Bomba de tiempo social
Póngale el calificativo que desee. Puede ser contradicción, opacidad, negligencia, insensibilidad, pero esta es la hora en que ningún jerarca del gobierno logra dar una explicación convincente y transparente sobre el recorte de 100.000 becas de Avancemos a escolares y colegiales pobres que, al mes, recibían entre ¢18.000 y ¢40.000 para aliviar las congojas económicas en sus hogares.
La maraña de excusas para eliminar los subsidios es una bomba de tiempo social. Las cifras son alarmantes. El Programa Avancemos pasó de beneficiar a 387.000 estudiantes en el 2022 a solo 274.000 en el 2023 y el 2024. Se trata de 113.000 menos. Una reducción del 31 %. Pensar que la poda no tendrá efectos sociales es de ilusos.
La primera repercusión será un aumento en el número de estudiantes que abandonen los estudios porque a sus padres les resultará imposible cubrir el dinero que les daba el Estado. Igualmente se incrementarán los hogares en pobreza o pobreza extrema, porque el aporte estatal medio equilibraba los ingresos de esas familias.
Entonces, no hay que tener un alto coeficiente intelectual para adivinar las consecuencias del ahorro que, con estrategia inmediatista, aplica el gobierno. Lo obvio es que más jóvenes están condenados a caer en manos de bandas criminales, lo cual agravará la creciente inseguridad y obligará al Estado a gastar más en seguridad pública —lo que no transfiere ahora a educación y subsidios—.
Entretanto, otros muchachos excluidos del sistema educativo están sentenciados a trabajos informales y mal remunerados, y en el futuro el Estado tendrá que destinar a ellos lo que no invierte ahora: subsidios para atención en salud y pensiones no contributivas. En palabras simples, con la insensibilidad social se está pateando la bola. Se está creando una mayor masa de pobres que, dentro de unas décadas, serán una gran carga para el sistema.
No podemos, como ciudadanos, quedarnos con los brazos cruzados frente a la insensatez de jerarcas del gobierno de eliminar becas a rajatabla, sin escrúpulos, con tal de vanagloriarse de lindas cifras fiscales. Es necesario reclamarles solidaridad, negociación y acciones, porque de lo contrario nos condenamos todos a un país más pobre e inseguro.