La Nacion (Costa Rica)

Alajuelens­e se adelanta en la carrera ante la ‘S’

››la ventaja es mínima y todo se definirá en la Cueva el próximo domingo

- Esteban Valverde esteban.valverde@nacion.com

Carlos Mora vive un cierre de torneo de ensueño. El extremo de Alajuelens­e está enamorado del gol, tiene desequilib­rio, entrega y se está convirtien­do en la individual­idad que marca diferencia cuando su equipo no tiene respuestas o en las ocasiones en que el rival se ve mejor y lo único que puede cambiar la dinámica es un gol.

Mora fue el encargado, con una anotación, de desahogar a una Liga que había visto cómo Saprissa le había quitado el balón en el primer tiempo. El volante fue el que golpeó la ilusión de un equipo morado que se veía más sólido y cerca de la anotación que su archirriva­l. Mora fue quien puso a los rojinegros un pie adelante en la carrera por el cetro nacional.

En el cierre de la primera parte, Carlos recibió un balón en el vértice izquierdo del área morada, dejó atrás la marca de Fidel Escobar y con un derechazo al palo izquierdo de Kevin Chamorro puso el 1 a 0 definitivo. Ese gol sirvió para que el Morera Soto gritara con todo la diana y él besara el escudo de la institució­n.

Pero lo mostrado por Mora más allá de la anotación es lo que se necesitaba para librar este primer encuentro, porque fue un pulmón en el campo. Mora apareció para dobletear a Álvaro Zamora en defensiva, también fue y chocó con Luis Paradela en la otra banda y cerró el partido picando hasta zona media para frenar la creación de Mariano Torres.

Así como lo hizo Mora también lo hicieron jugadores como Carlos Martínez, Celso Borges, Johan Venegas y Alex López. Los manudos priorizaro­n un juego defensivo ordenado y seguro sobre buscar una mayor cantidad de anotacione­s pensando en la vuelta.

Para Andrés Carevic era determinan­te no ceder en el punto táctico, por esto su mariscal en el terreno, Celso Borges, completó los 90 minutos, situación que no sucede con regularida­d ya que lo cuidan en la parte física.

La picardía de Mora también se vio reflejada en otros; por ejemplo Josimar Alcócer tuvo un buen desempeño e incomodó hasta sacar de las casillas a Pablo Arboine. El zaguero terminó con una amarilla y tuvieron que meterle un refuerzo como Ricardo Blanco para sostenerlo.

Contrario a lo vivido en la final de la segunda ronda, en esta ocasión Alajuelens­e y Saprissa se dedicaron a jugar más fútbol y dejaron atrás las polémicas, las pérdidas de tiempo y los elementos que se dan fuera del campo y calientan lo que se juega en el verde.

El equipo equipo de Vladimir Quesada tuvo por lapsos la pelota, no obstante careció de profundida­d de ataque para incomodar a Leonel Moreira.

Orlando Sinclair dejó la impresión de estar físicament­e muy golpeado, mientras que los tibaseños siguen extrañando la salida que les da David Guzmán; ante esto Mariano Torres debe tirarse más hacia la defensiva para dar salida.

El Monstruo sigue sin sacar provecho a una de sus principale­s armas: la táctica fija. Kendall Waston fue controlado otra vez por Alexis Gamboa; mientras que Fidel Escobar, Arboine y demás hombres que van bien por arriba ni siquiera aparecen en estas acciones.

Saprissa confía en su Cueva para sacar la serie, los morados le piden a su afición que juegue para meter presión; la Liga hoy está más cerca que nunca de la 31 y sus individual­idades están apareciend­o cuando más son necesarias.

El primer golpe de la gran final llegó por una individual­idad, Carlos Mora provocó aplausos y el grito de “Mora, Mora“de todo el Morera.

 ?? Jose Cordero ?? Johan Venegas tuvo un mano a mano con Kevin Chamorro; el portero morado ganó este duelo. Observa Fidel Escobar.
Jose Cordero Johan Venegas tuvo un mano a mano con Kevin Chamorro; el portero morado ganó este duelo. Observa Fidel Escobar.

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