Inseguridad pesa en hombres para tratar su salud mental
› Análisis mostró que varones le rehúyen también por falta de dinero
Que los hombres sean menos proclives que las mujeres a buscar ayuda profesional para su salud mental es algo de lo que muchas veces se ha hablado, pero una encuesta elaborada por la Universidad de Costa Rica (UCR) ahondó en el tema y detalló características de este fenómeno.
La encuesta Actualidades 2023, hecha por la Escuela de Estadística y la Unidad de Servicios Estadísticos de dicha casa de estudios, señaló que solo uno de cada cinco hombres entrevistados (20,3%) pensó en buscar ayuda en salud mental durante el 2023, en contraposición con una de cada tres mujeres (34,1%).
No obstante, si nos vamos más allá, de ese 20%, solo el 48,4% concretó una primera consulta, contra el 65,1% de las mujeres.
En otras palabras, menos del 10% de los hombres y un poco más del 25% de las mujeres acudieron a las consultas con profesionales en salud mental.
Cuando se habla de los trastornos, el 12,7% de los hombres y el 20,3% dijo haber recibido un diagnóstico de ese tipo. De este grupo, el 3% de los varones y el 13,4% de las mujeres recibe alguna medicación. Esto puede poner en evidencia un subregistro en los hombres que, al no buscar ayuda, no se les puede confirmar la presencia de algún trastorno.
Los padecimientos más comunes en la población fueron depresión (31% de todos los diagnósticos) y ansiedad (27,4%).
Cuando se exploraron las razones por las cuales no se acudió a una consulta profesional (variable disponible para ambos sexos), destacan la falta de dinero (24,8%), la inseguridad sobre el tema que tratarían (14,6 %) y el tiempo disponible (13,2 %).
A la razón primordial se une la dificultad para encontrar servicios de Psicología o Psiquiatría con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Tres de cada cuatro encuestados (75% de hombres y 76,2% de las mujeres) indicaron que es difícil o muy difícil conseguir atención en el sistema público.
Factores. La forma en la que a muchos hombres les enseñaron a vivir su masculinidad y ocultar sus sentimientos, podría estar relacionada con los resultados.
En entrevista con la UCR, Andrés Ruiz, miembro del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP-UCR) confirmó que los hombres muestran un mayor hermetismo para hablar de sus sentimientos e inquietudes porque, según la masculinidad tradicional, el varón siempre debe mostrar estabilidad y jamás mostrarse débil o vulnerable. Esto tiene como consecuencia que muchas veces no sepan distinguir sus emociones.
“Yo me aventuro a decir que la mayoría de los hombres no somos capaces de reconocer cuando estamos tristes, tenemos una incertidumbre emocional, o cuando disfrutamos diferentes tipos de felicidad”, advirtió el especialista.
Además, está el imperativo social de que el hombre debe resolver por sí mismo, sin divulgar mucho sus situaciones particulares.
De acuerdo con Ruiz, esto provoca que muchos canalicen sus emociones hacia la ira y hacia conductas peligrosas, violentas o destructivas.
Por ello puede verse, dijo el psicólogo, que la mayoría de los espacios recreativos para los hombres apelan a la adrenalina, al contacto físico, a la agresividad y a la ingesta de licor. Esto, lejos de contribuir con su bienestar, es una distracción que impide enfrentar los problemas y elaborar mecanismos para mejorar su situación de vida.
Todo esto podría ir sumando y se ve patente en los números de mayores suicidios en la población masculina. Datos del Ministerio de Salud señalan que, en el 2022 (último año para el cual hay datos específicos disponibles) la tasa de suicidios en los hombres fue de 13,2 por cada 100.000 hombres, mientras que en las mujeres la tasa es de 3,2.
El experto enfatizó en la importancia de buscar ayuda: “A veces una simple conversación puede ser de mucha ayuda, a veces no. Como psicólogo, puedo decir que es una cuestión que no basta con ir al psicólogo, pero tampoco es una cuestión que baste con tener una conversación en un café con un amigo. Es una serie de factores que se reúnen para que una persona pueda reportar un buen bienestar”, apuntó.
La encuesta también abordó la búsqueda de ayuda profesional en salud mental por grupos de edad y según nivel de educación. Las personas más proclives a buscar ayuda fueron los más jóvenes de 18 a 39 años: el 38,5% lo pensó en el último año, y de este grupo el 53,8% lo concretó.
El grupo etario que más obtuvo una primera consulta con un profesional fue la de 30 a 49, que tiene mayor poder adquisitivo. El 67,6% de quienes lo pensaron (el 29% de las personas de este grupo de edad) lo concretaron.
En cuanto a la educación, pensar en buscar ayuda fue más común en quienes tenían formación universitaria, con un 37,3%. También fueron los que más lograron comenzar un proceso, con 69,9%.
Las cifras más bajas se vieron en quienes tienen educación primaria y no llegaron a secundaria, con 19,6%; pero la población que menos materializó la búsqueda fue la de educación secundaria, con 48,8% de quienes lo pensaron.