La ideología de género no existe
La homofobia, transfobia y machismo están detrás del invento de la ‘ideología de género’
S ectores conservadores y de derecha hablan de cierta predominancia de una supuesta ideología de género, que ven en películas, series, libros y aspectos de la vida cotidiana.
Estoy cansada de esos comentarios inadecuados, desinformados y anticuados. En primer lugar, comprendo que algunos tal vez no saben qué es la ideología de género. Sinceramente, ni siquiera yo logro entender el concepto, pues no me da la cabeza para pensar cómo las personas pretenden justificar su homofobia, transfobia y machismo de una manera tan sutil.
En fin, ¿por qué no usar la definición de un defensor de su existencia? El sacerdote Ronald La Barrera, del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, define la ideología de género como “un sistema de pensamiento de carácter filosófico que interpreta la sexualidad y la afectividad humanas como un hecho puramente psicológico (preferencia y voluntad) y cultural” que prescinde e incluso anula “toda influencia de la naturaleza en la conducta humana”.
El artículo fue publicado en la página en internet del Consejo, donde también La Barrera amplía en lo que él considera “consecuencias negativas” de la ideología de género para la sociedad.
Empecemos por el hecho de que esta definición es sesgada. Está claro que el mensaje es en contra de la libertad de ser y amar a quien se desee. ¿“referencia y voluntad”, “anular la influencia de la naturaleza en la conducta humana”?
El género y el sexo son dos conceptos diferentes. El sexo hace referencia a la parte biológica del humano, mientras que el género se basa en características socioculturales preestablecidas por una sociedad. Uno no depende del otro.
Una persona puede tener un sexo con el que nació y no identificarse con un género acorde con esto, y eso no está mal. Parte de la naturaleza humana es la constante búsqueda de la identidad, y cada quien tiene derecho absoluto de hacerlo como le nazca. Es un asunto personal, y nadie debería meterse.
¿En qué le afecta a usted o a otra persona que alguien viva su vida como desee sin hacerle daño a nadie? Ligado a esto, lo que también me llama la atención es el miedo innecesario hacia la diversidad sexual. Según el sacerdote, a consecuencia de la “ideología de género” ya no existirá el matrimonio, la heterosexualidad, la familia, la distinción entre hombre y mujer porque se “adoctrina” a los niños.
Hechos evidentes. Mi opinión voy a dividirla en cinco puntos:
Primero, el matrimonio sigue existiendo, y el hecho de que no sea tan frecuente no se debe a una supuesta “ideología de género”, sino a otros factores de cambio generacional. Las parejas heterosexuales no desean casarse. En contraste, hay muchas parejas no heterosexuales que desean casarse.
Segundo, la heterosexualidad no va a “desvanecerse” y tampoco la diversidad sexual. ¿Por qué hay cada vez más personas que se identifican como sexualmente diversas? Las personas sexualmente diversas han existido siempre, pero vivían con miedo a la horrible discriminación e intolerancia.
Hasta ahora existe apertura y aceptación para que sea posible ser quien se es sin miedo. Obviamente, todavía falta mucho para alcanzar la aceptación total, porque si fuera así, nadie plantearía un concepto tan anticuado como lo es la “ideología de género”.
Tercero, la familia es un concepto amplio. No existe un tipo de familia ideal. Creo que esto está clarísimo, por lo que no siento la necesidad de extenderme tanto.
Cuarto, ¿distinción entre hombre y mujer? ¿Cuál? Si se refieren a la discriminación, al machismo, a la opresión de la mujer, la masculinidad tóxica impuesta a los niños, entonces sí, entonces no debe haber distinción. No hay una manera correcta de ser mujer u hombre.
Cinco, ¿adoctrinamiento? Detesto el uso de esta palabra para justificar la intolerancia. Nadie está “adoctrinando” al enseñar a la niñez a aceptar y respetar a cada quien. No se está “adoctrinando” al representar en la televisión a personajes sexualmente diversos. Simplemente, se muestra la realidad.
Por ejemplo, hubo una polémica innecesaria por el beso homosexual en la película Buzz Lightyear (2022), porque cierta gente creyó que se les está “enseñando” a los niños a ser “así”, ¡si ya existen niños sexualmente diversos, aun cuando desde temprana edad se impone la heterosexualidad como lo normal!
Dicen que es para “proteger” a los niños, pero es un discurso hipócrita, lo confirman los escándalos de abusos sexuales por autoridades religiosas y eclesiásticas, para citar solo un ejemplo.
Adoctrinamiento es obligar e imponer valores y creencias para deshumanizar el amor y la identidad, no es enseñar sobre la diversidad y el respeto. Si lo deseara, podría escribir 50 páginas para explicar por qué la ideología de género no existe.
Es una excusa para violar los derechos humanos y justificar la falta de educación sexual y sobre derechos humanos; es un pretexto para dejar que el machismo, la homofobia, la transfobia, el irrespeto y mucho más sigan cobrando víctimas.
Derecho a elegir cómo vivir. Creer en los derechos de cada quien a vivir como quiera no es una ideología, es sentido común. ¿Cómo es posible que incluso un diputado pregunte si un proyecto de justicia menstrual conlleva “ideología de género”?
El problema no son las personas que desean amar o ser quienes quieran, sino los intolerantes que hablan de la libertad, pero cuando esa libertad es el derecho tan básico a ser y existir, la niegan. Pareciera que solo les importa la libertad cuando les conviene.
Si no podemos salir de este pensamiento, ¿cómo prosperaremos? En vez de adaptarnos al ultraconservadurismo, debemos adaptarnos y abrazar el progreso, el respeto y la diversidad. La paz y el respeto no es tolerar el discurso de odio, es acabar con él.