Educación integral
Costa Rica padece de una crisis que nos agobia y humilla. El comienzo de la solución es retomar lo que insensatamente hemos abandonado: la educación integral de niños, jóvenes y adultos.
Maestros, profesores y docentes, impulsados por las autoridades, deben acometer el rescate de los valores perdidos. Primero que nada, hay que declarar la educación un servicio público esencial. Los educadores deben volver por sus fueros y entender que en sus manos está la responsabilidad de moldear niños y ciudadanos de bien.
El gobierno, a través del Ministerio, debe elaborar un plan de estudios que deberá ser cumplido a cabalidad en todos los niveles de la educación pública y privada, que trate las siguientes materias: historia patria, pero verídica y cierta, geografía de Costa Rica, instrucción cívica para el conocimiento general de las instituciones que nos rigen, urbanidad y buen comportamiento social y educación religiosa y moral respetando la libertad de culto y aceptando sin ambages que las normas éticas y morales están en el decálogo, que constituye el derecho natural de aceptación universal.
Logrado lo anterior, el Estado dejará de invertir sumas ingentes en prevención y represión del crimen organizado, el narcotráfico, el enriquecimiento ilícito, el asalto consuetudinario a los fondos oficiales y el atraco al erario. Por consiguiente, disminuirán los gastos carcelarios y la vergonzosa pérdida de la autoestima.
Los maestros deben entender que son los responsables del funcionamiento adecuado y digno de la sociedad, y no meros miembros de un gremio, el sindical, que no tiene nada bueno que mostrar.
Camilo Cifuentes Correa
San José