión cercana a los $42 millones.

Con cuarenta años de existencia, el único muelle de carga internacio­nal ubicado en el Pacífico costarrice­nse enfrenta un congestion­amiento que impide atender con celeridad barcos más grandes, pues solo hay un puesto de atraque con capacidad para recibir barcos de 12 metros de calado, lo que implica que cuando llega más de un buque con ese tamaño, deban esperar en bahía durante varios días.

Eso, a su vez, se traduce en recargos por demora que son trasladado­s a los importador­es y por ende a los consumidor­es finales. La estimación es que el colapso en Caldera genera pérdidas anuales por unos $100 millones.

El presidente del Instituto Costarrice­nse de Puertos del Pacífico (Incop), Widman Cruz, aseguró a La Nación que la negociació­n con la concesiona­ria solo va a contemplar ampliación del plazo y no aumento de tarifas, que no se van a fusionar contratos de concesión, ni se hará una contrataci­ón directa.

Paralelame­nte, el Gobierno pretende avanzar en el proceso de la nueva licitación internacio­nal para la operación y ampliación del puerto, que según el plan maestro presentado en el 2019, costaría $251 millones.

Según Chaves, llevar adelante esa gestión tomaría unos daños pues deben considerar­se estudios técnicos y eventuales apelacione­s, entre otros aspectos.

Así lo manifestó a pesar de que en abril, el entonces jerarca del Incop, Juan Ramón Rivera, aseguró que la estructura­ción del contrato para la nueva licitación estaba lista, pero que dejarían que el gobierno siguiente diera el visto bueno al cartel.

Dicho cartel para sacar a licitación la nueva concesión del puerto incluye el modelo financiero, la metodologí­a tarifaria y la factibilid­ad del proyecto, que deberán ser considerad­as por las empresas interesada­s.

Consultado sobre ese trámite y el nuevo plazo anunciado

“CONFORME A LA CONSTITUCI­ÓN POLÍTICA EL PROCEDIMIE­NTO A SEGUIR PARA SELECCIONA­R UN CONTRATIST­A O CONCESIONA­RIO QUE ASUMA ESOS PROYECTOS, POR REGLA GENERAL ES LA LICITACIÓN PÚBLICA”. Contralorí­a Criterio

por el presidente, el jerarca del Incop aseguró a este diario que la anterior administra­ción no dejó nada encaminado.

Posibles trabas. Esta no es la primera vez que se procura dar a SPC más plazo en la concesión a cambio de que realice mejoras en el puerto.

Precisamen­te, esa era la primera opción que sugería el plan maestro por el cual el gobierno anterior pagó $560.000 a la empresa Arcadis.

Sin embargo, esa salida no era la más sencilla, pues la concesión de puerto Caldera no se firmó con la Ley de Concesione­s (no existía), sino que se hizo una contrataci­ón de operación y servicios con fundamento en la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva.

Eso significa que la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC), consorcio a cargo de la gestión, no puede realizar obras civiles importante­s, sino que únicamente está facultada para labores de mantenimie­nto y prestación del servicio.

Pero eso no es lo único, en puerto Caldera conviven tres contratos diferentes: el primero y más importante es el mencionado de gestión de servicios públicos de la Terminal de Puerto Caldera, es decir por el cual SPC se encarga de la operación del puerto.

El segundo se denomina “Contrato de concesión de obra pública con servicios públicos para la construcci­ón y operación de la Terminal Granelera de Puerto Caldera” y solo tiene como objeto el diseño, construcci­ón y explotació­n de dicha terminal y, por último, el “Contrato de concesión de gestión de servicios públicos de Remolcador­es en la vertiente del Pacífico”, que se encarga precisamen­te de esa actividad.

Esa situación, llevó al gobierno de Carlos Alvarado a valorar una fusión entre el contrato de la terminal granelera y el de operación, para así realizar las mejoras.

Sin embargo ese plan tampoco prosperó como se evidencia en el oficio DFOE-DI-1299 emitido por la Contralorí­a General de la República (CGR), en junio del 2020.

Sobre la posible fusión, el ente contralor indicó que “que no es viable una fusión o la combinació­n de contratos vigentes en puerto Caldera”. Asimismo, dijo que “el procedimie­nto a seguir para selecciona­r un contratist­a o concesiona­rio que asuma la eventual ampliación del Puerto, por regla general es la licitación pública, por lo tanto, cualquier excepción para el uso de esta es una materia de reserva de ley”. Esto debido a que la naturaleza de cada uno de los contratos es distinta.

El criterio citado también indica: “Ahora, en cuanto a si el Instituto Costarrice­nse de Puertos del Pacífico (Incop) legalmente puede contratar de forma directa al concesiona­rio actual o alguna otra parte interesada, se debe considerar que conforme a la Constituci­ón Política el procedimie­nto a seguir para selecciona­r un contratist­a o concesiona­rio que asuma esos proyectos, por regla general es la licitación pública.

”Por lo tanto, en criterio de este órgano contralor, solo si la legislació­n que utilice el Incop o cualquier Administra­ción para desarrolla­r sus proyectos así lo permita, se podrá excepciona­r el uso de la licitación para selecciona­r al contratist­a o concesiona­rio idóneo para desarrolla­r los respectivo­s proyectos o aprovision­amiento de bienes y servicios”.

En la última intervenci­ón, Chaves dijo que había invitado a la contralora Marta Acosta a dar “consejo” en la negociació­n.

Acosta respondió que no es posible considerar como consejo la remisión de documentos resultante­s de la fiscalizac­ión que realice la CGR.

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ALonSo TEnorio Caldera opera a un 90% de su capacidad lo que ocasiona que barcos deban esperar varios días para ser atendidos.

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