Triunfo marcado por insultos racistas contra Joel Campbell
La Liga se dejó tres puntos muy valiosos con un penal cobrado por Jonathan Moya
Vergonzoso, inaceptable y reprochable. Más allá de los tres puntos ganados por el equipo de Alexandre Guimares, el partido entre Pérez Zeledón y Liga Deportiva Alajuelense estuvo marcado por una situación intolerable.
Corría el minuto 70 y Joel Campbell salía de cambio junto a Johan Venegas. Después de que muchas personas despedían con aplausos al futbolista más mediático del León, hubo insultos racistas en su contra.
El 12 de la Liga lo reportó y lo mismo hizo el capitán de Alajuelense, Celso Borges. Algo así es intolerable, también inhumano.
Se activó el protocolo en el estadio y los mismos aficionados en la gradería se encargaron de revelar quién era el implicado, pero señalaban unos a otros. La molestia era total por parte de los protagonistas, porque es vergonzoso que siga ocurriendo algo así.
Un señor vestido con la camisa de Pérez Zeledón se acercó a Joel Campbell y le dijo que fueron aficionados liguistas quienes incurrieron en los insultos racistas. La respuesta del futbolista fue que los identificara entonces, para que el responsable, o los responsables, salieran del estadio.
El encargado de prensa de Alajuelense, Daniel Sanabria, le mostró algunas fotografías a Campbell, de un hombre vestido con ropa neutral. La Fuerza Pública y la seguridad privada lo escoltaron hasta las afueras del reducto y dicha situación retrasó el juego y se dieron catorce minutos de reposición.
De vuelta a las acciones, la Liga encontró ese tan anhelado gol que le dio los tres puntos, con un cobro de penal de Jonathan Moya.
Era un momento de apremio, un lanzamiento con mucha tensión, que convirtió. La falta surgió por una mano en el área de Keral Ríos.
Todo se dio en un partido de muchos bríos y buenas intenciones, pero de pocos remates con peligro real y con un tortuoso camino al gol que brillaba por su ausencia en San Isidro de El General, hasta que se dio esa acción.
Quizás, era producto de la propia presión que arrastran los dos equipos, con panoramas diferentes. La Liga conocía las victorias de Herediano y Saprissa, así como del traspié de San Carlos; pero también siente muy cerca a Liberia, que pretende desplazar a los manudos de zona de clasificación.
Los ‘Guerreros del Sur’ querían puntuar en su lucha por escapar de esa sombra del descenso que envuelve a Grecia y a Santos.
El primer tiempo se acabó con dos tiros para cada uno. En el bando generaleño los protagonizaron Joaquín Aguirre y Josué Mitchell; mientras que en la Liga los generaron Celso Borges y Jeyland Mitchell.
Una de las ocasiones más increíbles se dio en el cierre del primer tiempo, cuando Josué Mitchell le ganó la posesión del balón a Manjrekar James. El canadiense cometió un error al dejar picar la pelota, confiarse y no intuir que un adversario podía comprometerlo, robándole la espalda.
Pero ahí también erró el propio futbolista generaleño, porque Leonel Moreira no estaba bien colocado.
Si quería, Josué Mitchell podía bañarlo de cabeza, pero optó por un disparo que salió totalmente desviado. Fue una de esas ocasiones en las que fallar parece imperdonable. No lo podía creer Luis Fallas y él tampoco, pero a James y a sus compañeros les volvió el alma al cuerpo.
Pérez Zeledón se había visto mejor en el juego, por su ímpetu para ir al frente, por la manera de marcar a Alajuelense y por cortarle algunos circuitos. Era un partido que claramente le costaba a la Liga.
Así lo sabía Alexandre Guimaraes y tras el descanso, él quería ver un equipo que acelerara, que cambiara de velocidad, pero que no se desordenara. Para eso, primero echó mano de Anthony Hernández.
Una falta de Luis Carlos Barrantes sobre Carlos Mora en el inicio del segundo tiempo fue una ocasión importante para los erizos. Sin embargo, Bryan Segura voló para desviar con la punta de los dedos ese tiro libre de Johan Venegas cargado de veneno.
Todo se resolvió con un penal cobrado por Moya.