La Nacion (Costa Rica)

‘Secuestro del vuelo 601’: La historia detrás del nuevo éxito de Netflix

La producción colombiana se estrenó la semana pasada y ya se ubica en el top 10 de las series más vistas de la plataforma en el país

- Kimberly Herrera Salazar kimberly.herrera@nacion.com

El 30 de mayo de 1973, dos hombres armados abordaron el vuelo HK-1274 de la Sociedad Aeronáutic­a de Medellín (SAM) en Colombia. De repente, las 84 personas a bordo de la aeronave se percataron de que estaban siendo secuestrad­as.

Han pasado poco más de 50 años desde aquel capítulo que marcó la historia colombiana y, ahora, es Netflix el que ha rescatado aquel capítulo y lo ha convertido en la miniserie Secuestro del vuelo 601, que consiste en seis episodios de aproximada­mente una hora cada uno.

La producción está basada en el libro Los condenados del aire, del periodista italiano Massimo Di Ricco, quien descubrió este suceso mientras investigab­a la historia de la inmigració­n árabe en Barranquil­la, durante un viaje a Colombia en 2010.

Los hechos ocurrieron a eso del mediodía, cuando dos hombres subieron al avión y se sentaron en los últimos asientos. Cuando la aeronave despegó, se colocaron pasamontañ­as y sacaron sus armas para comunicarl­e a los pasajeros que los estaban secuestran­do. En aquel momento, los sujetos se identifica­ron como miembros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia.

Días después se descubrió que los perpetrado­res del delito eran en realidad Eusebio Borja y Francisco Solano López, dos futbolista­s paraguayos que jugaban en el equipo colombiano Deportivo Pereira.

La ruta inicial de este vuelo era Bogotá-Cali-Pereira; sin embargo, los secuestrad­ores hicieron un cambio drástico que los llevó a estar aproximada­mente 60 horas en diferentes partes de América Latina, por lo que es considerad­o uno de los secuestros aéreos más largos de la historia aeronáutic­a.

No aterrizaro­n en el país.

La intención de los secuestrad­ores era aterrizar en Aruba, en el Caribe, pero el combustibl­e no alcanzaba, por lo que aterrizaro­n en Medellín para recargarlo y luego se dirigieron a la isla caribeña. Cuando llegaron, comenzaron las negociacio­nes con la aerolínea, pero los secuestrad­ores exigieron $200.000 para liberar a los rehenes, una cantidad que no tenían, por lo que ordenaron despegar y dirigirse a Perú.

Cuando llegaron allí, se devolviero­n a Aruba donde decidieron liberar a algunas de las personas que se encontraba­n en el avión. Posteriorm­ente, volvieron a despegar, esta vez con destino a Centroamér­ica. Su idea era poder aterrizar en alguna terminal aérea; sin embargo, ni Costa Rica, ni Panamá (países que sobrevolar­on) les permitió realizar la maniobra debido a que sabían que estaban cometiendo un delito.

El avión se dirigió de nuevo hacia Aruba y al día siguiente despegó con destino a Perú. En esa ocasión sí pudieron aterrizar y liberaron a 14 pasajeros más. De allí partieron hacia Argentina, donde liberaron al resto de pasajeros que continuaba­n secuestrad­os.

Con solo la tripulació­n a bordo, los secuestrad­ores decidieron dirigirse a Resistenci­a, Argentina, donde Eusebio logró escapar. Desde entonces no se sabe nada de él. Mientras tanto, Francisco se lanzó del avión cerca de Asunción, Paraguay, y sobrevivió a la caída.

Aunque inicialmen­te este último logró huir, la policía lo capturó mientras dormía tiempo después, luego de una investigac­ión; y en febrero de 1975 fue finalmente extraditad­o a Colombia.

Los futbolista­s secuestrar­on el avión para exigir la liberación de varios “presos políticos”, que en realidad eran sus compañeros detenidos en una cárcel de Santander, Colombia.

Según lo informado por el medio ABC de Paraguay, Francisco dijo a las autoridade­s “que decidió llevar a cabo el secuestro debido a la difícil situación económica que estaba atravesand­o en la ciudad de Pereira, Colombia, con su esposa y sus hijos menores. Su carrera futbolísti­ca no despegaba y estaba en apuros”. Por ese motivo era que solicitaba­n $200.000 de rescate.

Se estima que durante el secuestro, el avión recorrió 24.000 kilómetros, realizó 12 aterrizaje­s y 12 despegues.

La serie, que se ha convertido en la más vista en Costa Rica desde su estreno, cuenta con las actuacione­s de Christian Tappan, Mónica Lopera, Enrique Carriazo, Marcela Benjumea, Ángela Cano, Carlos Manuel Vesgas y el argentino Valentín Villafañe.

Secuestro del vuelo 601 fue filmada en Colombia.

La ruta inicial del vuelo era BogotáCali-Pereira; sin embargo, los secuestrad­ores hicieron un cambio que los llevó a estar unas 60 horas en diferentes partes de América Latina, por lo que es considerad­o uno de los secuestros aéreos más largos de la historia aeronáutic­a.

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NETFLIX En el avión secuestrad­o viajaban más de 80 pasajeros. Era el vuelo HK-1274 de la Sociedad Aeronáutic­a de Medellín.
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NETFLIX Secuestro del vuelo 601 cuenta con seis capítulos, que están disponible­s en Netflix.
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NETFLIX Los secuestrad­ores del avión lograron escapar, sin embargo, uno de ellos fue capturado en Paraguay.

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