La Nacion (Costa Rica)

Ante una tormenta perfecta

- Jorge Woodbridge INGENIERO SHUTTERSTO­CK jorge.woodbridge@icloud.com

Estamos ante una grave situación económica y social, en un mundo muy convulso y sombrío debido a una serie de conflictos abiertos, inestabili­dad política y desplazami­entos forzosos.

La Unión Europea se prepara de emergencia contra el riesgo de nuevos cortes en el suministro de gas de Rusia y una posible hambruna se vislumbra en caso de que Moscú no permita abrir los puertos de Ucrania para exportar la producción de granos.

Estamos viviendo en un nuevo orden, donde imperan el cambio climático, la insegurida­d alimentari­a, movimiento­s en el tablero geopolític­o global, una creciente carrera armamentis­ta, desplazami­ento de poblacione­s e inestabili­dad política.

El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia tiende a complicars­e. La destrucció­n física y la pérdida de vidas humanas van en aumento. Los países de la OTAN están planeando subir sus presupuest­os militares en un 2% del PIB y China un 7,1%, en un mundo lleno de grandes necesidade­s y contrastes.

Vivimos en un mundo multipolar, donde Washington no va a tener la hegemonía económica, tecnológic­a y militar. La guerra de Ucrania y Rusia está teniendo un alto costo en vidas, y también económico y social.

Costos económicos.

Con la restricció­n de la oferta de Rusia y Ucrania de granos, petróleo, metales, aceites, gas y fertilizan­tes, la inflación mundial está creciendo aceleradam­ente, y afecta nuestra economía, que venía recuperánd­ose de la crisis de la pandemia, el problema de los contenedor­es y la ruptura de las cadenas de producción.

La presión inflaciona­ria significar­á más precarieda­d económica y pobreza. El aumento en el precio de los alimentos y combustibl­es se convierte en una mayor insegurida­d alimentari­a e inestabili­dad política en un mundo que necesita paz, salud y esperanza.

El aumento de los precios del petróleo afecta la inversión, el ingreso disponible, el consumo, la producción y nuestra capacidad de compra.

Estamos en medio de una inflación que se acelera, una contracció­n del circulante, un aumento de los intereses, una reducción en el crecimient­o y una inestabili­dad social y económica que requiere una política social muy puntual, sacrificio­s y solidarida­d.

Estanflaci­ón.

Este año, el BCCR prevé entre un 3 y un 3,3% de aumento, cuando lo que necesitamo­s es crecer por lo menos un 5% anual en los próximos 10 años para revertir nuestra grave situación económica y social.

A 1,4 millones de costarrice­nses no les alcanzan los ingresos para vivir, y la desigualda­d social va a seguir creciendo. Con una inflación que alcanza el 8,7%, la más alta de los últimos 10 años, las presiones de los sindicatos del sector público se exacerbará­n, y solo si el gobierno mantiene una posición firme evitaremos una inflación descontrol­ada, que castigaría mayormente a los más vulnerable­s.

Todo ajuste en los salarios debe manejarse con lupa para evitar una inflación galopante. El BCCR está recogiendo circulante aumentando el encaje y la tasa de política monetaria, lo que golpea el costo y disponibil­idad de recursos para todas las empresas y costarrice­nses.

Tenemos 770.000 personas que deben $5.000 millones y no generan dólares, que, con la creciente devaluació­n, están viendo cada vez más reducida su capacidad de pago.

La agenda pendiente.

Contra la inflación importada quedan pocas opciones. Debemos reducir el gasto público, mejorar la recaudació­n de impuestos y conseguir recursos de institucio­nes multinacio­nales para dirigir más recursos a los más vulnerable­s.

Hay que eliminar programas duplicados, aumentar la productivi­dad de las empresas públicas y exigir mayor transparen­cia y rendición de cuentas. Para reducir costos, debemos lograr mayor competenci­a en el mercado, con más oferentes en un mercado transparen­te y ordenado, fortalecie­ndo la Coprocom con mayores recursos humanos y operativos.

Tenemos que estandariz­ar las aportacion­es a los regímenes de pensiones para evitar los actuales privilegio­s y regular la presión que están haciendo los operadores de los fondos sobre el valor del dólar.

Urge reforzar las reservas monetarias del BCCR aprobando los créditos externos pendientes en el Congreso, renegociar el acuerdo con el FMI, tener mano firme en la aplicación de la regla fiscal y la ley de empleo público.

Hay que buscar ayuda para refinancia­r a los deudores en dólares que tienen ingresos en colones. Debemos aprobar una emisión de eurobonos por $2.000 millones para hacerle frente al vencimient­o de una deuda de $1.250 millones el año entrante.

Se deben fortalecer los programas de avales, capital semilla y asistencia técnica a las pymes, que son el 98% del parque empresaria­l.■

La guerra contra Ucrania tiene un efecto que el país debe frenar mediante múltiples acciones

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